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Los pacientes denuncian el mal uso del término “urticaria”

Los pacientes denuncian el mal uso del término “urticaria”

Afecta a unos 300.000 españoles, cuya vida se ve afectada hasta el punto de impedir trabajar, dormir o tener vida social

redacción

Miércoles, 30 de septiembre 2015, 14:06

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La Asociación de Afectados de Urticaria Crónica (AAUC) ha analizado las referencias al término urticaria en internet de los últimos 18 meses y ha comprobado que muchas veces está unida a cuestiones políticas o económicas. «En campaña electoral es habitual que los diferentes líderes políticos se refieran a las acciones de sus rivales ideológicos asegurando que les provocan urticaria, y no nos gusta que se banalice de esta manera», afirma Meritxell Cortada, presidenta de la AAUC.

«La urticaria crónica es una verdadera enfermedad inmunológica que afecta mucho la vida de quien la padece, que sufre rechazo social de quienes le rodean», continúa Cortada. «Un brote te puede impedir ir al trabajo, dormir, tener una vida social normal e incluso condiciona la ropa que te pones».

Una enfermedad prevalente

La urticaria crónica, que dura más de seis semanas, afecta a unos 300.000 españoles, sobre todo a mujeres, y se caracteriza por la aparición de habones en la piel y angioedema. «Es una enfermedad prevalente en cualquier parte del mundo en sus formas más crónicas. Invalida mucho la calidad de vida de quien la padece, aunque no la hipoteca», explica la doctora Ana María Giménez Arnau, responsable de la Unidad de Inmunología, Alergia Cutánea y Fotobiología en el Hospital del Mar (Barcelona), miembro de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología) y presidenta del comité científico de la AAUC.

Con motivo de la celebración del II Día Mundial de la Urticaria Crónica, la AAUC quiere concienciar a la población sobre esta enfermedad cuyo diagnóstico puede llegar a demorarse hasta 3 años, y en el 80% de los casos no se puede identificar la causa, que podría deberse a una enfermedad autoinmune.

«El gran problema de esta enfermedad es que tiene un curso caprichoso», dice el doctor Joaquín Sastre, jefe de la Sección de Alergia de la Fundación Jiménez Díaz y presidente de la SEAIC (Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica). «Conseguimos que los pacientes no tengan síntomas, pero no somos capaces de que desaparezca, no controlamos la historia de la enfermedad, que desaparece cuando quiere».

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