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La doctora Ana Cobo, directora de la Unidad de Criopreservación de IVI Valencia, durante su conferencia.
La tasa de implantación de embriones vitrificados es comparable a la conseguida con embriones frescos

La tasa de implantación de embriones vitrificados es comparable a la conseguida con embriones frescos

Esta técnica ha ayudado a reducir las gestaciones múltiples y lograr varios embarazos de un único ciclo de estimulación ovárica

redacción

Lunes, 27 de abril 2015, 09:03

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«La criopreservación de embriones ha sido una técnica exitosa desde principios de los años ochenta, aunque por aquel entonces se utilizaba básicamente el protocolo de congelación lenta. Hoy en día, el proceso de vitrificación, que evita la formación de hielo y, por tanto, el daño al embrión, cuenta con protocolos optimizados que aportan grandes mejoras a los tratamientos reproductivos, conservando intacto el potencial de implantación del embrión. Así, disponemos de programas de criopreservación altamente eficaces y seguros, razón por la que podemos confiar en que lo que tenemos almacenado producirá el resultado esperado». Quien así habla es la doctora Ana Cobo, directora de la Unidad de Criopreservación de IVI Valencia, y autora del estudio Embryo Vitrification: clinical state of the art.

Actualmente, la vitrificación se ha convertido en el método estándar para la criopreservación de ovocitos, y aplicada a los embriones, esta técnica ha aumentado significativamente las tasas de supervivencia, de modo que un número creciente de clínicas reproductivas de todo el mundo han adoptado la vitrificación como práctica habitual.

Gracias a esta técnica, hoy es posible realizar transferencias de embriones en diferido, es decir, vitrificados tras su obtención en un ciclo de fecundación in vitro (FIV) para transferirlos al útero materno en un futuro, estrategia que puede resultar de gran utilidad en ciertos casos en los que la receptividad endometrial puede estar alterada, o cuando la transferencia en fresco está contraindicada por otros motivos.

Resultados

La tasa de implantación y los resultados clínicos con embriones vitrificados son comparables a los conseguidos con embriones frescos, lo que puede ser explicado gracias a que tras la vitrificación el índice de embriones intactos, es decir, que no han sufrido daño alguno, es muy alta, llegando incluso al 95%.

«Además, la vitrificación ha hecho posible reducir en gran medida los embarazos múltiples, ya que una vez obtenidos los embriones pueden conservarse con la misma calidad que en el momento de su obtención, permitiendo así optar por la transferencia de un único embrión (SET) en un intento por asemejar lo máximo posible la reproducción asistida a la concepción natural», añade la doctora Cobo.

Mediante esta técnica se pueden obtener varios embarazos a partir de un único ciclo de estimulación ovárica, lo cual contribuye a un aumento en las tasas de éxito acumuladas, sacando el máximo provecho al tratamiento.

Se trata de una opción recomendable en pacientes con riesgo de padecer Síndrome de Hiperestimulación Ovárica (SHO), deterioro del endometrio, o en aquellas mujeres de edad avanzada que necesitan un Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) para conocer la normalidad o anormalidad genética y cromosómica de sus embriones, ya que en éste último caso, en muchas ocasiones es necesario vitrificar los embriones a la espera del resultado genético.

Maternidad tardía

La vitrificación es una técnica fundamental en la medicina reproductiva de nuestros días, en la que las mujeres de edad avanzada son una porción importante del total de las pacientes infértiles.

En los últimos 10 años, los tratamientos a pacientes de IVI mayores de 40 han incrementado en un 74%, y tan solo en 2014, supusieron un 40% del total de tratamientos realizados por este grupo en España. Una tendencia creciente a la maternidad tardía que exige a los centros de reproducción asistida una adaptación a dicha realidad social.

La Sociedad Americana de Medicina Reproductiva recomendó en 2013 dejar de considerar la vitrificación/desvitrificación de ovocitos como procedimiento experimental, lo cual duplicó el número de clínicas que ofrecieron esta técnica, el 90% de ocasiones por indicaciones no médicas.

A este respecto, este congreso ha puesto de manifiesto un debate acerca de la pertinencia de vitrificar ovocitos a partir de los 38 años por motivos sociales.

Y es que, según comenta la doctora Linda C. Giudice, de la Universidad de California, autora del estudio All women beyond 38 years of age should freeze their oocytes, «mientras que la supervivencia de los ovocitos es similar entre las mujeres de diferentes edades, incluyendo aquellas mayores de 38 años, las tasas de éxito disminuyen con la edad de la mujer en el momento en que vitrifican sus ovocitos, de igual modo que ocurre en la experiencia clínica con ovocitos frescos».

Así, el principal argumento para la congelación de ovocitos en mujeres mayores de 38 es que si se recomienda un tratamiento de fertilidad para una paciente de esa edad, la vitrificación también formaría parte de la oferta de tratamientos, ya que lo que uno puede hacer con ovocitos frescos también debe poder hacerlo con congelados, dado que los resultados en un determinado grupo de edad no difieren según el estado de ovocitos frescos o congelados, explica la experta.

Mejor antes de los 35 años

Por su parte, el doctor Yacoub Khalaf, del Guys and St Thomas Hospital Foundation Trust de Londres, afirma que la cantidad y calidad de ovocitos se reduce considerablemente a partir de los 35 años, a lo que se añade un aumento progresivo en la tasa de aneuploidía en el ovocito, afectando así los embriones generados a partir de estos gametos dañados.

«Si estos embriones se implantan, la incidencia de aborto espontáneo incrementa, lo cual es debido principalmente a anomalías cromosómicas», añade el doctor Khalaf, «aunque el deseo de preservar la fertilidad mediante la congelación de ovocitos con el fin de evitar el efecto de la edad sobre la reserva ovárica es comprensible y ha recibido un importante impulso por la reciente mejora de la técnica de vitrificación, este proceso parece ser más efectivo si se realiza antes de los 35 años».

Si bien es cierto que la vitrificación de ovocitos en pacientes mayores de 38 es posible, las mujeres deben ser conscientes de que cuanto antes consideren la opción de vitrificar sus óvulos, más posibilidades tendrán de cumplir su deseo reproductivo en un futuro.

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