«Competir en unos Juegos Olímpicos es como estar en las nubes»

Aprovechando uno de sus escasos ratos libres, la reina de la gimnasia extremeña Laura Campos, compartió con HOY algunas de sus impresiones previas a los Juegos Olímpicos. A partir del 10 de agosto le tocará dar lo máximo en la que puede ser su última participación olímpica. Después, se plantea dejar la gimnasia de élite para estudiar Magisterio, «y quizá Educación Física». Mientras llega ese momento se recupera de la lesión sufrida hace unos días.

-¿Cómo se encuentra de su lesión?

-Bien, me han dicho que sólo tengo una contusión y un pequeño esguince. En un par de días se recupera todo, así que mejor.

-¿Que le pasó?

-Haciendo un salto sentí dolor en la rodilla izquierda, y ahí se dañó el ligamento cruzado.

-Un susto importante.

-Sí, al principio estaba un poco decaída, pero cuando te dicen que no es grave te alegras.

-En su carrera también ha tenido otros problemas de rodilla, incluso durante los Juegos Olímpicos de Atenas.

-Fue en la otra rodilla, tuve una lesión grave por el mismo salto, así que pensé que también me había hecho daño. Pero al final fue sólo un susto.

-Muchas veces se dice que se trabaja más cuando se está lesionado...

-Sí, ahora estoy haciendo paralelas y un poco de preparación física para mantener la forma, y dentro de unos días empezaré con los aparatos normales. Con la lesión, no hay problema para practicar paralelas, lo único que no puedo hacer es la caída de salida.

-Y, lesiones aparte, ¿cómo es la rutina de trabajo en un Centro de Alto Rendimiento?

-Nos levantamos sobre las ocho, desayunamos y a las diez y media empezamos el entrenamiento hasta las dos. Por la tarde empezamos a las cinco y media y estamos hasta las nueve. No se puede descansar mucho, la verdad.

-¿Con qué deportistas coincide en las instalaciones del centro?

-De Extremadura, con Pablo Villalobos, Manuel Tovar, con Alicia Casillas hasta que se fue a Estados Unidos... De vez en cuando nos saludamos y hablamos.

-En Pekín, usted y Lenika de Simone serán las únicas representantes españolas en gimnasia artística. ¿Siente más presión por ello?

-Como aún estoy algo preocupada por mi rodilla, no pienso en los Juegos, aunque los médicos me aseguran que podré ir. En cuanto a la presión, creo que se tiene más cuando se compite en equipos, porque cuando lo haces de forma individual, lo que quieres es dar lo mejor de ti misma y demostrar lo que has estado luchando durante los cuatro últimos años.

-¿Quiénes son las favoritas para la competición olímpica?

-Las chicas de China, Estados Unidos, Rumanía y Rusia. Las de siempre. Las chinas siempre han estado arriba, en el podio, y compitiendo en su país quizá se crezcan y aspiren a ganar.

-¿Qué se puede esperar de Laura Campos?

-Mi objetivo es estar en la final. Sólo pasan 24 gimnastas, y hay que esforzarse al máximo para estar ahí y optar a una buena posición. Estar en la final de cada aparato, donde sólo pasan ocho, es ya algo muy difícil.

-¿Qué conoce de las instalaciones chinas para los Juegos Olímpicos?

-No nos han contado nada aún, yo sólo he visto algunas imágenes por televisión. El pabellón es grandísimo y todo está muy bien preparado. Imagino que será todo más o menos como en Atenas.

-¿Prefiere mucho o poco público?

-Una vez que estás compitiendo te olvidas de todo lo que hay a tu alrededor, sólo piensas en hacerlo lo mejor posible.

-¿Qué sensaciones tiene en momentos como ésos?

-Un poco de nervios pero, cuando terminas, una alegría increíble. Es como un sueño, como estar en las nubes.

-Están las mismas gimnastas y también luchando por algo importante. Pero ¿en qué se diferencian unos Juegos Olímpicos, por ejemplo, de un Campeonato del Mundo?

-Unos Juegos son lo máximo a lo que puede llegar un deportista. No sólo es gimnasia, están todos los deportes. Además, en los mundiales estamos en hoteles, mientras que en los Juegos vivimos en una villa olímpica, que es como una casa. Paseas y ves a grandes deportistas españoles y de todo el mundo.

