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El villanovense, a la entrada del Aerospace Integration Research Centre. :: c. v.
Un ingeniero que vuela alto en Reino Unido

Un ingeniero que vuela alto en Reino Unido

El villanovense Christian Verdonk lidera el laboratorio del centro de investigación en materia aeronáutica de la Universidad de Cranfield

REDACCIÓN

VILLANUEVA DE LA SERENA.

Domingo, 29 de octubre 2017, 08:41

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Este mes de octubre se inauguraban las nuevas instalaciones del Aerospace Integration Research Centre (AIRC) dentro de la Universidad de Cranfield, en Inglaterra.

En este centro, uno de sus principales componentes es su laboratorio de gestión del tráfico aéreo, un recurso único nivel académico, en el que se pueden experimentar de manera virtual todos los roles que se pueden encontrar ahora mismo en el control del tráfico aéreo.

Pues bien, al frente de este extraordinario recurso se encuentra un joven villanovense, Christian Eduardo Verdonk Gallego, que es el líder técnico del laboratorio y uno de los principales componentes dentro del AIRC. En concreto, entre sus responsabilidades se encuentra todo el mantenimiento y evolución del laboratorio.

«El entorno de la Universidad de Crandfield es el soñado para cualquier investigador en mi campo»

Por tanto, no es de extrañar que durante la inauguración de las nuevas instalaciones, Christian fuera una de las caras más visibles a la hora de explicar el funcionamiento de este centro pionero.

Christian tiene 28 años y aunque nació en Rotterdam (Países Bajos), vive desde los 3 años en Villanueva de la Serena, formando parte de una conocida familia que vive en el barrio de Los Pinos. Estudió en el colegio San José y posteriormente en el instituto San José. Luego, obtuvo el título de Ingeniero Aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid. Y, actualmente, está finalizando su doctorado en Ingeniería Aeroespacial por la misma universidad.

Al mismo tiempo, este villanovense es investigador permanente en el 'Centre for Aeronautics', dentro de Cranfield University, donde sin duda alguna está creciendo profesionalmente a diario.

Como recuerda, decidió irse a Reino Unido en enero de 2016. La razón inicial fue por motivos laborales de su pareja, que es enfermera. Reino Unido proporcionaba unas condiciones de estabilidad en profesiones sanitarias que eran impensables en España. Pero una vez allí, surgió una oportunidad estupenda en Cranfield University, donde su jefe, pero sobre todo mentor, se había trasladado unos años antes. Como reconoce, «él ha sido una pieza fundamental en el desarrollo de la gestión del tráfico aéreo en España, y no dudé en solicitar la plaza para poder trabajar con él y, por suerte para mí, me escogieron».

Christian ahora está enfocado en el buen desarrollo del laboratorio que, como reconoce, «es un recurso magnífico, ya no sólo por la tecnología que tiene incorporada, sino por su integración dentro del entorno del AIRC».

35 millones de libras

De hecho, este centro ha sido financiado con 35 millones de libras por un consorcio formado por la Universidad de Cranfield, HECFE (Higher Education Council for England), Airbus y Rolls-Royce.

En este centro se realiza investigación de diversa índole relacionada con la aeronáutica, desde la automatización de fabricación, diseño del ala del futuro para los aviones o propulsión.

Como admite este villanovense «lo que hace único al centro son las sinergias que surgen de poder trabajar en el día a día con profesionales de estas empresas punteras en el mismo sector».

Al mismo tiempo, acompaña el entorno: «Evidentemente, el entorno de la Universidad de Cranfield es el soñado para cualquier investigador en mi campo, puesto que además de este magnífico centro, contamos con un aeropuerto operativo y aeronaves propias para la aplicación de nuestras investigaciones».

En la actualidad, el laboratorio que dirige Christian es plenamente funcional. Ahora, por ejemplo, están desarrollando una solución, denominada 'Partake', por la cual «intentamos orquestar los despegues en los aeropuertos de Londres, el espacio aéreo más complejo del mundo, para incrementar aún más la seguridad de las operaciones». El laboratorio se usará para poder medir cómo puede impactar esta nueva tecnología en la carga de trabajo de controladores o la eficiencia del sistema. En definitiva, para probar su viabilidad.

Además, en el equipo realizan otros proyectos de investigación a medio y largo plazo. En uno de ellos, denominado 'Agent', están explorando la posibilidad de «convertir a las aeronaves en agentes inteligentes para incorporarlas en la toma de decisiones en el control del tráfico, incluyendo una mayor compatibilidad entre las redes de seguridad que velan por la seguridad operacional mientras volamos».

Lo cierto es que, pese a sus 28 años, Christian reconoce que está cerca de conseguir su reto profesional soñado: «Siempre quise hacer Ingeniería Aeronáutica, puesto que la asociaba con la investigación en los campos más punteros de la ingeniería. Ahora mismo me encuentro en un centro de investigación puntero en Europa, así que podría decir que he llegado más rápido de lo esperado a ese punto. De todas maneras, considero que hay que salir de la zona de confort de vez en cuando. Ahora mismo, mi investigación me está llevando por el camino de la digitalización de la aviación, y mis retos pasarán por contribuir lo mejor que pueda a la sociedad en este sentido».

Lo cierto es que de momento, Christian vuela alto en Reino Unido, aunque señala que en nuestro país también hay promotores importantes de la investigación en su campo: «En el caso de la gestión del tráfico aéreo hay unos promotores de la investigación muy importantes, puesto que contamos con empresas líderes en el campo como Enaire o Indra. Es un buen ejemplo de cómo creo que habría que actuar. Por un lado, considero que hay que encontrar o formalizar mecanismos que permitan integrar de manera efectiva las necesidades de las empresas como impulsores de la investigación. Esto revertirá directamente en la segunda, que es la eliminación de la precariedad del investigador en España, donde hay que luchar contra mil y una trabas para poder conseguir una beca de formación. Como en otros campos, en España se realiza muy buena investigación, pero principalmente, por la vocación y esfuerzo de sus investigadores.

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