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CRISTINA NÚÑEZ
Jueves, 14 de febrero 2008, 09:56
El candil se vuelve juguetón, se disfraza, se camufla y se convierte en lo que, tal vez, siempre quiso ser. Moderno y clásico, intimista o expansivo, sonriente o marchito de melancolía. Nueve grupos extremeños reinventan el himno extraoficial de la región, una melodía considerada el fiel reflejo de la fusión con Portugal. El Gabinete de Iniciativas Transfronterizas de la Junta ha editado un cedé '9 noches y 9 candiles' con nueve versiones que elevan algo sencillo y popular a categorías insólitas. Es una idea original del ex vicepresidente de la Junta, Ignacio Sánchez Amor, y lo ha producido Paco Lobo.
El candil haciendo hervir la noche se convierte en melodía 'dance' de la mano de Charles Chinesky. Baja al barrio y habla como los jóvenes en la versión de Berre de Buyete, el primer grupo de hip-hop de Extremadura que canta en castúo. Sigue jugando el candil a ser otro. Coge ritmo con los violines de Los Niños de los Ojos Rojos, que aportan una versión divertida y movida. Luego, Perroflauta lleva esta melodía a Jamaica, al Caribe, a África, a una playa-espejismo. Llega el corte 5 y, si uno cierra los ojos, puede volar rápidamente a un patio andaluz-colombiano en donde Los Vargas pasan por guitarras el candil y todo parece oler a jazmines.
Continúa su periplo esta canción. Se mete en un oscuro club de jazz de oscuridad y humo. Javier Arroyo y el Lusitania Jazz Machine interpretan el tema «con sabor cubano a ritmo de Mozambique en su primera parte y en la segunda, una especie de cubismo coltreano», según la definición que aparece en el cuadernillo del disco.
La mano de Carlos Ojeda le da un toque imponente, clásico, como de banda sonora. 'Classcandil' parece llenar una pantalla de cine, aliarse con paisajes de vértigo, tocar la apoteosis.
Sigue con la emocionante versión de Acetre, 'Candea Fado', que lo llena de aires portugueses, de notas llenas de tristeza y nostalgia. Y al final, el Candil tal cual, sin disfraces, totalmente desnudo. Lo interpreta Manantial Folk, una formación que desde 1982 está llevando a cabo una labor de reactualización de la música popular. El musicólogo José Jaime Vega González define en el propio disco lo que es el Candil como «el resultado musical más conocido de esa mezcla de culturas forjada en Olivenza». Dice también que según algunos estudiosos es el resultado «de la fusión de un tipo de fado lento bailado en el Alentejo, el fado batido, llamado así por uno de sus pasos, que consistía en pegar con el pie en el suelo».
Disco
El disco, editado con sencillez, -sin fotografías, en blanco y negro-tiene un libreto en el que pueden leerse la trayectoria de los nueve grupos que conforman esta recopilación. En la superficie del cedé, la letra de este «himno» extraoficial, subrayada y corregida. «Cuidad de que no se apague, no, la mecha de este candil, sí, sí, que no falte el aceite, no, no, para que pueda lucir, sí, sí. Que su luz incierta ilumine la danza que cantamos y bailamos. Si se apaga, nos asustamos y acabamos nuestro baile sin el candil».
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