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Viernes, 28 de agosto 2015, 09:50
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Se denomina cerumen al conjunto de productos de descamación, secreción sebácea y secreción de las glándulas ceruminosas que se encuentran en el conducto auditivo externo. Todo fruto de un proceso de protección del conducto auditivo, que va desde el tímpano hasta el exterior.
Pero a veces, y en algunas personas, la cera se acumula en gran cantidad, bloquea el conducto auditivo y produce pérdida de audición, apareciendo así los tapones de cera.
Pues bien, como indica la Clínica Universidad de Navarra, una vez han aparecido esos tapones no hay que intentar quitarlos nunca con algodón o bastoncillos. Podría lesionar el tímpano o provocar una infección en el conducto auditivo. Si tiene dolor puede tomar medicamentos analgésicos como paracetamol o aspirina. El médico o la enfermera valorarán la conveniencia de aplicar algún preparado tópico en forma de gotas óticas que facilite la extracción de los tapones.
Debe advertirse al paciente que no debe introducir algodón en sus oídos tras aplicar las gotas, ya que en tal caso el algodón absorbe las gotas y éstas no hacen efecto, que debe permanecer con la cabeza apoyada sobre el lado contrario de la cara al de instilación de las gotas y que debe mover ligeramente el pabellón auditivo para facilitar el efecto de las gotas.
Las gotas para reblandecer el cerumen deben utilizarse entre 5 y 7 días a dosis de 3-5 gotas, tres veces al día. Si el uso de las gotas anticerumen provoca en el usuario un dolor o escozor intenso e inmediato, se debe suspender el tratamiento y el paciente debe ser remitido al Otorrinolaringólogo.
¿Cómo se pueden prevenir?
No se debe introducir ningún tipo de objeto como bastoncillos de algodón porque pueden dañar la piel delicada que cubre el canal del oído e incrementar el riesgo de tener infecciones, picor y problemas de cera en los oídos.
Tampoco se deben utilizar preparados en gotas de forma profiláctica ni realizar lavados del conducto con suero u otra substancia.
Para limpiar el oído basta con mojarse el oído en la ducha y limpiar la zona más externa del pabellón auricular con una gasa o toalla fina.
Evitar introducir champú, jabón o alcohol en el oído.
En personas con predisposición al oído de nadador se aconseja utilizar tapones de material plástico adaptable.
Es conveniente que, una vez al año, su médico le explore el oído.
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