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Ancianos beben agua en una residencia de la tercera edad.
Cómo combatir los efectos del golpe de calor

Cómo combatir los efectos del golpe de calor

Los ancianos y las personas con sobrepeso, enfermedades crónicas o medicadas tienen más riesgo de sufrirlo. La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología da unas pautas para prevenir este problema

redacción

Miércoles, 24 de junio 2015, 16:51

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Para estos próximos días se espera un aumento en las temperaturas, que favorece que se produzcan golpes de calor, sobre todo entre los ancianos, que son los que más riesgo tienen de sufrirlos, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Un golpe de calor se produce si la temperatura corporal normal de 37 grados centígrados llega a sobrepasar los 40 y el cuerpo es incapaz de eliminar el exceso de calor. Las personas mayores tienen una menor sensación de sed y se olvidan de ingerir líquidos. Al no beber, la deshidratación es más rápida.

«Cuando la temperatura externa es elevada, y aún más si la humedad del ambiente es alta o si se está realizando algún ejercicio o actividad física, se pueden sufrir agresiones térmicas que podrían derivar en situaciones de alto riesgo para la vida», asegura el doctor José Antonio López Trigo, presidente de la SEGG. «El golpe de calor no tiene nada que ver ni con los sofocos ni con el bochorno propio del verano. Es un riesgo sanitario a tener muy en cuenta que puede tener consecuencias muy serias». Además, el riesgo a sufrirlo se incrementa si la persona sufre sobrepeso, enfermedades crónicas o está medicado.

Atentos a la hipertemia

Cuando la temperatura de nuestro cuerpo rebasa los 41 grados se produce una hipertermia, cuyos síntomas son dolor de cabeza, sensación de boca seca y pastosa, náuseas, vómitos, mareos, escalofríos, piel seca y enrojecida, calambres musculares en brazos, piernas o vientre, desorientación, pérdida de conciencia o confusión y no sudoración ante las temperaturas altas.

Para prevenirla, los expertos de la SEGG recomiendan:

1. Tomar muchos líquidos. La falta de sed es engañosa, por lo que se debe consumir agua, infusiones, zumos de frutas aunque no se tenga la sensación de sed; y evitar el consumo de bebidas alcohólicas.

2. Realizar comidas ligeras, evitando así las digestiones pesadas.

3. Evitar la exposición al sol cuando las temperaturas son elevadas, sobre todo las horas de mayor intensidad (12-16 horas) y con una humedad relativa alta (mayor del 60 por ciento).

4. No realizar ejercicio ni deportes que aumenten el esfuerzo y la sudoración en momentos de calor.

5. Mantener la casa fresca y ventilada.

6. No permanecer en los vehículos una vez que se aparcan, muchos menos si se mantienen cerrados.

7. Evitar llevar ropa ajustada y elegir tejidos ligeros, como el algodón y de colores claros.

8. Usar sombreros o gorras que protejan la cabeza del sol.

9. Ante un golpe de calor, llamar a los servicios de urgencias.

10. Cuando se producen los síntomas, actuar «como cuando una persona tiene 40 de fiebre: intentar bajar la temperatura con paños de agua fresca aplicados en la frente, en la nuca o en los pulsos», dice el doctor López Trigo. «Y mantener a la persona tumbada, con las piernas levantadas, y hacerle beber líquidos poco a poco, por ejemplo agua con un poco de sal y azúcar, o alguna bebida isotónica».

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