El instituto San José dedica su biblioteca a Charo Acero

El director del San José, Raúl Aguado, señalaba, que «el fallecimiento de Charo ha dejado un vacío enorme en el instituto, pues el San José aunque es un centro grande y de enorme trayectoria, no deja de ser una familia. Y nuestra forma de terminar de pasar el duelo y recordar la figura de Charo, que la tenemos muy viva, era hacer este acto para recordar sus múltiples facetas».

Aguado justificaba así como surgió la idea de bautizar la biblioteca son su nombre: «Era profesora de Matemáticas, pero era una lectora voraz. Estuvo en la promoción del Aula Guadiana, participando en talleres de relato y poesía y perteneció muchos años a la comisión lectora del Premio Felipe Trigo. Por tanto, nos pareció adecuado rendirle este tributo poniendo su nombre a la biblioteca del centro, para devolverle así una mínima parte de lo que nos había regalado durante estos años».

Además del primer edil y del director, tomaron la palabra Sonia Tena, que fue alumna suya en 1995, así como la profesora María José Pascual, que leyó un poema escrito por la propia Charo. Y es que al acto asistieron alumnos, ex alumnos, padres de los estudiantes, amigos y compañeros docentes, que recordaron con cariño y emoción a Charo.

Fueron su marido y su hija los encargados de descubrir una placa con su nombre en la biblioteca, que desde hoy se llama 'Charo Acero'.

Charo Acero quedará para la historia por ser la 'profesora con la sonrisa permanente'. Con esa sonrisa siempre recibía a todo aquel que quería hablar con ella y era el mejor regalo que brindaba a sus amistades, que fueron muchas.

Licenciada en Ciencias Químicas, Acero desarrolló toda su vida laboral como profesora de matemáticas en el instituto San José de Villanueva de la Serena. Centro en el que, como ha dijo muchas veces, «nació a la enseñanza». Y es que este instituto es el primer y único sitio donde dio clase.