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Prohibir el aborto no reduce el número de interrupciones del embarazo

Prohibir el aborto no reduce el número de interrupciones del embarazo

Un estudio de la OMS certifica que las tasas son similares independientemente de la ley y afirma que vetarlo fomenta prácticas peligrosas

Borja Robert

Jueves, 12 de mayo 2016, 01:06

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Un estudio elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de los últimos 25 años ha concluido que prohibir o restringir severamente las interrupciones del embarazo no consigue reducir su incidencia. Las tasas de aborto en países con leyes restrictivas con esta práctica son iguales o mayores que las de donde está regulado con más flexibilidad. En promedio, estiman, una de cada cuatro gestaciones a nivel mundial no llega a término. Una cifra que no ha cambiado demasiado pese a que los países desarrollados han vivido un brusco descenso en la proporción de casos por cada mil adultas en edad de procrear y registran, ahora mismo, su mínimo histórico.

«En los países desarrollados el descenso continuado de las tasas de aborto se debe sobre todo al aumento del uso de los anticonceptivos modernos, que ha proporcionado a las mujeres un mayor control sobre cuándo tener hijos y, además, sobre cuántos quiere tener», explicó la investigadora Gilda Sedgh, del Guttmacher Institute (EE UU), autora principal del trabajo. «En los países en vías de desarrollo, sin embargo, los servicios de planificación familiar no son capaces de lidiar con el creciente deseo de familias más pequeñas». Según los datos del informe, cuatro de cada cinco embarazos no deseados los sufren mujeres sin acceso a anticonceptivos modernos. «Y muchos embarazos no deseados acaban en aborto», sentencia Sedgh.

Según el estudio, que publica hoy la revista médica The Lancet, la tasa mundial de abortos ha descendido durante los últimos 25 años, impulsado sobre todo por los países desarrollados. En estos, ha pasado de 46 casos por cada mil mujeres en edad de procrear a 27. Sin embargo, en los países en vías de desarrollo se ha mantenido básicamente igual. De 39 ha pasado a 37. En total, estiman desde la OMS, cada años se producen unos 56 millones de interrupciones del embarazo en todo el mundo. Cuando se miran las cifras de aborto en comparación con el número de embarazos, los países ricos pasaron del 39% de 1990 al 28% de 2014 y los países en desarrollo de un 22% a un 24%.

Entre las pruebas que aportan los autores del trabajo para justificar su afirmación de que las leyes restrictivas no reducen el número de abortos es el caso de Latinoamérica. Pese a ser una de las regiones del mundo más estrictas en la prohibición de la interrupción voluntaria del embarazo, su tasa actual de gestaciones que no llegan a término es del 32%, un tercio del total y la más alta del mundo. Visto desde la otra perspectiva, suman 44 casos por cada mil mujeres en edad reproductiva. Además, mientras que en los países con leyes que permiten abortar se registran 34 casos por cada mil mujeres, este número sube a 37 en los países donde no está prohibido. Al veto se une, a menudo, una falta de acceso a anticonceptivos eficaces.

«En los países con leyes más restrictivas sobre la interrupción del embarazo hay muchas más mujeres que quieren usar anticonceptivos y no pueden que en los países con normas más laxas, y esto hace que aumente aún más la incidencia del aborto en países con leyes que limitan esta práctica», aseguró Sedgh, que todavía trabaja con su equipo para hacer un estudio más completo sobre los abortos inseguros. «Todavía no tenemos estimaciones sobre cuál es la proporción, pero sabemos que se dedican casi 300 millones de dólares al año en resolver problemas médicos derivados de estas interrupciones del embarazo no seguras», recalcó Bela Grana, científica de la OMS y coautora del trabajo.

«Las altas tasas de aborto que hemos visto en nuestro estudio aportan pruebas adicionales de la necesidad de mejorar y extender el acceso a servicios anticonceptivos efectivos. Invertir en métodos modernos de contracepción sería más barato para las mujeres y para la sociedad que los actuales embarazos no deseados y los abortos inseguros».

Ante estos resultados, la demógrafa y experta en salud reproductiva Diana Greene Foster, de la Universidad de California, recalcó que la prohibición no parece tener ningún efecto para evitar los abortos. «La interpretación obvia es que criminalizar esta práctica no la previene, sino que impulsa a las mujeres a buscar alternativas ilegales», afirmó. «Pero además, esta explicación olvida que muchas mujeres, ante la ausencia de servicios legales, llevan a término sus embarazos no deseados. Como consecuencia, estas mujeres se enfrentan a un mayor riesgo de mortalidad maternal y crían hijos que ni están preparadas para cuidar ni a menudo pueden permitirse».

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