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Estar hidratados evita accidentes al volante

Estar hidratados evita accidentes al volante

Las posibilidades de un accidente aumentan hasta el 60% cuando el conductor pierde líquidos o siente fatiga. Unas sencillas medidas ayudan al conductor a mantener una atención plena

REDACCIÓN

Viernes, 18 de julio 2014, 15:04

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La falta de una hidratación adecuada puede provocar mareos, fatiga, dolor de cabeza y somnolencia, síntomas que interfieren con la concentración y el estado físico adecuado para conducir un coche de forma segura. Durante la conducción es importante mantener un nivel óptimo de hidratación, se deben cumplir una pauta específicas al volante que ayudarán a lograr este nivel de hidratación, siendo necesario parar cada dos horas a estirarse e ingerir líquidos, asegura el profesor Lluís Serra-Majem, miembro del Comité Científico Asesor del European Hydration Institute (EHI), y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. La hidratación al volante es de vital importancia, la falta de hidratación y la fatiga puede aumentar hasta en un 60% la posibilidad de tener un accidente.

Los viajes por carretera, sobre todo en verano, aumenta la sudoración y, por tanto, el organismo pierde agua y electrolitos, más aún en largos trayectos. Incluso una deshidratación leve del 1% del agua del cuerpo reduce notablemente las capacidades físicas y cognitivas, y originar problemas en la función cardiovascular y termorreguladora. Una hidratación inadecuada puede reducir en más de un 80% la capacidad y la rapidez de reacción, afirma el profesor Serra-Majem. Es importante beber líquido antes y durante el viaje, y se debe hacer siempre antes de tener la sensación de sed. Las bebidas con cafeína como el café, el té o las colas nos ayudan a permanecer atentos y alerta.

Para evitar accidentes en viajes largos, el conductor debe seguir estas recomendaciones del European Hydration Institute:

-Parar cada 2 horas a descansar e hidratarse.

-Combinar la ingesta de agua con otras bebidas como zumos de frutas y hortalizas, y bebidas con cafeína como el té o la cola.

-No consumir bebidas con alcohol, que además de relajar, favorecen la deshidratación.

-Equilibrar la ingesta de líquidos con los que se pierden con la orina, el sudor y la transpiración corporal. En un ambiente con una temperatura adecuada nuestro cuerpo pierde diariamente entre 2 y 3 litros de agua. Es muy importante equilibrar las ingestas y lo que bebemos, con lo que perdemos, dice el profesor Serra-Majem. Básicamente las pérdidas se producen por la orina, la sudoración o incluso por la transpiración. Mantener el equilibrio nos asegura una buena hidratación.

-Recordar que el aire acondicionado puede incrementar el riesgo de una hidratación inadecuada debido al aire seco y la baja humedad que se produce en el ambiente.

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