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LAURA TORRES EXPERTA EN ESTUDIOS DE GÉNERO

«Se ha hecho la vista gorda con la violencia de género»

Coautora de una cartilla divulgativa ha pronunciado conferencias en cinco ciudades extremeñas; el martes pasó por Cáceres

CRISTINA NÚÑEZ

Domingo, 25 de mayo 2008, 04:31

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El bosque de la violencia de género, ese territorio intrincado, lleno de trampas y desconocido a pesar de estar a la orden del día es el ámbito en el que se mueve Laura Torres, autora, junto a Eva Antón, de la cartilla divulgativa que difunde Caja España, abogada y miembro de la Cátedra de Estudios de Género de la Universidad de Valladolid. La intención de esta herramienta es derribar falsos mitos y abordar de forma certera esta lacra social. Torres lleva toda la semana por Extremadura dando charlas sobre esta violencia, tan real como incomprensible. El martes estuvo en la Biblioteca Pública de Cáceres.

-Lo primero de todo es, siempre, definir conceptos. ¿Qué entendemos por violencia de género?

-En la Universidad, cuando se les hacen a los alumnos una serie de preguntas sobre qué entienden por violencia de género, ni tan siquiera tienen ese concepto claro. No entienden muy bien qué significa. Si no saben que en la violencia de género existen otras formas de violencia que no es violencia dentro de la pareja, sino que va más allá, difícilmente podrán comprender su carácter estructural.

-¿La cartilla divulgativa qué clase de violencia aborda?

-La cartilla divulgativa se centra en la violencia de género en las relaciones afectivas. No hablamos de violencia doméstica porque es un término en el que queda oculto quienes son los agresores y los agredidos y también queda oculto el hecho de que tiene origen en una socialización diferente que hemos recibido hombres y mujeres, en una desigualdad histórica.

-La educación es, por lo tanto, fundamental.

-Uno de los objetivos de la publicación era precisamente mostrar el origen que tiene en la socialización diferencial que se nos inculca a los niños y a las niñas para que respondamos a un modelo de mujer y de hombre por el que se aboga en una cultura determinada. La educación que reciben las niñas suele reforzar la idealización de la vida afectiva. Casi todos los cuentos que tienen como protagonista una mujer acaban con el logro de un príncipe azul. Las chicas parece que se alejan del ideal de sus madres, del modelo de ama de casa, pero sin embargo esa idea de tener que encontrar la media naranja sigue muy presente. En el caso de los chicos se fomentan valores que tampoco son modélicos, como la violencia como el medio válido para la resolución de conflictos. El equilibrio estaría en buscar el punto medio entre unos y otros.

-Subraya también el carácter estructural de la violencia. ¿A qué se refiere?

-Toda la sociedad ha hecho,entre comillas, la vista gorda con el problema tan grave como la violencia de género. Hablo de nuestro ordenamiento jurídico, y de cómo hasta el año 81 había un deber de obediencia, y las mujeres tenían una menor capacidad jurídica. No hace tanto tiempo de eso y eso se veía bien. En la sociedad actual tenemos una visión muy positiva de los celos, que son sintomáticos de una actitud de posesión y de control que un hombre suele ejercer sobre una mujer. Hablamos también de una desigualdad que hace que las mujeres se vayan cargando piedras en la mochila. La violencia no tiene que ver con el nivel socioeconómico, pero se agrava si hay una dependencia económica con la pareja. En España el paro femenino duplica al masculino. Solamente con ese dato estadístico podemos ver cómo falta mucho para conseguirse la igualdad. Tratamos también el tema de los medios de comunicación, y cómo la publicidad, en algunos casos, se ha burlado de la violencia de género.

-¿Cuáles son los principales mitos a derribar para atajar la violencia de género?

-Tendemos a pensar que los maltratadores son enfermos, alcohólicos, drogadictos...en el libro explicamos cómo es una violencia totalmente controlada, ejercida con premeditación. Intentan golpear en zonas no visibles y la ejercen en las personas más vulnerables. Desmontamos también el mito de que la violencia es inmediata. Oímos decir: «a mí me da una bofetada, pero no me da dos». Es que no es así, hay un proceso de violentación psicológica, que hace que el agresor sepa perfectamente que llegado a un determinado punto si agrede a su pareja no le va a denunciar, porque ha generado un montón de inseguridades, porque el vínculo que les une es muy fuerte y porque va a conseguir que ella le perdone. Explicamos cómo funciona el círculo de la violencia: acumulación de la tensión, explosión y luna de miel.

-Nunca ha habido tanta sensibilidad social ni tanta atención hacia la violencia de género. ¿La reflejan bien los medios? Suelen transmitir que la mayoría de las muertes de mujeres a manos de sus maridos se dan en ambientes marginales...

-La violencia psicológica se denuncia muy poco, normalmente se suele denunciar la física, que implica la psicológica, dentro de la física la sexual no se denuncia. Si vamos a la realidad social, hay que tener en cuenta que si el agresor es poderoso lo puede ocultar. Por mi experiencia puedo decir que hay muchas mujeres con una buena posición social que ceden demasiado, que se muestran sumisas.

-¿Y cómo hay que actuar ante un caso cercano de violencia de género?

-Lo primero es partir de un respeto absoluto a esas mujeres, respetar sus tiempos, respetar la complejidad de la situación en la que se encuentran, ayudarlas, acompañarlas a los servicios sociales. No se las puede decir, simplemente, «denuncia». Considerarlas supervivientes, porque las vemos como pobrecitas pero realmente ser capaces de sobrevivir a esa situación nos hace ver su fortaleza. Es importante no juzgarlas y ser conscientes de que el suyo es un problema social.

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