«Me veo como un humanista del Renacimiento»

Mauricio Alfaro es un artista plástico nacido en la localidad pero afincado en Madrid.

En sus obras se observa con grata sorpresa el colorido. Pero lo más grato, más allá de sus obras, es encontrar en este artista multidisciplinar un hombre en búsqueda continua y con un pensamiento independiente y muy claro sobre sus valores y su forma de ver las cosas.

En tiempos en que muchos se llaman artistas, este extravagante hombre no solo llama la atención por su marcado estilo, sino también por su trabajo impecable, el verdadero arte. Su obra plástica es original, pionera, de vanguardia, sencilla, personal y en cierto sentido transgresora.

Mauricio Alfaro tiene un currículum a la altura de su arrolladora personalidad, pintura, diseño, confección, restauración de muebles y objetos, comunicación; siempre investigando con materiales y texturas.

Alfaro afirma «que fue la facultad de Bellas Artes la que le enseñó las técnicas necesarias para poder desarrollarse como artista y que la disciplina académica».

Su experiencia en el mundo del patronaje industrial y la confección le enseñaron a saber observar el cuerpo humano que luego introducirá en el aspecto figurativo de su pintura.

Los cursos de pintura china realizados en Madrid le han enseñado, con el tiempo, lo importante del trazo firme y limpio de la pintura oriental, también aplicando esto en su obra.

La relación de Alfaro con Castuera es estrecha. A pesar de vivir en Madrid, donde tiene su estudio desde hace ya bastante tiempo, Mauricio visita Extremadura varias veces al año y comenta que la luz, los paisajes, las llanuras y colores de Castuera siempre aparecen como fondos, quizás inadvertidos, en sus lienzos. «Es como si me llevara grabadas todas estas sensaciones y luego en el estudio de Madrid abriera el disco duro y salieran ideas, colores, texturas y sensaciones», explica el artista.

-¿Cómo se definiría?

-Me veo como un humanista del Renacimiento. Me interesa actualizar la expresión para dar a conocer al ser humano cosas nuevas.

-¿A partir de qué momento sintió la necesidad de manifestarse a través de la pintura?

-Cuando entendí que la pintura te permite crear un todo partiendo de la nada que hay en el lienzo.

-¿Qué destaca de su formación artística?

-La pintura china creo que sigue siendo un buen cimiento para ser concreto y expresar con trazos limpios y firmes todo tipo de sensaciones.

-¿Qué le parecen las etiquetas artísticas?

-No me molesta, a veces, como decía Paúl Valéry, las etiquetas y los críticos dicen de mí cosas que ni yo mismo conozco.

-¿Qué función tiene la pintura en la sociedad actual, si es que tiene alguna?

-De renovación total y como herramienta para el conocimiento de uno mismo y del otro. La pintura ayuda a conocernos mejor y eso es bueno en cualquier sociedad y cultura. Por como nos expresamos sabemos en qué momento vivimos.

-¿Cómo consigue la inspiración a la hora de pintar?

-Más que el paisaje o cualquier cosa que me rodea, reconozco que el ser humano es una inagotable fuente de inspiración

-¿Qué técnicas emplea y como comienza un cuadro?

-Ahora trabajo mucho el acrílico, me gusta el acabado moderno y limpio que deja. El acrílico también, como otros materiales, permite empezar un lienzo con un fuerte trazo que luego va cargándose de luz y desde luego de formas.

-¿Es necesario tener una técnica para pintar o todo vale?

-En el lienzo la técnica, al igual que en la estructura del cuerpo humano, no se ve pero está ahí, y aporta sobre todo gracia y armonía. Puede valor todo, pero si no funciona se detecta rápido.

-¿En qué está trabajando ahora mismo?

-Un tríptico de grandes dimensiones. Tres grandes lienzos que hablan del efecto del amor en el ser humano, renacimiento puro, el amor te hace renacer, es su función, darte vida.