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M. M. N.
Martes, 8 de enero 2008, 03:28
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«Nunca me había pasado tanto tiempo sin jugar. Es duro no estar en la pista». Manu Valdivieso (Sevilla, 1984) es un ilustre desconocido para la afición cacereña al baloncesto. La temporada pasada firmó en Lliria, con Fede Pozuelo, una media de 25 minutos por partido y más de 10 puntos. El Cáceres se lo trajo con la confianza de que fichaba a un jugador de carácter, que imprimiría sello propio a un equipo en formación y garantizaba minutos de calidad. Nada de eso ha sucedido. El escolta se ha pasado la temporada en blanco por una lesión de rodilla que primero no fue correctamente diagnosticada y más tarde desembocó en una intervención quirúrgica para extirparle un quiste. Casi cuenta los días para volver a vestirse de corto.
Su vuelta a las canchas se daba por hecha para el derbi, pero las molestias no han remitido y el baloncestista tiene previsto pasar hoy consulta con el especialista en la capital andaluza. «Mi idea es no precipitarme, pero yo no soy médico. Me gustaría estar ante el Plasencia, aunque...». Eso sí, Valdivieso asegura que cuando se produzca su regreso a la competición, él hará realidad un compromiso que casi sella con sangre: «Puedo garantizar que lo daré todo por este equipo».
«El Cáceres, su directiva, su gente, se ha portado conmigo fenomenal. Todo el mundo me ha apoyado en este tiempo. En cualquier otro sitio ya me hubiesen rescindido el contrato», recuerda agradecido. Formado en las categorías inferiores del antiguo Caja San Fernando (EBA), Valdivieso emigró a Guadalajara y luego hizo parada en el Castellón de LEB 2 (actual LEB Plata). Cáceres debía ser su particular plaza para consolidarse y dar un paso al frente, pero la lesión le ha parado en seco: «Al principio, me dijeron que era un edema óseo. Realmente no se sabía qué era. El problema es que estuve haciendo rehabilitación durante un tiempo y eso no fue lo mejor. Ya la pasada temporada tuve dolores, aunque aguanté. Hubo un momento en que no podía más. Cuando me hicieron la artroscopia, luego, se vio que tenía un quiste del tamaño de una castaña en la rodilla. Me dieron un mes de rehabilitación y van tres semanas. Aún tengo molestias. El médico que me operó tiene la palabra», analiza.
Reconoce Valdivieso que estar fuera ha sido un mal trago: «Es muy duro, no puedes hacer nada. Mi ventaja es que no he caído en la desmoralización. Soy un tipo duro mentalmente».
No se marca plazos, aunque no se da muchas opciones para el viernes, más que nada porque sabe que corre serio riesgo de sufrir una nueva lesión si se precipita. «Sé que es un partido especial. Seguro que el pabellón se llena. Son dos aficiones muy implicadas. Me gustaría estar, pero... También puede ser mi día en la siguiente jornada, o después. Lo que sí puedo garantizar es que lo daré todo por este Cáceres».
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