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Mel Bernstein muestra orgulloso el arsenal que acumula en su rancho de Colorado Springs. :: r. c.
El terror de los demócratas

El terror de los demócratas

El arsenal del 'hombre más armado de EE UU' consta de 4.000 piezas. Dos bombas de humo mataron a su mujer cuando grababan un 'reality'

ISABEL IBÁÑEZ

Miércoles, 22 de noviembre 2017, 07:52

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Quedan advertidos. Si se pasan por Colorado Springs (EE UU) eviten detenerse en el rancho de Mel Bernstein, una finca de un kilómetro cuadrado, conocida como 'Dragonland', sembrada de coches tiroteados con maniquíes ensangrentados y carteles que avisan a los intrusos. El propietario lo explica en su Facebook junto a fotos de las escenas del 'crimen': «¡Este cliente tuvo las pelotas de venir a mi tienda con una pegatina de Obama en su vehículo! ¡Supe de inmediato que era un demócrata declarado! ¿Qué piensan ustedes, hice lo correcto? Desde entonces, nunca he visto a otro demócrata, ni a nadie que dijera que lo era. No nos gusta la gente que trata de eliminar nuestros derechos de armas!». Aquí va otro: «Este tipo entró de noche y abrí fuego desde la ventana del salón con mi ametralladora de calibre 50. ¡Si lo miras, parece un terrorista iraquí!».

Al bueno de Mel Bernstein le llaman 'el hombre más armado de Estados Unidos'; 4.000 piezas dice que tiene, entre pistolas, rifles, bazucas, bombas, ametralladoras... que vende y alquila. Y no sólo posee armería, también seis campos de tiro, un museo militar con tanques y 900 maniquíes vestidos con uniformes auténticos de las dos grandes guerras y la de Vietnam, un parque de paintball... Todo ello repartido por esa finca en la que es mejor no adentrarse si en algo aprecian su mísera existencia los demócratas.

La Oficina Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de su país asegura que no es capaz de confirmar si este hombre acumula más armas que cualquier otro estadounidense, pero si no es así, cerca andará. En su tienda, Bernstein, de 71 años, ha vendido más pistolas y fusiles en las tres semanas siguientes a las matanzas de Las Vegas (Stephen Paddock acabó con la vida de 59 asistentes a un concierto de música country el 1 de octubre) y Texas (Devin Kelley abrió fuego en una misa en Sutherland Springs el 6 de noviembre matando a 26 personas) que en los ocho meses anteriores. Habla así de estas dos masacres y de sus clientes: «Sea lo que sea lo que haya usado el asesino, lo que quieren es sentir la potencia del fuego. Quieren tener el arma así para mostrársela a la gente». El 3% de los estadounidenses posee aproximadamente la mitad de los 265 millones de armas de fuego del país, según una encuesta de las universidades de Harvard y Northeastern en 2016. Cada una de estas personas acumula una media de 17 piezas.

Bernstein les gana, claro. Está considerando seriamente la proposición de Discovery Channel de protagonizar un programa de televisión durante tres años. Nada extraño si no fuera porque en 2012 estaba grabando un episodio piloto de un 'reality show' para esa misma cadena cuando dos bombas de humo lanzadas a toda velocidad atravesaron el cuerpo de su mujer, Terry Flanell, de 51 años, acabando con su vida. Desde entonces vive con cuatro maniquíes vestidas en lencería roja. «Necesito a alguien con quien hablar, para contarle mis problemas». Normal.

Una Harley-dragón

Es muy activo en su Facebook, donde le dejan mensajes con foto muchos de sus clientes; una mujer de ochenta y tantos en bata rosa, con cara de malas pulgas y bien pertrechada con un gigantesco fusil ha compartido este: «Acabo de comprar mi AK-47 y 5.000 cartuchos de munición en Dragonland. Vivo en un mal barrio. Hay un montón de pandilleros y no me puedo permitir ni salir. ¡Se llevarán una gran sorpresa si vienen a asaltarme!».

Pero, ¿de dónde sale un personaje así? Bernstein nació en Brooklyn (Nueva York) y dejó la escuela en Secundaria. Sirvió en el Ejército dos años y se hizo más de cien tatuajes. Después compró un taller de motos donde tuneó una Harley hasta hacerla parecer un dragón, ¡incluso escupe fuego por la boca! Por eso le llaman 'el hombre dragón'. Luego marchó a Colorado y empezó a construir su imperio, acumulando poco a poco su arsenal y sus piezas de museo.

Ahora que llega Navidad, compartirá fotos suyas disfrazado de Papá Noel acunando entre sus brazos una recortada: «¡Mira quién se detuvo a comprar un arma de fuego! ¡El bueno de Papá Noel! Me dijo que entrega paquetes en barrios muy malos y necesita una ametralladora. ¡Cuando está bajando por la chimenea, los pandilleros aprovechan para robar juguetes de su trineo!». Si tira usted más hacia republicano tampoco se confíe. Duerme en su cama rodeado de revólveres y rifles. Por si acaso.

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