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Gafas de sol y humidificadores, aliados para los ojos durante el invierno

Gafas de sol y humidificadores, aliados para los ojos durante el invierno

Las lentes deben llevar un buen filtro frente a la radiación ultravioleta, aunque no es necesario que sean tan oscuras como en verano

José Luis Álvarez

Domingo, 7 de diciembre 2014, 08:24

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El frío, el viento o el hecho de que en invierno el sol esté más bajo en el horizonte pueden perjudicar la salud ocular. A ello se suma que en muchos locales y viviendas la calefacción reseca en ambiente, lo que también perjudica a los ojos.

El frío y el aire propios del invierno provocan un aumento de lagrimeo y sequedad en nuestros ojos que se puede reducir protegiéndolos con unas gafas y utilizando lágrimas artificiales, según explica Begoña Baamonde, especialista del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega de Oviedo. Y es que, si bien el aumento de la producción de lágrimas a causa de la exposición al frío es generalmente moderado y la lágrima se elimina por el conducto que comunica el borde de los párpados con la fosa nasal, hay personas en las que este conducto es estrecho o está parcialmente obstruido, de forma que la lágrima no puede ser eliminada. Si el frío se combina además con viento, los ojos se secarán y el paciente notará ardor, escozor y secundariamente esto también provocará enrojecimiento de los ojos y lagrimeo, explica.

En cuanto a la disminución de la exposición a la luz natural consecuencia del acortamiento de los días invernales, la doctora matiza que, si bien efectivamente hay menos horas de luz solar que en verano, la posición del sol en esta época es más baja en el cielo, de forma que sus rayos llegan con una inclinación que los hace muy molestos e igualmente nocivos. Por otra parte, que el día esté nublado no significa que la radiación ultravioleta, parte integrante de los rayos solares, no llegue hasta nuestros ojos, afirma.

Todo ello lleva a esta experta a rebatir aquella idea de que las gafas de sol son para el verano y a afirmar que, de hecho, se puede y se deben usar gafas todo el año. Está demostrado que la exposición a la luz del sol y a la radiación ultravioleta favorece la aparición de determinadas enfermedades como las cataratas o la degeneración macular asociada a la edad. Por tanto, en invierno también es necesario utilizar gafas que lleven buen filtro frente a este tipo de radiación, aunque no es necesario que sean tan oscuras como en verano porque la intensidad de la luz solar es menor.

El que la gafa sea oscura no significa que absorba toda la radiación ultravioleta. Incluso si es muy oscura pero no lleva filtro para ultravioletas, puede ser más perjudicial, porque al impedir el paso de la luz visible, la pupila no se contrae y permite la entrada de más radiación nociva hacia el interior del globo ocular, señala.

Respecto a la sequedad del ambiente por efecto de la calefacción, Begoña Baamonde

Hace que las personas noten molestias como quemazón, escozor, sensación de tener arenas dentro de ojo, especialmente si están haciendo alguna labor que les exija atención, como trabajar con ordenadores, apunta esta especialista. En estos casos, al estar muy concentrados en la pantalla, se parpadea con menos frecuencia, la lágrima se evapora fácilmente por la sequedad del ambiente y la superficie ocular se seca produciendo las molestias que hemos mencionado. Todo ello hace recomendable el uso de humidificadores o al menos colocar recipientes con agua encima de los radiadores para aumentar así la humedad del ambiente.

Deportes de invierno

Para las personas que practican deportes de invierno, la doctora Baamonde recuerda que a altitud y la reflexión de la luz provocada por la nieve aumentan en un 80% la exposición a la radiación ultravioleta, haciendo que la luz solar sea mucho más peligrosa y que pueda provocar incluso quemaduras a nivel de la superficie del ojo. Es lo que se conoce como queratitis actínica, un cuadro muy doloroso, aunque se suele solucionar por si solo al cabo de unas horas.

Por todo ello es fundamental utilizar buenas gafas de sol que protejan frente a toda la radicación nociva y que cubran bien toda la zona del ojo. Se aconsejan sobre todo las denominadas de categoría 4, que garantizan la absorción más alta frente a UVB/UVA (92-97%) y están concebidas sobre todo para la nieve incluso en altitudes superiores a 3.000 metros, afirma la experta, al tiempo que aconseja comprar estas gafas en establecimientos sanitarios de óptica y asegurarnos de que cuentan con un certificado que indique el nivel de protección UV.

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