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Zapatero posa con Izaskun tras 'Tengo una pregunta para usted'. Abajo mira con Caldera varios currículos en su mesa de trabajo. :: /J. R. LADRA
El trabajo de la 'niña de Zapatero'
UN AÑO DESPUÉS...

El trabajo de la 'niña de Zapatero'

ARTURO CHECA

Domingo, 20 de diciembre 2009, 14:43

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El despertador en casa de Izaskun suena todos los días a las siete y media de la mañana. Pero la alarma no pone fin a sus sueños. Todo lo contrario. El mayor de todos comienza con ese zumbido. Un sueño en el que ella misma se sumergió con su desparpajo hace ahora casi un año. En pleno plató de TVE le dijo a José Luis Rodríguez Zapatero: «Tengo una pregunta para usted». Y lamentó que a duras penas se cumpla en España la ley que exige un 2% de contratación mínima de discapacitados en la Administración y grandes empresas. Pero no se quedó ahí. Izaskun le pidió empleo en riguroso directo. Con millones de ciudadanos como testigos. En un bolsillo de la chaqueta guardaba su as: el currículo que le entregó al presidente «durante los pinchitos», al acabar el programa, y que le abrió las puertas de la Fundación Ideas.

V se sumerge junto a Izaskun (Pamplona, 1976) en esta 'fábrica' de sueños. En Madrid, junto a la carretera de La Coruña, entre Pozuelo de Alarcón y Las Rozas, se levanta el 'think tank' del PSOE, una factoría de ideas con el ex ministro Jesús Caldera al timón. El lugar donde Izaskun fotocopia, imprime, escanea, hace el dossier de prensa, reparte la correspondencia, encuaderna, repone las neveras, riega las plantas...

¡Biiip, biiip, biiip! Empieza el día. «Me levanto, me visto rápido y me piro corriendo». Desayuna café con leche, zumo y galletas. Dos horas necesita esta joven con síndrome de Down para llegar al trabajo. «Eso si no hay atasco...». Odia llegar tarde. Cualquiera se pierde en la retahíla de líneas de transporte público que combina Izaskun y que ella enumera segura al dedillo. «La cuatro del metro hasta Argüelles, la tres hasta Moncloa, el autobús 162. Y para volver otra vez el 162, el autobús verde, la línea tres, la línea cuatro...». Sonríe. «Me encanta. Por suerte, me ha cambiado la vida».

Se sabe afortunada. En España, sólo tres de cada diez discapacitados en edad de trabajar logran un empleo. Del millón y medio de personas en esta situación, únicamente 64.000 son asalariadas. El porcentaje de paro es muy superior al registrado entre los españoles sin minusvalía. Izaskun hace tiempo que abandonó esa estadística. Durante cuatro años pesó y empaquetó caramelos y bombones en Embassy, un conocido salón de té del paseo de la Castellana. No era algo que la llenara. Hasta que recibió la llamada que lo cambió todo. No fue de la Moncloa, el lugar en el que más deseaba trabajar, sino de la Fundación Ideas. Como cualquier candidato, tuvo su entrevista. Su madre, Araceli, y ella ante el director general, Carlos Mulas, y el responsable de Organización y Actos Públicos, Paco Rojas («mi jefe favorito»). Y contratada. Desde julio está «encantada» con su labor de administrativa en la institución.

Su ángel de la guarda

«Yo siempre soy puntual». Comienza su jornada a las nueve y media de la mañana. Hoy toca ordenar decenas de currículos llegados a la fundación. Se sienta en su mesa junto a Juan y Hortense, del departamento de Comunicación, y la asistente Vanesa. «Apoya a todas las áreas y nos hace el dossier de prensa», explica Juan mientras Izaskun lo observa con una sonrisa cómplice. 'Pasos para fotocopiar, escanear e imprimir', se lee en un manual encuadernado. Por si se pierde en su quehacer diario, aunque ella casi ni lo consulta.

