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York juega a ser Hamlet con una calavera tipo Halloween. /J. I. O.
'Hamlet' al cubo
UN EXTRAÑO EN LA ALCAZABA JOAN-IGNASI ORTUÑO

'Hamlet' al cubo

El director 'anglopacense' Russell York riza el rizo y lleva a su compañía, Saltarran Teatro, a los confines del universo shakesperiano

PPLL

Domingo, 1 de noviembre 2009, 12:52

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SER o no ser? No sabemos si 'ésta' es la cuestión, pero es indudable que 'esta' sí es una manera óptima de empezar la crónica. Russell York (Darlintong, 1964), un 'englishman' enamorado de Shakespeare, afincado en Badajoz desde «hace 17 años, quizás» y uno de los personajes más variopintos entre los más variopintos personajes de la ciudad, está a punto de convertir en realidad uno de los sueños de su vida, con permiso de Calderón.

El próximo 17 de noviembre, su compañía Saltarrana Teatro estrenará en el Centro Cultural Alcazaba, de Mérida, 'Narcisos en la nieve', una obra tragicómica basada en la película de Kenneth Branagh 'In the bleack midwinter' (pero pasada por el tamiz de la cultura y la realidad española actuales, reza el programa de la obra), en la que un grupo de, también, 'variopintos' actores deciden montar, ni más ni menos, que un 'Hamlet' en una iglesia abandonada. «Siempre me gustó este filme porque es una defensa de los actores -dice Russell York, director y adaptador, junto a Esther Gala, de la obra-, que también somos seres humanos, buenas personas y, en algunos casos, hasta bienintencionados. En todo el gremio teatral, quien más sufre es el pobrecito actor».

Real como la vida misma, pues, o más, se da la peculiar circunstancia de que el anterior montaje escénico en el que se sumergió Saltarrana Teatro fue, precisamente, una sesuda visión de las desdichas del dubitativo príncipe Dinamarca. Kenneth, perdón, Russell, lo explica así, con su habitual desparpajo y ese divertido acento de Sir Tim O'Theo que le caracteriza: «El 'Hamlet' lo montamos para no caer en la depresión esperando la subvención para 'Narcisos'. Tenemos los trajes, ¿vamos a hacer un 'Hamlet'? No para ganar dinero, evidentemente. Reconozco que hay una parte perversa de mi mente que no es completamente empresarial. Me encanta que los concejales tengan que negar un 'Hamlet' porque no es una comedia, dicen, o porque la gente no lo va a entender».

'Teatro-dentro-del-teatro-dentro-del-teatro', pues, o lo que es lo mismo, un 'Hamlet' al cubo, ni que decir tiene que en la cabeza de este 'ex' científico (estudió Biología Marina en la Universidad de Bagor «y estuve a punto de ir a investigar a la Antártida») de cabellos cortos y busto romano bulle un magma con todo tipo de historias. «Mi palabra favorita es 'serendipity', que en España no sé si se entiendo como chiripa, arte o habilidad de encontrar lo que necesitas en el momento en el que lo necesitas», comenta oportuno, como si esa 'técnica' sirviera, además, para escudriñar entre los pensamientos de sus interlocutores. En este caso, entre los del cronista.

'La Minerva Extremeña' es el conservado rótulo que aparece en la fachada del 'hábitat' donde Russell York tiene su cuartel general.

En el casco antiguo de la ciudad, muy cerca del Ayuntamiento y de la Catedral, una desmantelada imprenta reconvertida en oficinas, almacenes y sala de ensayo, con restos de escenografías por doquier, ha sido, a lo largo de un mes, donde los actores han trabajado sus respectivos papeles, a las órdenes de Russell. Es aquí mismo, también, donde se produce la conversación, donde el pasado martes (a la misma hora que Josep Maria Pou y sus 'chicos de Historia' participaban en el ambicioso 32 Festival de Teatro de Badajoz, lo que ya es coincidencia) la compañía hizo un ensayo general ante un escogido grupo de espectadores y donde Russell ha vaciado los ojos y los dientes de una calabaza, en plan calavera, para posar, en plan 'Hamlet' él, intrigante, jocoso y divertido, para la fotografía que ilustra esta crónica.

«Yo pienso que hasta los actores se han llegado a sorprender de lo que hemos llegado a conseguir -insiste el director 'anglopacense' al referirse a su último montaje-, tanto individual como en grupo. Y otra cosa que me ha gustado es que hemos demostrado que somos sociales, que todos hemos tenido la capacidad de superar los roces. Colectivamente, se ha olvidado, hemos pasado página y ha sido agradable». ¿Y qué es más real, pues, puestos a rizar el rizo, en los confines del universo shakesperiano? ¿La realidad que plantea 'Hamlet? ¿La realidad que plantea Branagh? ¿O la realidad que se han planteado York y sus actores?

Una pregunta que ni el propio Bardo de Avon sería capaz de resolver. Como imposible es de resolver y de resumir, y en el último párrafo, la cantidad de comentarios, vivencias y emociones vividas en el transcurso de la elaboración de una crónica que ha empezado con una duda y que no hay manera humana de terminar sin sesgarla. Críticas y autocríticas, o autocríticas y críticas, próximas todas a la escritura surrealista. Al final, sí. Al final, una oportuna llamada telefónica al móvil de Russell, poco antes de la despedida, anunciando que 'Narcisos en la nieve' participará II Muestra de Teatro Extremeño de Cáceres facilita el remate de la jugada. «Para nosotros esto es un reconocimiento muy importante». ¿Quién fue quien dijo aquello de 'ser o no ser'? ¡Nada! ¡A serlo!

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