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Así se encuentra actualmente el interior de la Casa de Santa María. / R. H.
La casa de Santa María, legado de la unidad de España
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La casa de Santa María, legado de la unidad de España

Un libro recién publicado sobre la historia de Madrigalejo rescata del olvido el lugar donde murió el rey Fernando El Católico cuando se dirigía a Guadalupe

RAÚL HABA

Domingo, 23 de marzo 2008, 03:11

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Madrigalejo, al sur de la provincia de Cáceres, es una población salpicada desde los años 60 por el regadío. En esta población, hace cinco siglos, se escribió uno de los capítulos más importantes de la Historia de España. El Rey Fernando V El Católico murió en esta localidad cuando iba camino de Guadalupe, en 1516.

Aunque los libros de Historia han venido recogiendo este dato, lo cierto es que a día de hoy puede calificarse casi de un milagro que perdure en pie la morada donde pasó sus últimas horas el monarca, un hecho que es trascendente, no sólo para Madrigalejo, sino para Extremadura y España.

Ubicada en los llamados Barrios Altos de Madrigalejo, la denominada Casa de Santa María exhibe en su fachada una placa que dice: «Aquí falleció el muy alto y poderoso Rey don Fernando El V de gloriosa memoria. Aquí en esta cámara de Madrigalejo, en la casa de Nuestra Señora de Santa María de Guadalupe, miércoles día de San Ildefonso, entre las tres y las cuatro de la mañana, que fueron veintitrés días del mes de enero de 1516».

Lorenzo Rodríguez Amores, veterinario jubilado de Madrigalejo, rescata del olvido esta casa en su libro 'Crónicas Lugareñas, Madrigalejo', dedicando varios capítulos a la última morada del rey católico. Según este autor, esta casa fue en tiempos pasados la propiedad más emblemática del Monasterio de Guadalupe con la excepción del recinto conventual. En esta casa, el monarca otorgó su definitivo testamento que aclaró y modificó los anteriores. Este testamento, que se redacta y se abre por primera vez en Madrigalejo a las pocas horas de haberse firmado es indiscutiblemente el acta oficial de la Unidad de España, según el autor del libro.

Lo que se conserva actualmente en Madrigalejo es parte de lo que fue la Casa de Santa María, un inmueble que fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1980.

La Casa de Santa María fue, en tiempos, la típica casona de labranza, propia y acomodada al tráfago de los numerosos y extensos terrenos laborables que poseían los monjes guadalupenses en Madrigalejo. Se calcula que en sus orígenes ocupaba más de una hectárea. Constituía una manzana entera, aunque actualmente sólo tiene 115 metros cuadrados de superficie.

Esta casa fue destruida casi en su totalidad en el Siglo XIX, cuando se hicieron efectivas las leyes desamortizadoras y debido a que era un bien perteneciente a la Iglesia sin respeto alguno a lo que históricamente simbolizaba. De ella sólo queda un pequeño resto, quizá el más significativo. El reparto de la subasta enajenadora perjudicó a la conservación del edificio y, sin embargo, benefició a muchos vecinos pues dentro del perímetro que ocupaba la mansión se calcula que hoy existen más de 50 viviendas.

En 1840 la casa pasó primeramente a propiedad del Estado. Con anterioridad, y durante cuatro años, el inmueble estuvo abandonado y sufrió un notable expolio. Lo que queda como Casa de Santa María fue utilizado de forma particular como pajar y ya en el Siglo XX como almacén de cemento en las obras del Plan Badajoz

Artesonado de calidad

El inmueble presenta actualmente forma rectangular con dos dependencias, una de entrada o vestíbulo, de unos 20 metros cuadrados, y la mayor con hechura de amplio salón de 95 metros cuadrados, que es donde al parecer murió el Rey Fernando.

Destaca el artesonado de madera, de alta calidad, y que ha resistido tantos años sin deteriorarse.

En la actualidad, la histórica Casa de Santa María está restaurada y decorada en su interior con azulejos talaveranos. El inmueble fue comprado en su día por Hidroeléctrica Española, que costeó hace unos años su restauración.

Pero la Casa de Santa María no sólo tiene importancia por haber sido la morada de Fernando El Católico en sus últimos días, sino por ser el sitio donde el monarca hizo su último testamento, el definitivo, el que anulaba los dos anteriores, los de Burgos y Aranda de Duero.

Se trató de un testamento en el que se fijan los pilares de lo que sería España a partir de entonces, un testamento en el que salió reforzada la figura de su nieto, el príncipe Carlos, que se convertiría en el rey Carlos I de España y V de Alemania. De hecho, muchos historiadores califican a la Casa de Santa María como todo un legado de la Unidad de España. Muchos años después, en esta misma casa se alojó Felipe II.

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