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Bibiano Serrano, Domingo Fernández, Juan María Vázquez, Antonio Villafuerte, Mariano Señorón, Teodoro Casado y Atanasio Naranjo./ F. HORRILLO
El campo extremeño ante el reto de la transformación
ENCUENTRO SAN TELMO-DIARIO HOY

El campo extremeño ante el reto de la transformación

El precio de los cereales, la situación de la ganadería, las políticas europeas o la unión de cooperativas fueron algunos de los temas que se trataron

FRAN HORRILO |

Domingo, 16 de marzo 2008, 09:58

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Bajo el sugerente título ¿Hay futuro en el sector agrario en Extremadura?... y si lo hay ¿cuál es?, reunió el Instituto Internacional San Telmo, Caja Rural de Extremadura y el Diario Hoy a seis ponentes pertenecientes a distintos ámbitos del agro extremeño. El marco, el museo etnográfico de Don Benito, fue incomparable y las conclusiones, interesantes.

El debate estuvo moderado por Antonio Villafuerte, que arrancó el acto haciendo una reflexión sobre la situación de las empresas agrarias extremeñas, pues entiende que la situación de la agricultura no solo tiene una dimensión social, sino también empresarial. Y las reacciones y opiniones fueron muy diversas, aumque todos coincidieron en señalar la transformación como el principal reto de futuro.

Juan María Vázquez

Consejero de Agricultura

«La imagen de lo que se produce aquí cada vez es más positiva»

El consejero de Agricultura y Desarrollo Rural, Juan María Vázquez, inició su intervención aclarando que «la importancia del campo en Extremadura va mucho más allá de lo que algunos datos macroeconómicos puedan decir, como su incidencia en el PIB, en la renta o en el empleo».

Asimismo, advirtió de la conveniencia de no generalizar: «Cuando se aborda la situación del campo extremeño es conveniente acotar, pues la situación de los distintos sectores o subsectores no es igual en uno que en otro, ya que mientras algunos están inmersos en esa dimensión moderna, con profesionales y empresarios que han dado el salto cuantitativo y cualitativo en los últimos años, otros permanecen anclados en los mismos usos y costumbres de toda la vida».

Lo que sí dejó claro el consejero es que el sector se encuentra en un momento clave: «Estamos en el comienzo de un periodo importante, en el que está presente el reto alimentario o el reto energético y el sector agrario está en el centro de los mismos. En los últimos años hemos visto como ha cambiado el sector alimentario, que hará que cambien todas las políticas agrarias de la Unión Europea y del comercio mundial. Y por otro lado, ante la subida desmesurada de los carburantes, se hace cada vez más necesaria y urgente la mirada a las energías renovables».

Vázquez no quiso dejar pasar por alto las características peculiares de Extremadura, con 1,4 millones de hectáreas de dehesa que, como dijo, se trata de «un ecosistema único que permite una ganadería extensiva». También hizo alusión a nuestros regadíos, que dejan a la región en una situación privilegiada, provocando la sana envidia del resto de comunidades autónomas: «Vengo de Barcelona, de un consejo consultivo con todos los consejeros, y he podido comprobar la absoluta preocupación que hay por el abastecimiento de los regadíos debido a la sequía. Mientras tanto, aquí tenemos garantizada esta campaña para nuestras 240.000 hectáreas y la que viene, algo con lo que todos se quedan asombrados y admirados».

Éste también destacó las campiñas con zonas de cereal importante; la zona de Barros, «que tiene un gran futuro»; los olivares o zonas de estepa o de montaña «donde habrá que hablar de algún plan de reestructuración ligados al ovino y caprino».

El consejero también abordó el tema de la ganadería, aunque como reconoció, «esto es otro cantar». Y es que, como apunta, «ahí no solo hace falta apoyos para salir de una crisis coyuntural, sino que es algo más profundo, ya que hay que pasar a la transformación y tener capacidad de sacrificio». Asimismo, éste abogó por desterrar de una vez ciertas connotaciones negativas ligadas históricamente a la agricultura y animó a «vender mejor el campo para no ahuyentar a los jóvenes».

Por todo ello, Vázquez abogó por copiar «lo que se ha hecho bien en otros sectores» y, en este sentido, recordó el ejemplo del tomate hace unos años cuando estuvo a punto de desaparecer y luego resurgió.

Bibiano Serrano

Presidente de Apag Extremadura

«Hacen falta unas políticas fijas que se orienten al productor»

Al iniciar su intervención, el presidente de Apag Extremadura, Bibiano Serrano, dejó claro que la situación del agro extremeño se tiene que enmarcar en un contexto globalizado. Un contexto, como dijo, que viene marcado por la Organización Mundial del Comercio y «por las negociaciones que se están llevando a cabo, que ha llevado a Europa a reestructurar y reformar toda su política agraria para dirigirla a esas negociaciones de la organización».

