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La Magdalena abre con uso cultural después de tres años de restauración
PLASENCIA

La Magdalena abre con uso cultural después de tres años de restauración

Alberga un centro de interpretación sobre su propia historia, salas para exposiciones y conferencias La inversión ha sido de 488.000 euros y su retraso se achaca al hallazgo de restos humanos y arqueológicos

PILAR ARMERO PILAR ARMERO

Viernes, 14 de marzo 2008, 09:17

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La boca del horno en el que tantos panes y dulces se cocieron; el silo descubierto al poco tiempo de empezar a ejecutar la reforma, hace ya tres años; las tumbas excavadas en la roca; el esgrafiado del siglo XVI del interior de la iglesia Se trata de muestras que se pueden contemplar en el recuperado Rincón de La Magdalena, abierto al público tras unas obras que comenzaron en el 2005.

La recuperación de este espacio, situado junto a la Puerta de Coria, se previó tener lista en seis meses, pero los hallazgos arqueológicos y de restos humanos que se sucedieron prácticamente desde el inicio, alargaron los trabajos hasta las vísperas de este 2008.

El resultado es que La Magdalena de ahora no tiene nada que ver con el ruinoso y lamentable aspecto que ha presentado durante años, gracias a la inversión de 488.000 euros, procedentes de las arcas municipales y de fondos europeos, que se han destinado a su lucimiento.

La recuperación comenzó en 2005, a partir de un proyecto redactado y dirigido por la Oficina del Área de Rehabilitación Integral (ARI), en el que quedaba clara la intención de conjugar presente y pasado, conservando la arquitectura de calidad y completándola con nuevos escenarios en los que se han utilizado materiales como el cristal y el hierro.

Fruto de ese propósito es, también, la recuperación del horno, un ejemplo de la arquitectura urbana popular, que estaba ubicado junto a los edificios religiosos protagonistas del escenario.

El resultado de este trabajo ha sido un nuevo complejo de uso cultural para la capital del Jerte, en el que se diferencia un Centro de Interpretación del propio espacio en el que se ubica.

La iglesia de La Magdalena data del XII, por lo que se considera una de las más antiguas de Plasencia. Ha sido parroquia, cementerio, tahona y depósito municipal de vehículos, usos que quedan reflejados en los paneles de la exposición permanente en la que se puede comprobar cómo se acometió la reforma.

Se han mantenido también para los visitantes, los sepulcros tallados en la roca que se encuentran en el interior de los ábsides románicos. Otros hallazgos, como los restos humanos que han ido apareciendo en estos tres años, se trasladaron hasta el Museo Arqueológico de Cáceres, para que sean estudiados.

Testigos del pasado

Al margen del Centro de Interpretación, se dispone de espacio suficiente par ser utilizado como sala de exposiciones, el primero de los usos que se le ha concedido con la muestra inaugurada el miércoles por la noche, 'Vacío Industrial', perteneciente al programa de las jornadas 'Rehabilita 08', dedicadas al estudio de la arquitectura industrial.

Se han delimitado también salas para conferencias.

El ayer y el hoy comparten espacio en esta nueva Magdalena. Los elementos originales que se encontraban en buen estado se han mantenido, principalmente los revestimientos de mortero de cal, al tiempo que se han limpiado y consolidado las pinturas decorativas. No ha habido reparo alguno, sin embargo, en demoler todo lo que carecía de valor histórico o arquitectónico.

El contenido que se le dará a partir de ahora a este nuevo espacio no es algo predeterminado, sino que se irá decidiendo en función de necesidades y posibilidades. Lo cierto es que ofrece versatilidad, como sala de exposiciones, escenario para conferencias o recepción de visitantes que disfruten de su conocimiento o, simplemente, quieran recrear los sentidos.

La aparición de restos arqueológicos y humanos, sobre todo en la primera fase de la operación, es la razón que ha retrasado en tres años una obra que se calculó para seis meses, según el Ayuntamiento.

Fosas y cadáveres

Los descubrimientos más importantes datan del siglo X y XI y son pedazos de cerámica, como un ataifor (plato hondo para servir comida) y otras piezas verde manganeso. Igual importancia tiene el silo, que se revestía con tela y restos cerámicos, que los expertos enmarcan en los siglos IX y X. Del XII son el plato de época cristiana, posterior a la toma de la ciudad arrebatada a los musulmanes.

Lo más impactante a nivel popular han sido los restos humanos. Los primeros que se hallaron, pertenecientes a los siglos XII y XIII, no eran individuos completos. Posteriormente se descubrieron otros que sí lo eran y cuatro fosas excavadas en la roca con más de una veintena de cadáveres apilados y datados en el XIII y XIV. Se mostraron también huesos mayores, como cráneos y fémures, removidos con el resto de cuerpos o sueltos, como suelen ser típicos en enterramientos medievales.

Los hallazgos, en cualquier caso, han sido vitales para obtener nueva información sobre la ciudad.

La recuperación de La Magdalena supone la devolución a la capital del Jerte de un legado patrimonial, histórico y cultural que la desidia institucional le tenía arrebatado. Los vecinos han reclamado su puesta en valor durante años. Después, iniciadas las obras, incidieron en la necesidad de que se agilizaran. Ha habido que esperar, pero el espacio está ya a su disposición. Ahora, solo queda que empiecen a disfrutarlo. Galería: más fotos en hoy.es

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