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Una alimentación sana y equilibrada puede ser una buena aliada para sobrellevar los tratamientos de quimioterapia y radioterapia.
Nutrición para luchar contra el cáncer

Nutrición para luchar contra el cáncer

Una guía de la Fundación ECO ofrece consejos para combatir la falta de apetito y la pérdida de peso con una alimentación equilibrada y así evitar la desnutrición que puede afectar el tratamiento oncológico

linda ontiveros

Viernes, 2 de octubre 2015, 10:17

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La falta de apetito y la pérdida de peso son algunos de los problemas que afectan el estado nutricional del paciente con cáncer. De hecho, entre el 25% y el 80% de los enfermos en tratamiento desarrolla algún grado de desnutrición, lo que influye su salud en general, pero sobre todo en el resultado del tratamiento oncológico. «En los pacientes con cáncer se aplica la llamada medicina integrativa, que incluye los tratamientos (quimioterapia, cirugía, radioterapia), con otros estilos de vida que potencian el efecto positivo de los mismos (ejercicio, dieta). Por eso, a los pacientes se les advierte de que si se desnutren, si pierden peso, se van a debilitar y el tumor tendrá más facilidad para descontrolarse y volver a crecer», explica la doctora Paula Jiménez Fonseca, oncóloga nutricionista del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). «El tumor libera en la sangre unas sustancias que hacen que las reservas energéticas se degraden para que haya más energía en sangre. No se adelgaza por no comer, sino porque hay un metabolismo acelerado que produce la caquexia (pérdida de peso). Asimismo, estas sustancias producen una sensación de saciedad muy precoz que conlleva a la perdida de apetito (anorexia)», agrega la experta.

Por si fuera poco, en algunos tipos de tumor como el de cabeza y cuello, son los tratamientos como la radioterapia y la quimioterapia los que ocasionan problemas a la hora de comer, ya que alteran los sentidos del gusto y el olfato. «En este tipo de tumor los tratamientos danan la boca, no hay saliva y el paciente tiene grandes dificultades para comer», dice la doctora Fonseca.

Ideales durante el tratamiento

  • Semillas de sésamo contienen ácidos grasos insaturados, proteínas de alto valor biológico, lecitina, vitaminas, minerales y oligoelementos.

  • Germen de trigo tomar en el desayuno junto con levadura de cerveza y otros cereales integrales.

  • Polen estimula los procesos fisiológicos y, especialmente, los digestivos.

  • Aceituna dos o tres minutos antes de empezar a comer estimulan el apetito y proporcionan grasas saludables.

  • Endrina fruta silvestre similar a la ciruela que estimula el apetito. ˆ

  • Papaya ayuda a digerir las proteínas. Ingerir al natural, en batido, helado o ensalada.

  • Piña favorece la digestión. Consumir como postre o aperitivo.

  • Ruibarbo sirve de aperitivo y como laxante, y estimula el vaciado de la vesicula biliar.

  • Rábano rusticano aumenta la producción de jugos gástricos. ˆ

  • Condimentos ajo, hierbas aromáticas y limón. Estimulan el apetito y preparan el estómago para la digestión.

Qué alimentos consumir

Para combatir los efectos de la terapia resulta clave orientar al paciente para que elija los alimentos más adecuados y realice una serie de pautas que contribuyan a crear un mejor ambiente a la hora de comer. En este sentido, la Fundacion ECO (Excelencia y Calidad en la Oncología), en colaboración con la doctora Jiménez Fonseca, ha elaborado una guía de nutrición enfocada a los pacientes que van a comenzar el tratamiento o ya estan en pleno proceso o hayan superado la enfermedad. De este modo, se hace hincapié en los alimentos ricos en nutrientes que pueden ayudar a recuperar peso, energía y vitalidad. Entre los alimentos que recomiendan se encuentran: el sesamo, las aceitunas, la pina, el germen de trigo, la papaya, el polen y las setas. Además, aconsejan el consumo de alimentos frescos, cocinados al vapor o a la plancha.

Y si se busca recuperar masa muscular, la guia recuerda que hay que ingerir una mayor cantidad de proteínas que una persona sana. Huevo, pescado, queso, jamon ibérico, frutos secos, chocolate negro y carne son una buena alternativa. «Aunque se suele hablar de la carne como un alimento que, consumido en exceso, podría causar cáncer, sí se debe ingerir por su aporte de proteínas, que es lo que más están perdiendo estos pacientes», recalca Jiménez Fonseca.

Si el paciente tiene muchas dificultades de digestión, mejor preparar los alimentos en pure para incluir más cantidad, intentando elegir carnes y pescados blancos.

Para abrir el apetito

Recurrir a los aderezos para hacer más suculentos los platos o retomar la costumbre del aperitivo son algunas de las recomendaciones para combatir la falta de apetito. «Condimentar las comidas con laurel o naranjo, o comer una rodaja de piña antes de las comidas, favorece la salivación y la producción de jugos digestivos, y tambien mejora la ingesta y las digestiones», asegura la doctora Jiménez Fonseca. También ayuda beber pequenas cantidades de caldo, zumo ligeramente ácido o una infusión de artemisa o cardo santo, así como otras plantas medicinales con propiedades orexígenas.

Alimentos desaconsejados

  • Bollería industrial, enlatados, procesados, embutidos. La bollería industrial es muy azucarada y aporta poco de otros tipos de nutrientes, mientras que los embutidos, por el exceso de grasa, se toleran mal y son indigestos.

Tres consejos básicos que el paciente debe seguir a la hora de alimentarse son: comer poca cantidad pero con más frecuencia, pues, aunque le cabe poco alimento, no puede pasar mucho tiempo sin comer (puede sufrir hipoglucemias y debilitarse); llevar un horario que le permita hacer cinco comidas al día, y sentarse a la mesa en familia, para superar ese momento difícil de la alimentación.

Otro punto importante en estos pacientes es mantener la hidratación. «El agua se tolera muy mal y, por lo general, hay que dar infusiones, caldos, agua con espesante, porque, además de que el agua les sabe mal, es un agente que favorece los vómitos», explica Jiménez Fonseca. Una buena alternativa para las náuseas: el jengibre en extracto o concentrado y mezclado con otras sustancias para mejorar su sabor original, ya que puede ser muy fuerte.

El valor del ejercicio

Además de los beneficios ya conocidos de la actividad física, el ejercicio contribuye a potenciar la masa muscular y estimula el apetito. De esta manera, la guía recomienda varias buenas maneras de ejercitarse, dentro de la propia rutina diaria, como por ejemplo pasear entre 15 y 30 minutos antes de la comida, la merienda y la cena; hacer recados dando un paseo; utilizar las escaleras en vez de los ascensores, y realizar tareas del hogar.

Más información en Fundación ECO.

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