Así, éste tiene una opinión clara de lo que realmente está pasando: «Se está utilizando al sector agrario y ganadero como moneda de cambio para relanzar otros sectores manufacturados y se está tratando de permitir que países en vías de desarrollo puedan vender carne ganadera, que no tienen nada que ver con las que tenemos en la Unión Europea, ni en calidad ni en seguridad alimentaria.

Serrano también hizo alusión a los vaivenes de las distintas reformas, que no benefician al sector: «Creo que el agricultor está en un momento de desorientación absoluta, pues no hay una equiparación entre el sentir de la gente y los datos que reflejan que la renta agraria ha crecido. Hacen falta unas políticas fijas, que no se vayan cambiando constantemente y que los agricultores puedan entenderlas. Y lo importante es que esas políticas se orienten al sector productor. El sector agrícola está pagando la factura de todos los cambios en la Unión Europea y de la organización mundial del comercio». Por ello, sobre el futuro más inmediato, Serrano apuntó que «el sector tendrá más o menos futuro, en función de cómo nos lo labremos en cada parte, y tendrá que ver con las políticas que se hagan desde Bruselas y como se aplican esas políticas dentro del país».

En este sentido, éste no dudó en afirmar que para que haya empresas agrícolas rentables y con dimensión, «se tiene que acompañar al productor y eso tiene que verse reflejado en la reglamentación». Por ello, abogó por evitar localismos y empezar la unión de cooperativas sector por sector para alcanzar al final la ansiada macrocooperativa. Asimismo, pidió que se orienten las producciones al mercado ya que «no podemos ir a contracorriente».

A nivel regional señaló que habría que hacer algo que no se ha hecho aún, como es «captar parte de ese valor añadido de nuestras producciones que son excelentes y con unas calidades que no tienen en ningún sitio». Hasta ahora, Serrano cree que los agricultores han estado centrados en aglutinar la oferta para vender mejor, a través de un entramado cooperativo, «pero no nos podemos parar ahí y hay que ir a la segunda y terceras transformaciones». Un paso que deberá dar el sector pero en el que, como precisó, «nos tiene que alumbrar el camino las administraciones».

Serrano también se refirió a los precios: «Los agricultores perciben los mismos precios que hace veinte años por su producto y aunque hemos aglutinado la oferta en la renta del agricultor hemos conseguido muy poco».

Domingo Fernández

Acopaex

«Nuestras empresas son pequeñas, por lo que tenemos que unirnos»

Domingo Fernández, de la cooperativa Acopaex, se mostró bastante optimista sobre las perspectivas de la agricultura regional: «Creo en el futuro agrícola de Extremadura». No obstante, abogó por tomar medidas «para acoplarnos a los tiempos que estamos».

Y es que Fernández tiene claro cuál es uno de los retos: «Creo que el tamaño de las empresas agrícolas es muy pequeño y hay que reconvertirlo. Pero una reconversión organizada para que las explotaciones tengan las dimensiones acordes con los tiempos. Después, hay que apostar por la transformación, pero antes tienen que seguir creciendo las empresas. No podemos seguir haciendo chiringuitos en cada pueblo. Hay que hacer empresas que puedan competir en toda Europa, ya que cuando vamos a vender nos encontramos con la red organizada de compras que quieren cantidades del mismo producto, pero nosotros, aunque ofrecemos calidad, las tenemos con distintas marcas y no vamos organizados».

En este sentido, Fernández apostó por la unión: «Tenemos que unirnos y seguir creciendo,ya que aunque hemos puesto los cimientos, el edificio tiene que seguir levantándose y para esa unión la administración tiene que tomar cartas en el asunto. Con tantas cooperativas, a la hora de vender nos cuesta y no podemos competir con precios, y cuando llegamos a los mercados y nos piden una cantidad nos quedamos colgados. Ahora ha llegado el momento en el que las ayudas de la Junta hay que dirigirlas y unirlas en vez de repartirlas, para que esos proyectos puedan llegar al comercio. No es lo mismo llegar al mercado con un tomate transformado que hacerlo con una marca, ya que para eso hay que tener preparado el comercio».

Por su parte, éste también valoró el esfuerzo realizado por los agricultores, con el apoyo de la administración, para mejorar sus infraestructuras de regadío de cara al ahorro del agua. De esta manera valoró las inversiones que se están dando en el campo para dotar las explotaciones de nuevos mecanismo de regadíoi y la repercusión que estas inversiones tienen en el desarrollo de las proucciones y en la eficacia que se ahora en el campo.

Mariano Señorón

Caja Rural de Extremadura

«Hay que ir a mercados emergentes y cambiar las estrategias»

Mariano Señorón, de Caja Rural de Extremadura, coincidió con Bibiano Serrano al señalar que «el problema que tiene la agricultura en Extremadura es la globalización, ya que la Organización Mundial del Comercio puede poner unos productos con unos costos con los que nosotros no somos competitivos».

Por ello, abogó por «ser imaginativos y cambiar las estrategias». Para ello, dejó claro que «no podemos seguir haciendo lo de antaño, sino ir a los mercados emergentes con productos diferenciados que lleven el apoyo tecnológico, pues aquí en Extremadura hace falta la transferencia tecnológica e intelectual y seguimos haciendo las cosas como antes».

