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Los suplementos de testosterona pueden aumentar el riesgo cardiovascular

Los suplementos de testosterona pueden aumentar el riesgo cardiovascular

La utilización de la hormona, para mantener el vigor físico y la apetencia sexual, puede duplicar las posibilidades de un infarto en personas mayores de 65 años

redacción

Martes, 8 de julio 2014, 16:01

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La Fundación Española del Corazón (FEC) advierte que consumir suplementos de testosterona puede aumentar hasta duplicar el riesgo cardiaco, después de analizar una investigación realizada con una muestra de 55.000 hombres tratados con esta hormona, publicado en la revista PLOS One. Al comparar el riesgo de padecer un infarto de miocardio un año antes de empezar el tratamiento y 90 días después de la primera dosis hormonal, los investigadores observaron que los hombres mayores de 65 años habían duplicado el riesgo de padecer un infarto de miocardio. Entre los más jóvenes también se percibió ese aumento entre los que presentaban un historial de enfermedad cardiovascular.

Los suplementos de testosterona se han hecho populares entre los hombres que sufren una disminución de testosterona, algo común y progresivo a partir de los 40 años. Para revertir esta reducción de testosterona endógena (la que produce el organismo), lo que ocasiona pérdida de vigor y fuerza muscular, disminución de las erecciones matutinas y finalmente disfunción eréctil y pérdida del deseo sexual, cada vez son más los pacientes que utilizan suplementos de testosterona exógena. Solo en Estados Unidos, por ejemplo, hay medio millón de nuevos pacientes anuales. En total, las personas tratadas con suplementos de testosterona se han multiplicado por cinco en la última década, alcanzando los 5,3 millones de recetas. El problema es que dosis elevadas de esta hormona se ha asociado a muerte súbita cardiaca y a patologías degenerativas hepáticas y testiculares.

"Mientras que la testosterona endógena tiene efectos beneficiosos sobre el sistema cardiovascular, ya que mejora por ejemplo la vasodilatación arterial, los suplementos exógenos de testosterona pueden tener otros efectos negativos relacionados con policitemia (aumento de hematíes que produce hemoconcentración), incremento de la coagulabilidad sanguínea, disminución del HDL-colesterol, hipertensión arterial y efectos sobre la próstata en determinados grupos de pacientes asegura el doctor Carlos de Teresa, representante de la Fundación Española del Corazón (FEC) y especialista en Medicina del Deporte. En los casos de dosis elevadas de testosterona se produce una mayor hipertrofia cardiaca que puede aumentar el riesgo cardiovascular y el riesgo de sufrir tumores de hígado y próstata.

Venta ilegal

Aunque la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) aprobó la venta de los suplementos de testosterona en caso de patologías graves, como cáncer de testículos, se debe administrar bajo rigurosa prescripción médica y dentro de los parámetros óptimos, que están entre los 10 y los 30 nmol/L en los hombres y entre los 0,6 y los 2,5 nmol/L en mujeres. Pero, como advierte el doctor de Teresa, la venta de estos suplementos en Internet es muy amplia y muchos portales se están especializando en el sector de forma ilegal, a pesar de su estricta regulación en el mercado. Los efectos que produce la ingesta de estos productos ha llevado a la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) a prohibir su comercialización y cualquier índice de tratamientos con testosterona se considera dopaje.

Alternativa saludable

Para combatir de manera saludable la disminución de testosterona, la FEC recomienda métodos naturales que ayudan a aumentar sus niveles, como practicar ejercicio físico una media de 30 minutos al día para elevar los niveles de testosterona, dormir un mínimo de 8 horas diarias y descansar bien, ya que el sueño reparador consigue mejorar la masa muscular.

Para estimular la producción natural de estas hormonas y que produzcan adaptaciones de distintos sistemas (incluido el cardiovascular), lo ideal es mantener una vida suficientemente activa y saludable, incluyendo una alimentación equilibrada y sueño reparador, afirma el doctor De Teresa. Las personas sometidas a altos niveles de estrés segregan una mayor cantidad de cortisol, una hormona catabólica (destructora de tejidos) contrapuesta a la testosterona, que tiene un efecto anabólico. Los síntomas provocados por el estrés, como fatiga, cansancio, sueño poco reparador e incluso depresión, están producidos por un aumento de cortisol y un descenso de testosterona. Uno de los beneficios de hacer ejercicio, tener un buena alimentación y reducir los niveles de estrés es que la relación entre la testosterona y el cortisol se normaliza, reduciéndose los niveles de cortisol y e incrementándose los niveles de testosterona".

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