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ANA B. HERNÁNDEZ
Miércoles, 30 de diciembre 2009, 09:37
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Bendita agua. El deseo de lluvia se había convertido en un clamor popular después de que octubre y noviembre hubieran alargado la sequía estival este año. Pero diciembre está resultando un mes bondadoso. Las precipitaciones arrancaron en el puente de la Constitución y desde entonces, sin que hayan sido constantes, se han mantenido. Estas Navidades están pasadas por agua y las previsiones dicen que lo seguirán estando hasta el último día del año. El agua caída hasta ayer ya ha convertido este diciembre en el más lluvioso de los últimos ocho años, con 166,2 litros por metro cuadrado recogidos, según los datos facilitados por el Centro Meteorológico Territorial.
Casi el doble
Pero si las previsiones se cumplen y las precipitaciones continúan este diciembre puede seguir haciendo historia. Porque en la última década sólo el diciembre del año 2000 contabilizó más agua que éste, con 291,3 litros. Insuficientes, en cualquier caso, si se comparan con los 303 litros recogidos en diciembre de 1996, el más lluvioso desde 1986 hasta hoy, desde que el Centro Meteorológico Territorial, con sede en Badajoz, iniciara su contabilidad en la comunidad autónoma.
Pero más allá de datos históricos este mes de diciembre está siendo muy lluvioso. Los 166,2 litros por metro cuadrado recogidos hasta ayer casi duplican la media de agua caída en Plasencia los últimos meses del año desde 1986: 90,7 litros por metro cuadrado.
Si bien es cierto que la lluvia era deseada y es agradecida por los placentinos y comarcanos, no lo es menos que está conllevando problemas en el día a día. Especialmente, en el tráfico y en el pavimento de calles y avenidas.
La lluvia está abriendo un asfalto que ya presentaba un estado no poco lamentable en muchas calles y avenidas de la ciudad, como es el caso del camino de las Huertas, Sor Valentina Mirón, Miguel de Unamuno o la subida al Hospital Virgen del Puerto. Todas decoradas con baches y socavones, que dificultan la ya también complicada circulación, y a los que hay que sumar las grandes balsas formadas ayer en rotondas como las de las avenidas de Salamanca, Dolores Ibarruri o Portugal, entre otras. Sin olvidar el lago que se formó en el camino viejo de Serradilla, en plena zona industrial, que comunica las carreteras de Trujillo y Malpartida.
Más coches
El agua caída complica la circulación porque crea balsas y empeora el asfalto a la vez que hace más necesario el coche. A pesar de las vacaciones escolares, el tráfico es denso estos días en la ciudad del Jerte, especialmente en la zona centro porque son días de compras y salidas, y la lluvia obliga a la mayoría a evitar los desplazamientos a pie. El coche se convierte casi en imprescindible y ello repercute directamente en la circulación. Las retenciones protagonizaron la mañana de ayer en numerosos puntos de la ciudad.
Las colas fueron constantes desde la Universidad hasta el Puente Trujillo. También las hubo, como es habitual, en Martín Palomino. La entrada sur registró retenciones y el tránsito por sus inexistentes acerados fue casi imposible. La lluvia vuelve a poner de manifiesto las numerosas carencias de una avenida que espera la reforma integral que permita su adecentamiento y su conversión en vía urbana.
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