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Calle Juan Antonio de Vera y Figueroa, que forma parte de la zona protegida de Los Bodegones. / BRÍGIDO
Los nuevos locales de zonas saturadas de ruidos deberán separarse 75 metros
MERIDA

Los nuevos locales de zonas saturadas de ruidos deberán separarse 75 metros

JUAN SORIANO

Martes, 30 de septiembre 2008, 11:18

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Los vecinos de la ciudad disponen de un arma más para luchar contra los ruidos. En especial los residentes en el entorno de la calle John Lennon y de la avenida Lusitania, las dos zonas que han sido declaradas de especial protección dentro de la nueva Ordenanza Municipal de Protección frente a la Contaminación Acústica, que ayer recibió el visto bueno del Pleno con los votos del PSOE. El PP se abstuvo por considerar que el texto puede ser mejorado.

Este documento amplía la ordenanza de evaluación de ruidos producidos por el tráfico, aprobada por el Consistorio en 2002, al incorporar las novedades normativas de la ley nacional contra el ruido, de 2003, y decretos posteriores.

De esta forma, el Ayuntamiento se adapta a la normativa actual e introduce nuevos conceptos, con una visión global de la contaminación acústica. Como explica Marisa Tena, delegada municipal de Medio Ambiente, «no regula sólo el ruido procedente de los locales de ocio, sino de las tres fuentes principales: el tráfico, la actividad industrial y la recreativa».

Acorde con la legislación actual, la ordenanza establece una zonificación acústica, que distingue áreas de la ciudad según sus usos (residencial, industrial, recreativo, terciario, sanitario, grandes infraestructuras de transporte y espacios naturales). En cada caso, se fija un valor máximo de contaminación acústica, con el objetivo de controlar las emisiones y aprobar planes de acción para alcanzar los límites aconsejables.

Espacios protegidos

Una de las principales novedades del nuevo documento es la creación de las denominadas zonas de prevención de ruidos y zonas acústicamente saturadas. En este caso, se trata de aquellos espacios que, debido a la emisión de distintas fuentes, gozarán de una protección especial, como suspensión de la concesión de licencias de apertura y limitación en los horarios de actividad. Para conseguir su declaración es necesario contar con un estudio elaborado sobre las emisiones en el entorno (mapa de ruidos) y con el visto bueno de la Junta de Extremadura.

Debido a que el proceso de aprobación puede ser muy largo, existe un paso previo, la designación de zona de prevención acústica, que será aquella en la que proliferan actividades que puedan afectar a la calidad acústica, lo que conllevará la aplicación de medidas para evitar que alcance el rango de saturación.

En estos casos, se limita a actividades de salas de fiesta, discotecas, locales para actuaciones en directo, establecimientos con equipos de reproducción sonora, establecimientos sin equipos de reproducción sonora (bares, restaurantes, bingos, salones de juegos recreativos y similares), elaboración y venta de platos preparados para llevar y establecimientos de venta de bebidas y comidas para consumo inmediato, que ejerzan su actividad en horario nocturno.

La nueva ordenanza, que entrará en vigor 15 días después de su publicación definitiva en el Boletín Oficial de la Provincia (deberá superar las alegaciones), ya establece dos zonas de prevención acústica en Mérida. Se trata del entorno de la calle John Lennon, espacio tradicional del ocio nocturno, y la avenida Lusitania y aledaños, que en los últimos años ha atraído la apertura de numerosos locales de ocio.

En estos casos las autorizaciones para la implantación de nuevas actividades o la ampliación de las ya existentes deberán exigir una distancia mínima de protección de 75 metros respecto a los locales ya en funcionamiento.

Sanciones elevadas

En caso de incumplimiento de los puntos recogidos en la ordenanza, se establecen unas sanciones que oscilarán entre los 180 euros de las infracciones más leves y los 300.000 de las muy graves, así como la clausura del local por un periodo de hasta cinco años.

Pero ninguna ordenanza resultará efectiva si no se exige su cumplimiento. Sin técnicos cualificados ni equipos de control la nueva normativa municipal contra el ruido caerá en saco roto.

En este sentido, la delegada de Medio Ambiente asegura que el documento ya cuenta con dotación económica para su correcta aplicación. Marisa Tena asegura que el Presupuesto municipal de 2008 reserva una partida para la compra de sonómetros. Además, señala que ya se ha creado un departamento específico para tramitar los expedientes que puedan surgir tras las denuncias que se presenten ante la Policía Local.

Junto a esto, Tena resalta el compromiso del Gobierno local, que ha contado con asociaciones y entidades para la elaboración de la nueva ordenanza, lo que ha retrasado su aprobación. Después de tanto trabajo, «no queremos que se quede en agua de borrajas, nuestra intención es cumplirla».

Aedar agradece la nueva normativa pero espera que se haga cumplir

Los problemas de emisiones generados por los locales de ocio nocturno generó hace años la creación de una de las entidades más batalladoras de la ciudad, que ha llevado a juicio a bares y locales y ha mantenido en jaque constante a la administración local. Tras varios años de lucha, la Asociación Emeritense de Afectados por los Ruidos (Aedar) da la bienvenida a la nueva Ordenanza de Protección frente a la Contaminación Acústica, pero exige que el Gobierno local vele por su cumplimiento.

Maribel Fernández, presidenta de Aedar, define la nueva normativa municipal como «aceptable». Su asociación presentó alegaciones al documento, como la instalación de más bandas reductoras de tráfico, pero en líneas generales reconoce que la ordenanza es muy positiva.

Eso sí, Fernández estima que poco puede hacer el Consistorio si, como afirma que ha reconocido el Gobierno local, carece de técnicos cualificados y de adecuados equipos de control. «Tienen que empezar desde abajo», añade.

Ya había leyes

Como recuerda la presidenta de Aedar, la ordenanza no hace más que recoger lo ya establecido por leyes y decretos de rango europeo, nacional y autonómico, con lo que se puede decir que el municipio ya contaba con el marco legal necesario para encarar el problema de los ruidos. En cualquier caso, aguarda con esperanza la aplicación de la nueva ordenanza.

Las mascotas, en casa de 23.00 a 8.00 horas

La nueva Ordenanza de Protección frente a la Contaminación Acústica ofrece a lo largo de sus 116 páginas una maraña de datos, ecuaciones y referencias a la legislación nacional y autonómica que a más de uno le podría levantar un considerable dolor de cabeza.

Pero también recoge soluciones a problemas cotidianos, muy demandados por los vecinos, y que en algunos casos alcanzan un alto grado de detalle. Como muestra, el artículo 29, dedicado a los ruidos provocados por animales de compañía. Según este punto, los dueños de animales domésticos «están obligados a adoptar las medidas necesarias para impedir que la tranquilidad de sus vecinos y vecinas sea alterada por el comportamiento de aquéllos». Además, se prohíbe expresamente que desde las 23.00 hasta las 8.00 horas permanezcan en «patios, terrazas, galerías y balcones u otros espacios abiertos animales domésticos que con sus sonidos perturben el descanso de los vecinos».

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