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Michel Droulhiole recopila en ‘El bicarbonato astuto’ (Ed. Espasa) todos los usos de esta versátil sustancia.
Bicarbonato, el 'botiquín' en la cocina

Bicarbonato, el 'botiquín' en la cocina

Desde sustituto de la levadura a alivio de digestiones pesadas, el bicarbonato es un remedio del que desconocemos muchas de sus virtudes, tanto en el hogar, como en la cocina o en nuestro cuerpo

pilar manzanares

Lunes, 27 de octubre 2014, 09:15

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Embalsamar muertos. Eso es lo que hacían en el Antiguo Egipto con natrón, una mezcla de carbonato y bicarbonato de sodio que aprovechaba las propiedades conservantes de este último. Mezcla que también usaban para asearse, y eso es algo que podemos hacer nosotros hoy en día con el fiel bicarbonato, que nació tal y como hoy lo conocemos, refinado, en 1863.

Desde entonces, no hay despensa que no guarde entre sus baldas un bote de tan prodigioso producto. Y para homenajear todas su beneficiosas y útiles propiedades, el periodista Michel Droulhiole ha escrito El bicarbonato astuto (Ed. Espasa), donde recopila todos sus usos: desde los relativos al hogar hasta los culinarios, pasando por el cuidado personal.

Y esa es justo la parte que aquí nos interesa, más allá de que el bicarbonato sea una poderosa herramienta para los alérgicos, que con él pueden eliminar los ácaros rebeldes de colchones y alfombras. Como afirma Droulhiole, solo hay que espolvorearlo en las superficies previamente limpiadas y cepillar ligeramente para que penetre a fondo. Y aunque esta práctica nos puede sonar menos, a pesar de ser un conocido remedio de la abuela, la que le sigue es la más común: ¿quién no lo ha tomado alguna vez para combatir una indigestión pasajera o la acidez de estómago?

Mezclado con agua es un alivio cuando tenemos reflujos ácidos e incluso ardor. Eso sí, esto no debe convertirse en una costumbre, porque podría ser perjudicial, por lo que si la acidez se repite es mejor consultar a un médico.

Además, añadiendo una pizca en el agua de cocer verduras de digestión pesada, como las coles o las alcachofas, se logra que éstas no nos produzcan gases. En el caso del cólico del turista y para rehidratarse viene bien tomar agua en la que se haya diluido una cucharadita de bicarbonato por cada medio litro.

Remedio contra el dolor

Ya sea de garganta, articular o muscular, ciertos dolores se pueden amortiguar con un poco de esta versátil sustancia. En el caso del dolor de garganta se aliviará inmediatamente haciendo gárgaras con agua enriquecida con limón y una cucharadita de bicarbonato. Para las articulaciones, un trapo impregnado con bicarbonato (o vinagre, pero nunca juntar las dos cosas) ayuda a calmar un dolor pasajero, aunque en ambos casos y comosiempre recomendamos consultar con el médico.

También el consumo de aguas con un alto contenido en este producto, como la de Vichy, ayuda a los músculos a resistir esfuerzos intensos, repetidos o prolongados. Si no lo hemos podido evitar y nuestros músculos ya están doloridos, el tratamiento pasará por darse inmediatamente un baño caliente y prolongado de agua con bicarbonato (3 o 4 cucharadas en la bañera). Además de calmar y aliviar, reafirma, hidrata y desodoriza. De hecho, si vertimos medio vaso de bicarbonato en la bañera hará la función de unas sales de baño.

En el caso del dolor de pies, remojarlos en 2 litros de agua con 2 cucharadas soperas de bicarbonato alivia la molestia y el escozor causado por unos zapatos nuevos o una larga caminata.

Belleza e higiene

Lavarse la cara y aplicar con las manos húmedas una fina capa de bicarbonato de vez en cuando ayuda al afeitado. Esa mascarilla debe dejarse que actúe un rato, por ejemplo el tiempo de un cepillado dental, y después aclarar y secar. Si tras ello se procede al afeitado este será más fácil y suave. Por cierto, esta mascarilla si se deja entre 3 y 5 minutos es un tratamiento contra los granos. Como aftershave, un vaso de agua tibia con una cucharadita de bicarbonato calma y suaviza, dejando la piel tersa.

Añadiendo además una cucharadita de nuestro aliado en polvo al champú, este suaviza el cabello y ayuda a peinarlo (cuatro veces al mes como máximo). Con el extra de que es excelente a la hora de eliminar residuos como laca y confeti, algo que viene muy bien de cara a las fiestas que se avecinan.

Esto mismo sirve para reducir la densidad de la caspa, aunque hay que friccionar enérgicamente el cuero cabelludo. Eso sí, si no funciona, no insista y consulte a un profesional.

Como jabón en polvo, basta con ponerse una pizca en las manos y frotarlas bajo el agua, además de limpiar quita el mal olor si lo hubiera. En este caso es aun mejor si se hace una pasta con bicarbonato y vinagre blanco.

Y suma y sigue. Droulhiole recoge muchos más remedios en su libro, demostrando el poder de un producto barato y que nos es muy familiar, sobre todo como genio del hogar.

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