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Jueves, 8 de noviembre 2007, 02:12
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Los aficionados del Rangers provocaron diversos incidentes en el centro de Barcelona y en los aledaños del Camp Nou durante una visita que, en la mayoría de los casos, no duró ni 24 horas.
La rebelión escocesa empezó la madrugada del miércoles en la plaza Cataluña. Alrededor de 700 seguidores del Rangers acabaron su particular fiesta con un masivo lanzamiento de botellas que concluyó con tres heridos leves.
Las actitudes incívicas de los seguidores obligaron a varios bares de las Ramblas a cerrar las puertas antes de tiempo. Las peleas y las discusiones habituales durante toda la noche en los diferentes locales se produjeron entre los propios seguidores escoceses.
Ayer nada cambió. Los hinchas del Rangers siguieron ocupando el centro de Barcelona insistiendo en su histórica relación con la cerveza. Un par de horas antes del partido la mayor parte de los escoceses se iban encaminado hacia el Camp Nou a pesar de que 14.000 de los 20.000 aficionados que viajaron a Barcelona no tenían entradas.
Algunos de los que se quedaron sin billete intentaron entrar por la fuerza al campo a través de la puerta 19 provocando la intervención inmediata de las fuerzas de seguridad del club y de los Mossos d'Esquadra. Dentro del Camp Nou hubo provocaciones, insultos y un exhaustivo control por parte de la policía autonómica catalana que montaron un dispositivo mayor de lo habitual para evitar incidentes. Un seguimiento que concluyó con varios aficionados del Rangers expulsados del coliseo azulgrana.
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