Bésame cupido, bésame
El Museo Nacional de Arte Romano de Mérida organiza, cada San Valentín, la actividad 'Enamoraté de Augusta Emérita'
M. ÁNGELES MORCILLO
Sábado, 15 de febrero 2014, 12:23
Besos en la cara, en los labios, con los ojos cerrados, mirando a la otra persona, con abrazo, sin él... Todos valen para demostrar que se está enamorado, que se quiere, que se ama... A la pareja, a una madre, a un hijo, a una amiga, a la vida, al mundo e general... Incluso se puede estar enamorado de Augusta Emérita.
Es lo que pretenden, y lo consiguen con creces, cada 14 de febrero desde el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida con la iniciativa 'Enamoraté de Augusta Emérita'. La actividad, entre otros aspectos, quiere demostrar que San Valentín realmente tiene sus orígenes en el mundo romano.
Para ello, cada año por estas fechas, se habilita un espacio especial para que los visitantes al museo puedan fotografiarse besándose, abrazándose o escenificando cualquier otra muestra de amor con alguna de las piezas que tienen detrás una historia romántica.
La conservadora del museo, Pilar Caldera, explica que cada año se asocia la celebración del día a una pieza del museo y también a un sentido. Los años anteriores fueron el gusto y el olfato. Este año toca el oído.
Así, se ha elegido como fondo para la puesta en escena de los besos la segunda planta del edificio y dentro de ella, una sala en la que se puede admirar un mosaico en el que se representan personajes tocando instrumentos musicales que hacen alusión directa al contexto del amor.
«Hay una serie de composiciones poéticas dentro del repertorio grecorromano que hablan de aquellos sonidos o instrumentos musicales que son especialmente gratos para servir de fondo al amor», explica Caldera, que añade que los que se animaron a participar en la iniciativa, después de hacerse la foto, se llevaron un carnet de baile en el que aparece una serie de piezas de la colección que está relacionado con la música y con amores concretos.
En este caso, se hace una alusión a los amores de Augusto y Livia con una especial atención a la última frase que, se supone, Augusto pronunció en brazos de Livia cuando le llegó la muerte.
Durante toda mañana y parte de la tarde, decenas de visitantes fueron posando para hacerse fotos besando a su pareja, hijo, madre o amigo. Excepto la primera persona. Una mujer de mediana edad que, a primera hora de la mañana, se presentó sola a hacerse la foto admitiendo que ella estaba enamorada del mundo y de la vida.
Sacerdote cristiano
Valentín fue un sacerdote cristiano que vivió a finales del siglo III o principios del IV, que casaba en secreto a los soldados en servicio activo, algo que estaba prohibido desde el origen de los ejércitos en Roma, para darle un lazo sagrado al amor entre parejas y a la familia, tal y como propugnaba el cristianismo. Por contradecir al poder, este sacerdote fue decapitado un 14 de febrero, según cuenta la tradición. Esta festividad se convirtió entonces en una tradición que glorificaba el matrimonio, la familia, el amor en pareja desde época muy antigua, aunque luego pasara a la cultura anglosajona.