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Buen comienzo de carnaval en Mérida
concurso de chirigotas y comparsas

Buen comienzo de carnaval en Mérida

La J'otra pone alto el listón del Carnaval Romano

JUAN SORIANO

Sábado, 6 de febrero 2010, 13:45

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El Carnaval de Mérida 2010 empieza por todo lo alto con uno de sus platos fuertes. La J'otra, ganadora el pasado año en la modalidad de comparsa, ha sido la agrupación encargada de abrir el concurso de este año ante un Palacio de Congresos abarrotado y expectante.

El grupo femenino ha respondido a su estilo, que el pasado año le llevó a lo más alto. Ha empleado un tipo de cigarrera para presentar un personaje reivindicativo, pero al mismo tiempo con una gran fuerza escénica y un traje muy elegante.

En sus letras no ha faltado una alusión a su victoria del pasado año, por la que han dado las gracias al público y al jurado. En el popurrí final han reclamado la unidad de España y el orgullo de los extremeños, pero en su repertorio también ha habido sitio para el humor, como una referencia a las operaciones estéticas de Belén Esteban.

Son los mayores del Carnaval de Mérida, pero a más de un grupo le vendría bien su espíritu juvenil y su experiencia. Es cierto que les faltan ensayos y coordinación, pero les sobra gracia. Los Cazurros Romanos, la primera chirigota a concurso, gustan en el certamen de agrupaciones con la revisión de un tipo recurrente en la ciudad: soldados romanos. Pero en su caso presentan algunas novedades. El escudo tiene un águila, pero es de Amstel, el casco es un colador y el caballo es de juguete. Con esta guisa, el grupo se presenta con un repaso muy particular de la fundación de Mérida. Acto seguido, desgranan los principales asuntos de actualidad, tanto nacional (la crisis económica, las obras del Plan E) como local (la frustrada venta del Liceo). De lo mejor de su repertorio, el estribillo, en el que ponen en duda que el AVE llegue a la ciudad antes de que se lleve a cabo la reforma del cine-teatro María Luisa.

Como traca final, en el popurrí explican las sensaciones de los fundadores de Mérida en su regreso a la ciudad. En lugar de una colonia en todo su esplendor, Los Cazurros Romanos descubren una ciudad levantada, con sus monumentos en obras, como el Templo de Diana, pero con la promesa de regresar en la próxima edición tras 27 años en el concurso.

Las Iguales es uno de esos grupos que ha ido creciendo en los últimos años en el concurso de agrupaciones de Mérida. Todos sus componentes son mujeres, lo que en principio se tomaba como un inconveniente por la (en teoría, que la práctica demuestra lo contrario) menor fuerza de sus voces, pero, como sucede con otras comparsas, se ha tornado en un arma para conseguir emocionar sobre las tablas del Palacio de Congresos. Otra de sus señas de identidad es la puesta en escena y el cuidado disfraz, que en las últimas ediciones le ha permitido obtener la Tijera de oro al mejor traje. En esta ocasión, se han presentado al concurso como de Juana la Loca, con una escenografía muy sobria pero con un corte muy distinguido. Su estilo de comparsa le permite tratar con profundidad los temas más serios, a lo que sin duda ha contribuido el tipo elegido. Al término de su actuación recibieron una de las ovaciones de la noche.

Cuando una chirigota consigue que el público coree su estribillo, tiene ganados muchos puntos. Al menos con el respetable, que es el que realmente importa. Nos tangáis hizo lo que corresponde a esta modalidad, divertir y divertirse en el escenario. Vestidos de albañiles romanos, con penacho decorando el casco de la obra, repasaron con gracia algunos asuntos de la actualidad, como las obras, los cursos de masturbación de la Junta de Extremadura y el festivo en la Feria, sobre la que recomiendan al Gobierno local que, si realmente quiere tener éxito, la celebre en Matalascañas. También dejan sitio para temas más serios, en los que rinden homenaje a Mérida y a sus madres. En todo momento estuvieron jugando con su papel, al que no le faltó ni el bocadillo ni los piropos subidos de tono. El público acompañó su final con un gran aplauso y buena parte del Palacio de Congresos en pie.

La última agrupación de la noche, de nuevo una comparsa femenina, dejó un buen sabor de boca bien entrada la madrugada. Los que faltaban se presentaron como un ejército colorista, que tiene como bandera la defensa del Carnaval. Sus armas son unas buenas voces, bien ensayadas en la mayor parte de la actuación (quizá fue el grupo al que mejor se le entendió el estribillo) y unas letras críticas, como la que dedican a las víctimas del terremoto de Haití. También hay sitio para el humor, enlazando los protagonistas de la última edición de Gran Hermano con los cursos de sexología de la Junta de Extremadura.

Destacó especialmente por su coreografía del final, el único grupo que utilizó un recurso que fue muy aplaudido por el público. En su popurrí, cumpliendo con su tipo, defendió la necesidad del martes festivo y la originalidad del Carnaval Romano, ese que no tiene por qué compararse con ningún otro y que tiene en las chiricomparsas su seña de identidad, esos grupos que mezclan la seriedad y musicalidad de las comparsas con la gracia y la chispa de las chirigotas. Como Los que faltaban.

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