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J. S. R.
Sábado, 6 de junio 2009, 02:25
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LA Feria del Libro de Mérida es un hervidero de niños a la búsqueda de cuentos y de mayores a la búsqueda de sus niños. Sin embargo, se echa en falta más público joven y adolescente. El certamen dedicó ayer buena parte de la jornada a este colectivo, que también tiene su espacio en la producción literaria.
Fernando Lalana, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en el año 1991 por 'Morirás en Chafarinas' (entre otros galardones por sus cien libros publicados), mantuvo por la mañana un encuentro con escolares de 5º de Primaria.
Pero, ¿leen los jóvenes? «Cada vez más, pero todavía poco», apunta. «Los grandes best-sellers sí alcanzan cifras muy estimables, y en cambio el libro juvenil que no llega a dar en la diana o que no viene precedido de una buena campaña tengo la sensación de que cada vez vende menos; pero no porque haya menos lectores, sino porque se publica seguramente en exceso».
En un tramo de edad situado entre los cuentos infantiles y las novelas de adultos se pierden muchos lectores por el camino. La mejor forma de engancharles es «demostrarles que la literatura que les espera es diferente, atractiva, elegir muy bien los libros... Y de esa manera, cuando ven las claves de la literatura de verdad y se les trata ya como adultos, es mucho más fácil que sigan adelante con la afición; y desde luego tratar la lectura como una afición, que lean buenos libros cuando les apetezca y procurar que les apetezca a menudo».
Más lectores
Con todo, el autor zaragozano dibuja un cuadro optimista. «Es verdad que son edades difíciles, hay muchas ofertas de ocio... A pesar de todo, creo que los jóvenes de ahora leen más que los de hace 15 o 20 años», afirma Lalana.
Una buena muestra de que hay libros que interesan a jóvenes y mayores lo ofreció anoche Lucía González Lavado, que presentó su octava obra, 'Las criaturas de la noche', de género fantástico.
La autora, nacida en Mérida y residente en Almendralejo, explicó que cuando terminó su libro trató de contactar con una gran editorial, Nabla, por su trayectoria con textos fantásticos. A pesar de que no contaba con muchas esperanzas, a las pocas semanas recibió una respuesta positiva y en apenas dos meses la novela vio la luz. Ya prepara la segunda parte, prueba de su éxito.
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