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Recogida de aceitunas de un olivar.|HOY
El precio del aceite de oliva se estabiliza tras caer un 30% en dos años
El sector vuelve a la normalidad

El precio del aceite de oliva se estabiliza tras caer un 30% en dos años

El sector vuelve a la normalidad, alterada en 2006 por una mala cosecha que disparó la cotización Extremadura producirá unas 50.000 toneladas

LUIS EXPÓSITO

Lunes, 31 de marzo 2008, 11:20

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El aceite de oliva siempre es especial. Cuando la agricultura es más inestable que nunca, tener un olivar sigue siendo símbolo de distinción y seguro de rentabilidad. Cuando conceptos como calidad alimentaria o delicatessen aún no existían, el aceite era desde hacía siglos la base de la dieta mediterránea. Cuando la mayoría de los productos básicos se están poniendo por las nubes, el aceite se mantiene estable con una ligerísima tendencia a la baja.

La actual campaña de producción está cercana a su fin, con una cosecha ligeramente superior a la anterior, aunque muy lejos de los máximos históricos de principios de siglo.

Los precios, por su parte, están siendo parejos a los de la temporada pasada. De hecho, vienen manteniéndose estables desde hace ya varios años, exceptuando el 'boom' de la campaña 2005/2006. Entonces, el clima fue especialmente inmisericorde y la cosecha fue más que pobre.

El resultado era de cajón: había menos aceite, que salía más caro. El precio para el público alcanzó los cinco euros por litro, y más de uno se echaba las manos a la cabeza.

'Oro verde'

El tema era sensible. Es la base de la alimentación en España, todo se fríe con aceite. Más que nunca se hablaba del 'oro verde' y la gente empezó a buscarse la vida. Fue sustituido en masa por el de girasol, más económico, y por otros derivados también de un coste mucho menor.

Dos años después, las aguas han vuelto a su cauce. Los precios regresan a los niveles de entonces. Todo lo contrario que el resto de los productos básicos. Como es sabido, la leche, el pan y la carne han disparado su coste en los últimos tiempos. Muchas son las causas, pero la más recurrente ha sido la escalada de los cereales, que en el fondo es la base de la pirámide alimenticia.

Todo depende del grano, cuyo consumo se ha disparado gracias, sobre todo, a las llamadas economías emergentes, la India y China. Sin embargo, el aceite de oliva no se ha inmutado, algo que no ha conseguido el de girasol.

Hace exactamente dos años, el litro de aceite de oliva virgen extra costaba de media 4,9 euros para el consumidor final, con picos de 6,21. Esta semana, su precio medio está en 3,79 euros, un 30% menos, según datos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

El descenso fue más acentuado durante la campaña pasada, con descensos del 18%, y se ha moderado en esta. Sin embargo, la tendencia sigue siendo ligeramente a la baja. Desde el pasado 1 de noviembre, el precio del producto ha bajado un 1,5%.

Sin embargo, es posible que la tendencia se invierta y asistamos a una subida levísima en los próximos meses. La causa está en los precios del producto en origen. Esto es, lo que el productor recibe por el fruto de su trabajo en la almazara. Este producto no es precisamente el que sufre más márgenes comerciales, por lo que es más sensible a los cambios. Así, en origen los precios seguían una tendencia similar a los de venta al público hasta el inicio de esta campaña. Hasta el pasado mes de noviembre habían caído el 7%. Desde entonces, y hasta enero, remontaron al apreciarse el 5,6%.

Aún así, permanecen un 2% por debajo de lo que se cobraba de media en las últimas cuatro campañas, a pesar de que han subido los costes de producción y el mal comportamiento de la inflación.

Los expertos achacan el comportamiento sinuoso de los últimos meses al incremento de la demanda de producto por parte de Italia, lo que confirmaría que por allí no esperan una buena cosecha.

Girasol

El viaje de ida y vuelta del aceite de oliva contrasta de forma muy llamativa con el paralelo que ha vivido el de girasol. La subida del uno hizo que muchas economías familiares se fijaran en el otro como alternativa de consumo.

Esto provocó la lógica subida de precios, que todavía se mantiene. Ahora mismo cuesta el 36,4% más que hace dos años. Además, esta alza será constante, debido a la propia naturaleza del girasol. Se está viendo envuelto en la vorágine de los cultivos herbáceos. La subida de costes de producción y el aumento de la demanda provoca que estén en máximos históricos.

A ello habrá que añadir en un futuro lo atractivo que el girasol resulta para la producción de biocombustibles. En un escenario todavía por definir, está en el grupo de los cultivos más interesantes, junto con el cardo y el cereal.

Para muchos, la estabilidad del precio del aceite tiene mucho que ver con el equilibrio de las producciones. Durante los años 2002 y 2003, por ejemplo, la producción superó los 1,4 millones de toneladas, para caer posteriormente en las dos siguientes campañas a 989.000 y 827.000 toneladas. Esa falta de producto provocó la ya comentada subida en los precios.

En las dos últimas temporadas, la cosecha ha crecido ligeramente. El año pasado se elaboraron 1,11 millones de toneladas hasta febrero, y en esta se han contado hasta el momento 1,161 millones, lo que supone el 4,5% más. Las previsiones del Ministerio de Comercio hablan de una producción total de 1,22 millones de toneladas, lo que supone un incremento del 9,9%.

Este crecimiento se sostendrá sobre todo gracias al aumento de la cosecha en Andalucía, del orden del 10%. Se trata de la región olivarera por excelencia, ya que produce el 85% del aceite nacional. Se prevé que la segunda productora del país, Castilla-La Mancha, también aumente sus números en un 10%, aunque estaría por debajo de la media de las últimas seis campañas.

Producción regional

En el caso de Extremadura, se estima que la producción ronde las 50.000 toneladas, lo que supondría un aumento del 7% respecto a la campaña anterior y un 14,8% sobre la media de los ocho últimos años. Se consolida como la tercera productora nacional de este producto, muy cerca de la segunda. De hecho, ocupó esa posición durante algunos años.

En el sector del aceite pesa mucho la importancia del sector exterior. Pocos productos están tan internacionalizados.

La campaña pasada, por ejemplo, España exportó más de la mitad de lo que produjo, en torno a las 600.000 toneladas. La mayor parte de esa cantidad se marcha a Italia, donde se produce una de esas paradojas que sólo se pueden dar en el campo español.

Italia es hoy por hoy el país del mundo que más negocio hace con el aceite. Produce menos de la mitad que España, pero «tiene copados los mercados internacionales, porque fueron los primeros en llegar», asegura Antonio Aguas, presidente de la sectorial del aceite de la Unión Extremeña de Cooperativas (Unexca). Los empresarios transalpinos compran el aceite a granel en España y luego lo venden embotellado con etiqueta de su país. Así logran llevarse el valor añadido.

Por lo demás, Aguas recuerda que «la cosecha de hace dos años fue muy corta. Por ello hubo poco producto en el mercado. Pero en estas últimas semanas también estamos por debajo de los máximos, por culpa de la falta de lluvias. En un buen año se pueden cosechar unas 500.000 toneladas más a nivel nacional», comenta.

«Esto hace que, al ser las cosechas moderadas, los precios no caigan. Sin embargo, no creo que a estas alturas vayan a bajar nunca de los 2,4 euros por kilo en origen. Hay que tener en cuenta que el consumo está creciendo y también las exportaciones», abunda Antonio Aguas.

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