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Decálogo para ejercitarse al aire libre

Decálogo para ejercitarse al aire libre

El verano es idóneo para comenzar a desarrollar una actividad física, siempre con precaución. Con ejercicio frecuente se pueden evitar patologías como el ictus, enfermedades cardiovasculares y diabetes

redacción

Viernes, 21 de agosto 2015, 15:58

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El ejercicio físico reduce la tensión arterial y el sobrepeso, además de mejorar la salud mental. Con el buen tiempo se pueden practicar deportes acuáticos en playas, piscinas y al aire libre, lo que es recomendado por la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF). No obstante, los médicos especialistas en Rehabilitación y Medicina Física de España advierten que es mejor evitar los riesgos, ajustando la intensidad a la edad, las condiciones físicas y la tipología del deporte. «Hay mucha gente que empieza a practicar ejercicio en verano porque durante el año no han tenido tiempo de hacerlo en el resto del año», afirma el doctor Ángel León, médico especialista en Medicina del Deporte del Hospital Universitario Puerto Real de Cádiz y portavoz de SERMEF. «El reinicio de esta actividad física en personas más o menos sedentarias tiene que llevarse a cabo con ciertas consideraciones».

Para hacer ejercicio con seguridad, el especialista recomienda:

1. Usar ropa ligera, transpirable y acorde al deporte que se va a practicar, para evitar una sudoración excesiva.

2. Realizar una fase de calentamiento estiramientos antes del ejercicio para prevenir posibles lesiones musculoesquéléticas y no detener el ejercicio de forma brusca (caminar o trotar 5 o 10 minutos después de la práctica).

3. Evitar las horas de máximo calor y mantener una correcta hidratación antes, durante y después de la práctica deportiva.

4. Ingerir comidas ligeras antes de iniciar el deporte (unos 90 minutos antes) como leche, zumos y cereales, las cuales proporcionarán un aporte calórico adecuado.

5. Beber líquidos durante y después de la actividad física (agua, zumos y bebidas con sales minerales) para evitar la deshidratación.

6. Si no se realiza deporte asiduamente, dosificar el ejercicio para evitar lesiones musculoesqueléticas o de otra índole.

7. Las personas sedentarias, fumadores, diabéticos e hipertensos deben realizar una fase de calentamiento de dosificación con una duración de dos días, antes de la realización plena del ejercicio.

8. Incrementar progresivamente la intensidad del ejercicio, pero siempre con una fase de calentamiento seguida fase de entrenamiento (aeróbica + ejercicios de tonificación o fuerza) y una última fase de vuelta a la calma (que puede incluir ejercicios respiratorios, de relajación, estiramientos, etc.).

9. Una persona adulta puede hacer unos 150 minutos de actividad aeróbica moderada, repartida a lo largo de la semana y ejercicios de tonificación al menos dos veces en semana.

10. Con el deporte acuático, meterse en el mar, la piscina o el río con muchísima precaución, debido a la posibilidad de que ocurra una lesión medular por zambullida. Así, hay que asegurarse de la profundidad del fondo, evitando lanzarse de cabeza, especialmente si las aguas están muy turbias. En caso de que ocurra, avisar rápidamente a los servicios sanitarios y sacar a la persona de la zona de peligro, moviendo el cuerpo en bloque para que no se produzcan lesiones a nivel del cuello y evitando mover la columna.

«Los médicos rehabilitadores no solo usamos el deporte como parte del arsenal terapéutico: es un arma preventiva para reducir la incidencia de algunas patologías como el ictus, enfermedades cardiovasculares, diabetes», concluye el doctor León. «El verano es idóneo para comenzar a desarrollar una actividad física, siempre con precaución, que debemos procurar prolongar durante el resto del año».

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