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M. M. N.
Viernes, 7 de diciembre 2007, 09:46
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El Cáceres pasa la página de Fede Pozuelo, pero no tiene la certeza de poder hacer lo mismo con la de su colección de derrotas, hasta siete de forma consecutiva. El Farho Gijón pone a prueba (Multiusos, 21 horas) el crédito de un equipo que está obligado a dar un plus esta noche, una de esas que marcan un antes y un después, que facilitan la reacción o completan el hundimiento. Se renueva desde la dirección el conjunto cacereño, que se ha puesto en manos del estadounidense con pasaporte holandés Sam Jones, debutante en casa.
El otro debú es de alguien mucho más cercano. Manuel, 'Piti', Hurtado baja hasta la pista con la consigna de poner en orden el jeroglífico de un equipo que inició la temporada arrasando y volvió a dar señales de desintegración en Sabadell, donde redimió al bloque catalán de su condición de colista. Hurtado mira al frente, aprieta los dientes y se la juega al todo o nada para salvar un proyecto que tiene su sello en lo bueno y en lo malo.
«Hubiera preferido volver a entrenar en otras circunstancias, pero las cosas no ocurren como uno quiere sino como vienen». Manuel Hurtado puso las ideas y la voluntad el pasado verano mientras otros ponían el dinero necesario para que Cáceres saliese de su particular armario sin baloncesto. Pasado el tiempo, los acontecimientos se han sucedido de tal forma que el hombre que se comprometía a dejar organizada la casa y, más adelante, a «coger el petate» y buscarse la vida por los banquillos de nuevo, se verá hoy mismo ante la tesitura de tratar de reflotar un equipo que por momentos no acaba de tocar fondo. El rival, Gijón, considerado el equipo más poderoso de la categoría, no parece el más idóneo en estos casos. A la novedad de la dirección desde el banquillo se suma la llegada de Samuel Jones, el hombre llamado a marcar el ritmo sobre la pista. «La situación no es la más idónea. Ha habido que cambiar de entrenador y por pura necesidad me toca a mí asumir el cargo. Tampoco podemos hacer grandes inversiones en el equipo porque hay una duda económica por no saber qué apoyos tenemoos. Todo eso hay que tenerlo en cuenta. La directiva tiene muy claro que lo principal es que los jugadores estén al día de sus cobros». Manuel Hurtado, sin embargo, se fija en días tan especiales como el de hoy en lo puramente deportivo: «Gijón cuenta con el mejor juego interior. Wolfram es un jugador de nivel de LEB Oro. Esa calidad le permite un tipo de juego en el que los americanos tienen un papel determinante, estamos ante la mejor plantilla de la Liga», asume el nuevo técnico. Hurtado vivió una situación similar hace siete años, cuando debutó como ayudante de Alfred Julbe en un Cáceres-Gijón. El equipo extremeño ganó y puso fin a una racha de cinco derrotas seguidas.
«El primer paso es mejorar el nivel defensivo y nuestro balance. De esa forma, intentaremos evitar que nos hagan canastas fáciles. Por supuesto saldremos a ganar, pero considero básico que sepamos competir bien. A partir de ahí creceremos como equipo». Sabe Manuel Hurtado que ha llegado su hora, aunque no haya sido de la forma que él esperaba. Su primer examen será para nota.
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