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18 EUROS. Estas mascotas se compran en cualquier tienda de animales. Su procedencia está en América. / E.P.
Una mascota devastadora
las especies autóctonas, en peligro

Una mascota devastadora

Biólogos y ecologistas alertan de que el galápago de Florida, que se vende en las tiendas como mascota para niños, está desplazando a especies autóctonas del Guadiana

J. LÓPEZ-LAGO

Miércoles, 21 de mayo 2008, 21:14

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LA tortuguita más inocente, coqueta e inofensiva se ha convertido en una especie devastadora que, silenciosamente, ha irrumpido en el ecosistema fluvial del río Guadiana. Pajarerías y tiendas de animales las venden a 18 euros y son el regalo perfecto para un niño que se empeñe en tener una mascota pues la atención hacia el animal parece mínima. Sin embargo, esta costumbre de regalar animales tiene su cara oculta. ¿Qué hacer con ellos cuando el capricho se convierte en un inconveniente diario?

No hay más que pasear por cualquier paseo fluvial o asomarse un rato a alguno de los puentes de Badajoz para detectar que tan simpáticos anfibios acaban en el Guadiana. Son galápagos de Florida y, aunque un río puede parecer el mejor destino para un animal que se ha criado en cautiverio, «el daño que hacen es tremendo», alerta Arturo López Gallego, biólogo y miembro de la asociación Ecologistas Extremadura. Si bien su introducción descontrolada en los ríos es algo que se conocía desde hace varios años, el ritmo de su reproducción es tan espectacular que ha llamado la atención de los expertos en fauna y flora, que en plena primavera observan a diario apareamientos entre ejemplares que ya alcanzan los treinta centímetros.

López Gallego señala que esta especie alóctona catalogada como Trachemys scripta se ha adaptado perfectamente al Guadiana, de ahí el gran tamaño que desarrollan los galápagos que se avistan, similares al de un pato. «El daño es enorme sobre la fauna, en este caso sobre los galápagos autóctonos, como el leproso y el europeo, aunque este último se ve en ríos de montaña algo más limpios. En cualquier caso, el galápago de Florida amenaza seriamente la supervivencia de los galápagos autóctonos al entrar en competencia con ellos cuando el río sigue teniendo los mismos recursos para alimentarse. «Parece que no tenga trascendencia, pero esto significa que en poco tiempo podemos perder una especie que ha evolucionado en este lugar con nosotros desde hace millones de años y con ella la información genética de nuestro río».

El éxito de este pequeño galápago procedente del sureste de Estados Unidos y noroeste de México se debe, por un lado, a la eficaz distribución que realizan las granjas americanas exportándolos a todo el planeta, y, por otro, a las manchas de tonalidad rojiza que tienen en el cuello, lo que convierte a este animalillo acorazado en el amigo predilecto de muchos niños deseosos de tener algo exótico en casa, aunque esa 'amistad' dure sólo unas semanas.

Este problema no es exclusivo de Extremadura. En La Rioja, por citar un ejemplo, la consejera de Medio Ambiente, Aránzazu Vallejo, reconoció estar asombrada al enterarse de que esta especie foránea había superado ya en número a las locales.

En Extremadura la última campaña de advertencia se realizó hace tres años cuando se detectó el camalote o jacinto de agua, una especie vegetal, también alóctona, que motivó un gran despliegue de medios y una inversión millonaria para conseguir su retirada definitiva. Por aquel entonces, el director general de Medio Ambiente, Pedro Muñoz, aprovechó el episodio del camalote para hacer una llamada a la conciencia ciudadana sobre los riesgos que entraña importar especies exóticas. «Aunque hay extensas relaciones en Internet, si alguien tiene una planta de la que se quiera deshacer y tiene alguna duda, en la Consejería de Medio Ambiente estamos dispuestos a informar», declaró en este diario el 17 de septiembre de 2005.

Peces 'extranjeros'

El significativo aumento de galápagos de Florida en Extremadura es sólo una parte de la lista de especies invasoras que han ido poblando el Guadiana, como el black bass, al que los pescadores ya consideran un habitante más del río. Sin embargo, introducir especies nuevas puede resultar desastroso.

La lucioperca (Sander lucioperca) y el alburno (Alburnus alburnus) han sido objeto de un estudio publicado en el año 2004 por parte del profesor adjunto del área de zoología de la Universidad de Extremadura, José Luis Pérez Bote, que en su visión global concluye que el catálogo de especies ícticas presentes en los ríos y embalses de Extremadura es de 34, de las cuales 20 son nativas y 14 introducidas artificialmente.

La lucioperca tiene un área natural que va desde el río Elba hasta la cuencas de los mares Báltico, Caspio, Aral, Azor y Negro, y ha llegado a Extremadura de la mano de pescadores, pues se trata de un pez más divertido y fácil de cobrar. De igual modo, el alburno podría haber sido introducido en Extremadura como 'pez pasto' para alimentar a otras especies desde el embalse de Campomaior, que desemboca en el río Caya, que a su vez llega al Guadiana.

De igual modo, el ablete, conocido como rata de agua porque se lo come prácticamente todo, se suma a la lista de especies invasoras que provoca el declive de otras nativas, ya que tanto éste último como el alburno o la lucioperca «compiten por el espacio y el alimento, depredan o hibridan con los autóctonos, introducen parásitos y enfermedades, alteran los procesos ecológicos y reducen la calidad ambiental», como cita Pérez Bote en una de las referencias de su estudio. Galería Imágenes del galápago de Florida

Encuesta ¿Peligra el ecosistema de los ríos extremeños por las especies exóticas?

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