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SOCIEDAD

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En cuatro años las donaciones de óvulos se han incrementado un treinta por ciento Los expertos aseguran que donar no reduce las posibilidades de ser madre

BLANCA DÍAZ BLANCO

Domingo, 31 de agosto 2008, 13:38

Desde que la clínica I.E.R.A. abrió sus instalaciones en 2001 ha estado a la cabeza de Extremadura en aspectos ginecológicos. Hace cuatro años comenzó a realizar tratamientos para la donación de óvulos, desde entonces ha visto incrementarse las donaciones en un 30% aproximadamente.

A nivel nacional no se aprecian diferencias importantes entre las clínicas que realizan estas técnicas. Si bien es cierto que ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla tienen mayor volumen de población y, además, reciben donantes de otros países como Italia, donde está prohibida la donación de óvulos.

Actualmente existen en Extremadura tres clínicas que realizan este tratamiento: una en Cáceres y dos en Badajoz. Sólo una es pública y dependiente del SES y se encuentra en la capital pacense.

Con el lema 'Eres joven y los tienes a miles', el Instituto Extremeño de Reproducción Asistida llama a las chicas jóvenes a hacerse donantes de óvulos. En la actualidad siguen el tratamiento en la clínica I.E.R.A. una veintena de chicas.

El proceso es muy sencillo, con una duración variable entre 10 y 15 días y consta de dos partes. Aunque previamente hay que superar una serie de requisitos establecidos por ley. En primer lugar, las posibles donantes son sometidas a una entrevista tras la que pasa a ser examinada por psicólogos. Superadas ambas llega la parte médica propiamente dicha, se realizan las convenientes pruebas ginecológicas y analíticas con el objetivo de descartar posibles enfermedades de transmisión sexual, antecedentes patológicos ginecológicos o antecedentes personales o familiares de enfermedades hereditarias graves.

El tratamiento

El tratamiento da comienzo con la estimulación del ovario, que se realiza mediante una medicación hormonal en forma de inyecciones subcutáneas. El riesgo es mínimo, ya que «la medicación va orientada y dirigida específicamente al ovario», según el director de la clínica, el doctor González Carrera. Además, asegura que, con las nuevas técnicas, cada vez más avanzadas, las probabilidades de sufrir efectos secundarios se reducen al mínimo.

Una vez superada esta fase se procede a retirar los ovocitos y mediante una punción intravaginal se absorven. Esta es la parte del proceso que más riesgos puede entrañar debido a que se realiza en quirófano y, aunque no se utiliza anestesia, si hay una ligera sedación. La extracción dura aproximadamente 15 minutos, es la parte más molesta, pero después de la misma y de un reposo que oscila entre los treinta y los sesenta minutos, la donante puede volver a su casa y seguir con su vida cotidiana.

Además el proceso al que son sometidas las chicas no impide que, cuando ellas lo deseen, puedan quedarse embarazadas.

Este tipo de donaciones se diferencia de las de espermatozoides porque éstos pueden congelarse, sin embargo los ovocitos deben permanecer a temperaturas cálidas para sobrevivir. Esta peculiaridad obliga a que el tratamiento de donante y receptora sea simultáneo. Al inicio del proceso de estimulación ovárica de la donante se estimula, también, el endometrio de la receptora para evitar, así, un posible rechazo.

En cuanto a las características físicas, el Doctor González asegura que «en un primer momento se registran, pero no se tienen muy en cuenta. Debido a que la mayoría de las donantes y las receptoras son de aquí, por lo que las características suelen ser similares», explica.

El prototipo de donante es una chica de entre 18 y 35 años, que estudia o trabaja en Badajoz y que no está casada ni tiene intención de tener hijos en ese momento. Es básico residir en la ciudad ya que el proceso dura 10 días, hay que pincharse a diario y los ginecólogos deben seguir a la chica de cerca. Además, ésta puede acudir a la clínica en cualquier momento o consultar sus dudas por teléfono.

La ley

La ley establece que sólo se puedan tener seis embarazos de una misma donante por el riesgo que supone, explica el Doctor González, que en una ciudad pequeña haya muchas personas con una misma herencia genética sin conocerse. «Se trata de evitar riesgos por consanguinidad».

El anonimato es absoluto, tanto para la donante como para la receptora, a pesar del tratamiento simultáneo entre ambas.

Al igual que la donación de sangre o de órganos, la donación de ovocitos se realiza de manera altruista, es decir, no se paga. Sin embargo se da una compensación económica por las molestias que ocasiona el trasladarse hasta la clínica, el tratamiento o la punción folicular. «Por todo ello es por lo que está permitido pagar», explica el director. Esta compensación ronda los 800 o 900 euros.

Hay clínicas que tratan de atraer a las chicas apelando al dinero, «nuestra publicidad no va en ese camino», asegura el Doctor González Carrera. La mayoría de las chicas que llegan a su clínica van porque tienen amigas o compañeras que ya han donado y saben, más o menos, las molestias que ocasiona el tratamiento. Las chicas están informadas, saben que reciben una compensación, pero también se les explican las molestias y posibles inconvenientes del proceso.

Prejuicios

«Hoy día eso está superado», asegura tajante el doctor. Sigue existiendo gente que lo mantiene en secreto, pero, en la actualidad, quienes acuden a estos centros para lograr tener un hijo con las técnicas tan avanzadas que hay en reproducción no tienen problemas en contarlo.

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