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Los fundadores de PLD Space, Raúl Verdú (i) y Raúl Torres (d) junto a una maqueta a tamaño real del cohete Arion 1.
La conquista española del espacio

La conquista española del espacio

La startup PLD Space, con sede en Elche, trabaja en un cohete para enviar pequeños satélites a la órbita baja de la Tierra y ha sido elegida por la ESA para probar la tecnología de reutilización de lanzadores

David Valera

Domingo, 19 de marzo 2017, 00:26

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En la mitología clásica Arion era un caballo alado de negras pezuñas muy valorado por los dioses y héroes de la antigüedad. Ahora, en pleno siglo XXI y transformado en un cohete volará más alto para permitir la conquista del espacio a la empresa española PLD Space. Esta startup con sede en Elche tiene como objetivo abrirse paso en el creciente mercado de los nanosatélites. Pero sus sueños van más allá como demuestran el reciente acuerdo con la Agencia Espacial Europea (ESA) para desarrollar la tecnología de recuperación de lanzadores, una técnica que parece ser la clave de la industria aeroespacial del futuro.

"Todos los medios de transporte de la humanidad, desde un caballo hasta un avión son reutilizables. Pero no un cohete", señala Raúl Torres, consejero delegado de PLD Space y cofundador de la compañía junto con Raúl Verdú en 2011. Este ingeniero explica el interés que existe en la agencias espaciales de todo el mundo por lograr un sistema eficaz de recuperación de cohetes. Una tecnología que abarataría el coste de los lanzamientos actuales y, por tanto, haría más accesible el espacio. "No tiene mucho sentido que cada vez que tengas que lanzar un cohete lo tengas que tirar a la basura", resume Torres.

Una cartera de pedidos de 50 millones de euros

  • El negocio de los pequeños satélites está en auge gracias a la miniaturización de la tecnología. "Casi el 70% de todos los satélites que se envían en el mundo pesan menos de 150 kg", explica Raúl Torres. Sin embargo, la mayor parte de los cohetes están pensados para lanzar grandes satélites. Por eso PLD Space quiere estar en ese mercado con el Arion 2, que precisamente tiene una capacidad de carga de 150 kg el órbita baja. Pero también tendrá la capacidad de situar hasta 5 kilos en órbita lunar. Por todo ello, las menores dimensiones de este cohete se adapta a la perfección a las necesidades de este pujante mercado.

  • "Esto permite simplificar y acceder al espacio de manera más económica", señala Torres. De momento la idea ya ha seducido a varias empresas e instituciones. De hecho, PLD Space tiene una cartera de pedidos por valor de 50 millones de euros. Si todo va bien en tres o cuatro años los caballos alados de PLD Space surcarán los cielos hasta el espacio cargados de "cubesat" (satélites de apenas 1,5 kg) para hacer experimentos científicos de todo tipo y comprender mejor el Cosmos.

La idea avanza con fuerza en EE UU, donde empresas privadas como SpaceX, del multimillonario Elon Musk, o Blue Origin del también magnate Jeff Bezos, han demostrado que esta tecnología es posible al realizar varias pruebas con éxito. Por eso Europa no quiere quedarse atrás y han puesto parte de sus esperanzas en el programa LPSR (Liquid Propulsion Stage Recovery) que asciende a 750.000 euros y del que ahora PLD Space forma parte principal con sus lanzadores. El objetivo es poder hacer la primera prueba con un cohete suborbital Arion 1 a finales de 2018. El lanzador despegará desde la base onubense de El Arenosillo y a los 110 segundos el motor se apagará. Tras alcanzar los 220 kilómetros de altura reentrará en la atmósfera para caer en el océano Atlántico. Las pequeñas dimensiones de este lanzador harán que se usen varios tipos de paracaídas para lograr su frenado.

Estos lanzamientos servirán para obtener los datos necesarias de cara al Arion 2, que podría convertirse en el primer cohete reutilizable europeo. Su mayor dimensión le permitirá situar hasta 150 kg de carga útil en una órbita de 400 kilómetros y utilizará retropropulsión para su descenso controlado -además de paracaídas-. Entre los muchos retos a los que se enfrenta el proyecto está conseguir que el cohete no se hunda cuando llegue al mar y evitar la corrosión que genera el agua marina. Si todo marcha bien esperan poder hacer el primer vuelo a finales de 2020.

Para lograr sacar adelante el objetivo PLD Space han conseguido la ayuda de la también española GMV, que cuenta con 30 años de experiencia en el sector espacial -participa en la misión ExoMars de la ESA y también en la exitosa Rosetta-. Aportará su conocimiento en la electrónica y el software de vuelo y las telecomunicaciones. "Será nuestro primo de Zumosol", bromea Torres.

Prueba de motores

El siguiente hito en su meteórica carrera hacia el espacio lo darán a finales de este año con la primera versión del lanzador probándose de manera estática en Teruel, donde la empresa tiene su banco de ensayo de motores. "Eso significa que pondremos en vertical algo que se parecerá a un cohete para hacerlo funcionar durante un tiempo de misión. 110 segundos", subraya Torres. Para lograrlo los 18 trabajadores de PLD Space, que se convertirán en 25 durante este año, trabajan con denuedo. "Para nosotros es una maratón todos los días. Y no puede dejar de serlo en los próximos cinco o diez años", explica el consejero delegado de la compañía.

Son conscientes de que cada paso que dan supone entrar en un terreno ignoto en España y a veces también en Europa. Aunque Torres se ríe cuando les denominan como los "Elon Musk españoles": "Desgraciadamente no tenemos 100 millones en el banco para invertirlos en los cohetes". Sin embargo, PLD Space ha contado desde el principio con el respaldo financiero del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) dependiente del Ministerio de Economía. "Fuimos a la administración que tiene la suficiente competencia y criterio para poder decir si estábamos locos o no", reconoce Torres. Gracias a eso la conquista española del espacio está más cerca.

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