Abordan un coche desde una moto, disparan y se llevan 9.000 euros

«Ha sido un milagro. Si no nos agachamos, el disparo nos hubiera alcanzado de lleno en la cabeza». Ése fue el testimonio que ofreció ayer por la tarde Isidro B., uno de los afectados por el espectacular robo con escopeta de cañones recortados perpetrado horas antes junto al Puente de la Autonomía. Ocurrió a las 10 de la mañana y él fue quien vio más de cerca a los atracadores que dispararon contra él y su compañero de trabajo. «Fueron unas décimas de segundo, yo sólo tuve tiempo de tirarles la bolsa del dinero», explicó. Isidro, que tiene 38 años, confirmó que tanto él como su jefe, Carlos D., salieron de la gasolinera Galp de la carretera de Cáceres (frente al polideportivo Las Palmeras) para llevar al banco la recaudación del negocio. Ambos viajaban en el Ford Galaxi de Carlos y, tras cambiar de sentido en la rotonda de la escuela de ITA, enfilaron la carretera de Cáceres en dirección Badajoz. En esos momentos no sospechaban que una moto de cross ocupada por dos jóvenes ya les estaba pisando los talones. Todo hace suponer que no era la primera vez que los seguían, sino que habían estudiado sus movimientos en semanas anteriores para averiguar cómo y cuándo sacaban el dinero del negocio. La circunstancia de que fuera lunes tampoco parece casual, puesto que el sábado y el domingo permanecen cerrados los bancos y crecían las posibilidades de que el botín fuese mayor. Semáforo El Ford Galaxi recorrió los primeros metros de su camino sin problemas, pero al llegar al Puente de la Autonomía se encontró el semáforo cerrado. Confiado, Carlos frenó, pero en ese instante se colocó justo al lado de la ventanilla del copiloto una moto de cross ocupada por dos jóvenes que se cubrían la cara con pasamontañas y cascos integrales. «Yo iba hablando con el encargado, con la bolsa entre las piernas, abajo, y de pronto nos hemos sobresaltado. Todo ha sido muy rápido, ellos nos han pedido el dinero y sólo hemos tenido tiempo de agacharnos». Instantes después, el joven que ocupaba la parte trasera de la moto disparó la escopeta de cañones recortados que empuñaba. El impacto dio primero en el cristal lateral y los perdigones alcanzaron el techo del vehículo. «Si no nos hubiésemos agachado nos habría dado de lleno». Ese movimiento evasivo permitió que las víctimas no fueran golpeadas de forma directa, pero el cristal lateral se fracturó en mil pedazos y los trozos de vidrio les dieron tanto en la cara como en el torso, por lo que sufrieron cortes que requirieron atención médica. El Servicio Extremeño de Salud confirmó al mediodía que los dos afectados por este incidente fueron dados de alta a última hora de la mañana. Igualmente señaló que uno de ellos (el copiloto) tenía un traumatismo acústico y el otro una herida en uno de sus ojos causada por un cristal. En cualquier caso, aseguró que no se trataba de lesiones graves. Isidro confirmó a primera hora de la tarde que ambos se encontraban bien y que en esos momentos estaban pendientes de prestar declaración ante la Policía Nacional, cuyos agentes se han hecho cargo de los hechos. Aunque no se conocen los resultados de esas pesquisas, todas las fuentes policiales consultadas coinciden en señalar que el robo de ayer no es casual, sino que se trata de un asalto ideado por personas que llevan tiempo observando a los trabajadores de esa gasolinera. De momento no se sabe quiénes pueden estar detrás, pero sí se presume que se trata de dos chicos jóvenes que huyeron dirección Portugal. En el trayecto se cruzaron con numerosos conductores que vieron pasar la moto de cross a gran velocidad. Oficialmente no ha trascendido el montante del botín, pero en el lugar de los hechos se manejó en un primer momento la cifra de 9.000 euros. Juan Rodríguez, uno de los encargados de la gasolinera afectada ayer, afirmó tras el suceso que una de las víctimas pudo ser él. «Esta mañana he llamado a Carlos para acompañarlo pero no me ha cogido el teléfono». Los agentes que investigan este robo con violencia no han ocultado su gravedad. Hasta ahora, ese modus operandi no se había empleado en la ciudad de Badajoz. Tan sólo en el año 2002 se produjo un asalto parecido en la calle Santo Domingo, cuando un joven que iba de 'paquete' en una moto rompió el cristal de un vehículo en la calle Vasco Núñez y trató de llevarse un maletín. Vídeos El coche asaltado