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Miel con origen

El sector apícola ha lanzado una nueva campaña para promover un etiquetado más preciso de la miel envasada. La defensa de un sector que compite con dificultad con las grandes producciones de otros países, en particular de China, es un reto recurrente

JUAN QUINTANA

Lunes, 10 de noviembre 2014, 09:29

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El sector apícola ha lanzado una nueva campaña para promover un etiquetado más preciso de la miel envasada. La defensa de un sector que compite con dificultad con las grandes producciones de otros países, en particular de China, es un reto recurrente. A esta campaña se han unido organizaciones de consumidores como CECU y CECCU que defienden la trazabilidad de los alimentos de cara al consumidor.

De acuerdo con COAG, en 2103 se comercializaron dentro de nuestras fronteras 22.000 toneladas de miel china. En la última década ha aumentado un 578% la entrada de miel de este país a España, lo que supone el 67% del total de nuestras importaciones de miel. Hay que recordar que España es el primer productor de la Unión Europea y el decimosegundo del mundo, con casi 26.000 apicultores. En Extremadura se localizan más de 1.000 explotaciones apícolas, el 4,2% de toda España.

En el momento actual la miel se etiqueta con referencias como «mezcla de mieles UE-no UE» o «mezcla de mieles no UE». Se pone el caso italiano como ejemplo de modelo a seguir, ya que en este país es obligatorio especificar el país de origen. Es una de las pocas excepciones, ya que la mayoría se acoge al modelo general. Llama la atención esta escasa precisión en el etiquetado de la miel, cuando la tendencia es que el consumidor conozca el origen de lo que consume, lo que en muchos casos condiciona su decisión de compra. Por ejemplo, es habitual ver en las latas de conservas el origen del producto, aunque el envasado se haya producido en España, si bien es cierto que el país de origen se suele identificar con un tamaño muy reducido de letra y en un lugar de la etiqueta poco visible, mientras que de manera mucho más clara se muestra el lugar de envasado. Este es el caso de las hortalizas en conserva, muchas de ellas originarias de países como Perú, China, etc.

El caso de la miel es más complejo, porque con frecuencia se envasan mezclas, con orígenes diferentes. Este modelo obligaría a los envasadores a tener un sistema de separación de depósitos y de lotes, así como diferentes etiquetados.

La cuestión es si el consumidor está dispuesto a pagar más por el producto español. En principio se podría pensar que sí. En todo caso, la opción de etiquetar miel proveniente de nuestros colmenares siempre está abierta y de hecho se utiliza en varias marcas de calidad. La segunda cuestión es saber qué diferencia de percepción va a tener el consumidor entre una miel china, australiana o argentina, por poner algunos ejemplos. Probablemente lo que le condicione sea conocer si es española, o de un territorio concreto de nuestra geografía, si procede de la UE o de fuera. Es difícil pensar que discrimine en mayor detalle, aunque es cierto que existe una percepción generalizada de que un producto chino es de peor calidad.

El sector defiende que este tipo de etiquetado induce a confusión a los consumidores. Quizás no es confusión, sino desinformación. Un etiquetado con origen detallado sin duda aporta más información, pero hay una duda razonable sobre si esta información influye en su decisión de consumo y si va a mejorar la situación de nuestros apicultores. Por ejemplo y salvando las diferencias, el vino de mesa se envasa en un territorio, pero las uvas, e incluso los mostos y los propios vinos que lo forman pueden proceder de muchos lugares diferentes. ¿Tendría sentido obligar a en un vino de mesa a que toda la materia prima provenga del mismo lugar o tenga que etiquetar todos los lugares de procedencia?, ¿necesita el consumidor esa información?

Más importante sería garantizar que la miel importada cumpla con los mínimos niveles de calidad exigidos en la UE o que, para compensar las altas exigencias medioambientales y sociales de nuestro espacio económico, se articulen medidas de apoyo a nuestro sector que le permitan ser competitivo.

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