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La parte del endocarpio del coco es muy resistente.
Los cocos, la clave para edificios más resistentes en terremotos

Los cocos, la clave para edificios más resistentes en terremotos

Un equipo de investigadores alemanes descubre la fibra de la cáscara del fruto de los cocoteros como un producto muy resistente

josé a. González

Sábado, 9 de julio 2016, 11:14

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En los últimos años, la tierra ha temblado con gran virulencia alcanzando los 9 grados en la escala Ritcher. Ecuador, Japón, el sudeste asiático e incluso la costa andaluza española son lugares donde la tierra ha temblado recientemente.

En 2011, Japón vivió uno de los episodios más trágicos de la historia más cercana. Los sismógrafos orientales registraron un temblor de casi 8,9 grados en la escala Ritcher y que provocó un tsunami que asoló la costa nipona. Tras aquel desastre alrededor de 380.000 japoneses se quedaron sin hogar y más de 21.000 personas fallecieron o desaparecieron.

Sin embargo, la cifra podría haber sido aún mayor de lo existir la Ley de Estandard de Construcción, establece los requerimientos mínimos con respecto al sitio, la estructura, las instalaciones y el uso de las edificaciones.

Grandes edificaciones que persiguen un principio de la naturaleza. "Un junco es flexible, puedes moverlo, deformarlo, y se va amoldando", así se construyen los rascacielos.

Mirado hacia arriba, a lo alto de las palmeras, un grupo de investigadores alemanes han encontrado un nuevo material capaz de reforzar la fortaleza del hormigón y el cemento armado. Las palmeras cocoteras pueden crecer hasta los 30 metros de altura, lo que significa que cuando los frutos maduros caen al suelo sus paredes tienen que resistir el impacto contra el suelo para no romperse, señalan.

Para proteger las semillas del fruto de los cocoteros, éstos se componen de una estructura de tres capas: el epicarpio correoso y marrón externo, un mesocarpio fibroso y un endocarpio duro interno que rodea la pulpa que contiene el desarrollo de las plántulas.

La investigación del Grupo de Biomecánica de Plantas de la Universidad de Friburgo (Alemania) reveló que la capa del endocarpio, los vasos que componen el sistema vascular tienen un diseño independiente, de tipo escalera, que se cree ayuda a soportar las fuerzas de flexión. Cada célula está rodeada por varios anillos lignificados, unidos entre sí por puentes paralelos. "El endocarpio parece disipar la energía mediante la desviación de las grietas", señala la autora de la investigación Stefanie Schmier.

"Esta combinación de estructuración de peso ligero con capacidad de disipación de energía resulta de creciente interés para la protección de edificios contra terremotos, desprendimientos de rocas u peligros naturales o artificiales", añade Schmier.

Soluciones innovadoras

Después del seísmo de 1995 en Kobe (7,2 grados de magnitud), la tecnología y la normativa en la construcción de edificios evolucionó drásticamente. Llegaron los sistemas de aislamiento sísmico con capas de láminas que alternan el caucho y el acero para proporcionar rigidez vertical y flexibilidad horizontal y hacer flexibles a los edificios como a los juncos.

Una solución más reciente data de 2013 es la aportada por el ingeniero nipón Shunichi Igarashi.  Su tecnología llamada SRF que, básicamente, consiste en envolver las columnas y las pilares del edificio con tiras adhesivas como si fueran vendajes para que resistan los terremotos.

Sin embargo, la solución más barata, según los investigadores alemanes, está a 30 metros del suelo en las playas más paradisíacas del mundo. La estructura de los cocos puede ser la llave para hacer más fuertes a los edificios que cada vez crecen más hacia el cielo.

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