A su espalda, unos ojazos verdes no pierden detalle de la joven administrativa. Maternal, atenta al tiempo que comedida para que su ayuda no despierte suspicacias. «Me gusta que me ayuden», matiza Izaskun. Natalia lleva más de un mes siendo su ángel de la guarda. Es la preparadora laboral de Aprocor, la fundación a la que pertenece la joven pamplonesa. No se separa de ella, aunque Izaskun ya puede volar sola. La labor de Natalia está a punto de limitarse a un control cada 15 días: «Ha aprendido a una velocidad asombrosa. Lo coge todo enseguida. Está muy feliz».

El 'jefe' visita a Izaskun. Jesús Caldera hace acto de presencia. «¡Recuerdos de José Luis!», dice en voz alta el ex ministro, mirada de reojo al reportero. Juntos revisan los currículos que la joven ordena en su mesa. «Los compañeros están encantados con ella. Tiene una enorme disposición para el trabajo. Es algo común en todos los discapacitados, seguramente porque les ha costado más que a otras personas lograr el empleo», argumenta Caldera.

Las cifras confirman la implicación de este colectivo. En España, el tiempo medio que un trabajador permanece de baja laboral es de 43 días, según datos del Ministerio de Trabajo. Y los discapacitados «tienen muchas menos ausencias por enfermedad que el resto de empleados». Palabra de ex ministro.

11.00 horas. Almuerzo en la planta baja. Café con leche de la maquina. Estos días lo acompaña con poca cosa. Un sandwich, pan con maíz... «Estoy a dieta», confiesa coqueta. Lo que sea por lucir en la discoteca. «No ligo, aunque me gustaría. Querría tener otro novio, he tenido algunos...», confiesa, presumida, remarcando el plural.

Futbolín, poesía, tertuliana...

Porque en la vida no todo es trabajo. Coreografías de baile en la Academia de Talentos de Mapfre, salidas a cenar y al karaoke o una reciente visita con otros discapacitados a una exposición de belenes en la plaza Mayor. «Se comieron un bocata de calamares y yo sólo verdura», lamenta. Lo que tiene el régimen. Colaboradora de 'Las voces de las fuentes' en Radio Enlace (107.5 FM), campeona de futbolín de Aprocor, ganadora del II Certamen de Poesía de la Fundación Síndrome de Down de Madrid... Izaskun no para.

Pero antes cumple a rajatabla su horario. Incluso más. «Si ve que no le va a dar tiempo a acabar su faena, se agobia. Es muy cumplidora». Cristina Pertejo es la secretaria de dirección y a tiempo parcial su confidente. Ambas charlan mientras escanean o duplican algún documento en la fotocopiadora. «Me ayuda mucho», agradece Izaskun. «Tiene mucha alegría», recibe como respuesta.

Hoy come con sus compañeros. Ya la esperan. Pero ella atiende solícita su entrevista con V. «Ahora vengo, ¿vale?», anuncia a su paso por el comedor. Preguntar qué platos del menú quiere la plantilla y comunicárselos a la empresa de catering que los sirve es otra de sus funciones. Izaskun elige guisantes con tomate, pavo braseado con cebolla caramelizada y mandarinas. La dieta...

Estos días mete en sobres cientos de felicitaciones navideñas. «Es muy rica. Lo hace en mi mesa y cuando llega la hora de irse dice que quiere seguir porque se lo está pasando muy bien», admira Cristina García, directora de Comunicación. A la una y media está de vuelta en casa. Vive en un piso de Aprocor con sus compañeras Paula, Artea, Natalia, Laura y Eva, y la educadora Vero. Aunque estos días lo hace con su madre. Es Navidad. Y han venido desde Tanzania su hermana Ana, su cuñado Rudy y... Zoe, su sobrinita de año y medio. Izaskun enseña orgullosa una foto de la pequeña en su móvil. «Se me cae la baba con ella, ¿ves?», confiesa mientras recorre con el dedo las comisuras de sus labios.

Izaskun se despide. Llega la noche. Hasta las siete y media de la mañana, cuando el sueño volverá a hacerse realidad.

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