Le condenan por tocar la guitarra junto a la mujer a la que no se puede acercar

Los policías que le denunciaron vieron la imagen, para algunos romántica, de un hombre tocando la guitarra en un banco de hierro del Paseo de Cánovas, y junto a él, en el grupo que estaba disfrutando de la música, una mujer que era la antigua compañera sentimental del guitarrista.

Los agentes comprobaron por radio que el músico tenía una orden de alejamiento sobre su antigua pareja, y no se podía acercar a ella a menos de 200 metros.

Una vez detenido, él insistió en que fue ella la que se acercó al banco, que le había dicho que se fuera pero no le hizo caso.

El Juzgado de lo Penal número 1 de Cáceres le condenó el 23 de septiembre de 2011, por haber cometido un delito de quebrantamiento de medida cautelar, a diez meses de prisión.

El abogado defensor recurrió la sentencia, entre otras cosas, al indicar que ella era la que se había acercado a su expareja. La Audiencia de Cáceres acaba de confirmar la sentencia. Comenta que es irrelevante el consentimiento de la víctima, ya que el Supremo lo decidió en un pleno en el que, por una mayoría de 14 votos contra 4, se acordó que «el consentimiento de la mujer no excluye la punibilidad».

El músico llegó a decir que no podía marcharse al tener una lesión en la pierna, pero los agentes comentaron que no quiso ser trasladado a un centro sanitario, y que en ningún momento vieron que él quisiera echar a su expareja. «El acusado - indica la Audiencia -, pese a ser consciente de la prohibición impuesta, permaneció disfrutando de la velada musical».