-Dicen que últimamente está consiguiendo hacer el doble mortal planchado, un salto que está al alcance de muy pocas gimnastas en el mundo. ¿En qué consiste?

-Es en el ejercicio de suelo. Se hace una rondada y un doble mortal, pero con el cuerpo extendido, no te encoges en una bolita. Es una de las técnicas más difíciles.

-¿Podría subir mucho su puntuación?

-El ejercicio de suelo tiene cinco diagonales y ésta es sólo una más. Aunque algo ayuda.

-¿Cuál es su punto fuerte?

-Ahora mismo llevo bien los cuatro aparatos, sin destacar especialmente alguno.

Su deporte y su vida

-¿Cuál es la situación de la cantera de gimnasia artística en España?

-El número de gimnastas ha descendido bastante, pero creo que va a relanzarse cuando la gente sepa de verdad cómo es este deporte. La gimnasia rítimica tiene más éxito, porque la artística puede parecer más complicada y peligrosa. Cuando ven la barra se asustan, pero una vez que aprendes, no hay peligro.

-Entonces, los aparatos suponen ese plus de dificultad...

-Sí, muchas veces los padres se preguntan «¿cómo va a hacer eso mi niña?». Pero su niña progresa y aprende, y no hay ningún riesgo. Me comentan que en mi pueblo hay pequeñas que se están iniciando en mi especialidad, y eso me alegra.

-Eso se debe seguro a su éxito.

-Seguramente. Me parece bien que las niñas vean en mí que pueden llegar lejos. Si no tienen ninguna referencia, quizá no se atrevan a hacer ningún deporte. Muchas veces necesitan alguien que las anime a creer que se puede triunfar.

-¿Qué le dicen en Calamonte?

-Cada vez que voy muchas niñas se acercan a contarme que hacen gimnasia. También me piden muchos autógrafos, y les digo que me busquen bolígrafos, que no estoy preparada (risas).

-En tantas horas de dedicación a la gimnasia, siempre echará de menos un poco de tiempo libre.

-Sí, después de pasar tantas horas en un sitio te apetece salir, pero lo principal es la gimnasia para mí y hasta que deje de competir no tendré mucho tiempo libre. Mientras tanto, el poco que tengo lo aprovecho para salir con mis amigas, ir al cine... Lo normal.

-¿Para cuándo unas vacaciones?

-En cuanto vuelva de Pekín me iré a Tenerife una semanita, con mi familia. Tengo ganas de ir a la playa para coger un poco de color.

-También tendrá algún plan para su pueblo.

-Sí, cuando vaya lo primero que visitaré será el polideportivo, a ver cómo está. También compartiré algún rato con las niñas, no me aparto nunca de la gimnasia.

-Se marchó a entrenar a Madrid en 2001. ¿Qué recuerda de sus incios en nuestra región?

-Tengo muy buenos recuerdos de mi entrenadora, Chelo Llera. Cuando entrenábamos en Mérida se ponía debajo por si nos caíamos del aparato, no teníamos muchos medios allí. A ver si en la nueva ciudad deportiva hay un buen gimnasio.

-¿Se nota mucho el apoyo de Extremadura?

-Sí, lo último fue la Copa de España, había un montón de gente animándome. En otras competiciones no pasa lo mismo.

-¿Cómo fue la experiencia de esa Copa de España en Mérida?

-Me dio mucho ánimo, todo me salió genial. Estaba nerviosa por el público, por hacerlo bien para que la gente disfrutara.

-¿Hasta cuándo cree que puede estar en la élite?

-La verdad es que me estoy planteando dejar la gimnasia de alto nivel y volver a Extremadura con Chelo. Llevo muchos años en Madrid, y con tanto sacrificio no se rinde bien en los estudios. Y yo quiero sacarme mi carrera, porque si no después de la gimnasia no hay nada que hacer.

-Ha pasado siete años en Madrid, así que se puede decir que ha crecido allí.

-Sí, eso dice mi madre. También me dice que he perdido toda mi infancia, pero, a pesar de haber sufrido un poco, en mi familia están muy contentos de que haya llegado hasta aquí. Todo tiene sus dificultades y sus recompensas.