Señorón también hizo un aparte para hablar de los cereales: «Los cereales se han puesto por las nubes y tenemos las reservas históricas más bajas desde hace años, pues solo hay consumo para dos meses y es una auténtica locura. El consumo se ha triplicado y hay muchísima especulación en los cereales, con unos precios atípicos y salvajes».

Un alto precio el del cereal que, como afirmó, supone «un fracaso de la PAC, ya que ésta se creó para tener alimentos a precios razonables y que no faltara para nadie y con el tema de los desacoplamientos esto se ha disparado de una manera tremenda». Una subida, como recordó, a cuyo amparo han subido los abonos, los hierros y al precio que está el petróleo, «no sé cómo vamos a competir».

No obstante, éste apostó por los productos extremeños: «Nosotros tenemos los mejores productos naturales que pueda dar la tierra y éstos habría que promocionarlos en escala y no caer en localismos. Hay que unir las cooperativas por lo más simple, como una central de compras y una central de ventas para estar en las mejores condiciones».

Por último, éste manifestó la conveniencia de «apoyar el entorno rural y a que la mujer se incorpore». Algo que, como reconoció, se ha hecho en Extremadura mediante la creación de servicios que dan una calidad de vida a los habitantes del medio rural que, además, «ayudan a conservar el medio ambiente».

Teodoro Casado

Piensos Teca

«Hay que especializarse y ser más profesionales»

Teodoro Casado, de Piensos Teca, centró su análisis en el sector que más conoce, el ganadero. Sin embargo inició su intervención con un mensaje optimista: «Las amenazas en el sector ganadero son muchas menos que las oportunidades».

Partiendo de esa base, Casado apuntó: «Tengo muy claro que Extremadura tiene una cultura un poco atrasada que tenemos que cambiar. Aquí hay una cabaña ganadera importantísima, tanto de ovino, vacuno o porcino, y en este caso el sector ganadero tiene que agruparse y hacer grandes empresas».

Una unión que, como explicó Casado, podría reportar bastantes ventajas, ya que podrían comprar piensos conjuntamente, podrían hacer grandes cebaderos y luego producir carnes de calidad y certificadas. Además dejó claro que es importante que «tengan buenas despensas de ganado para hacer frente a las demandas fuertes de las grandes cadenas».

Asimismo, éste considera importante «presentar una buena imagen con una carne certificada». Y después, en donde cree que se debería intervienir es en los mataderos grandes. Un punto donde, como manifestó Teodoro Casado, «la administración tiene que mojarse un poco y estar atenta a esto, porque aquí hay un valor añadido importante que se está perdiendo y se podría quedar, creando además puestos de trabajo».

Después de esto, éste considera vital «abarcar toda la cadena posible y poder ofertar de todo, especializarse, ser más profesionales y hacer bien las cosas, pues mercado hay».

Atanasio naranjo

Tany Nature

«El éxito al producir alimentos es hacer picos de calidad»

Como no podía ser de otra manera, Atanasio Naranjo, de Tany Nature, disertó sobre el sector en el que mejor se mueve y que podría tomarse como ejemplo por su trabajo bien hecho: el de la fruta. Un mundo que siempre le apasionó: «Se me viene a la cabeza cuando mi profesor de fruticultura me decía a los 19 años que a medida que el proceso de desarrollo avanza, los problemas en agricultura se acentúan. Una amenaza de mi profesor que yo siempre la ví como una oportunidad».

Éste recordó que los comienzos fueron duros: «La fruticultura existió en Extremadura a finales de los 60 y los 70 y pasó como un fuego. Era una locura pensar que con nuestra situación geográfica se pudiera hacer fruta».

A pesar de todo, Naranjo decidió apostar fuerte: «Mi análisis de aquel momento fue que la fruticultura es un sector en permanente crisis y eso es una realidad, pero también en permanente oportunidades. Tiene más amenazas pues demanda más mano de obra. Entonces teníamos mano de obra buena, eficiente y cualificada, teníamos agua y un clima ni bueno ni malo. No teníamos dimensión y no sabíamos vender, por lo que había que cambiar todo el sector. Un sector, por cierto, no subvencionado, como el del cerdo ibérico, que con el nuestro y el espárrago hemos sido los sectores más ejemplares de la región».

Pese a las adversidades, éste tuvo clara la filosofía a seguir: «Nosotros hacíamos calidad. El éxito de alguien que produce alimentos tiene que ser que haga picos de calidad. La revolución que planteamos era adaptar las variedades a nuestro clima. Hemos competido con éxito, hemos tenido dimensión, competíamos prácticamente en un mercado local, con el Valle del Ebro, el Levante y Andalucía como los más directos. Y mientras los andaluces y los levantinos están en una crisis profunda, y la dimensión del Valle del Ebro está focalizada a un mercado de baja gama, el mercado extremeño se focalizó a producción de alta gama».

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