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Restaurante del Hostal de los Reyes Católicos (Santiago de Compostela). :: r. c.
Remedio contra  la crisis

Remedio contra la crisis

Pueblos deprimidos piden un parador para capear el trance. La inversión es costosa y pocos lo consiguen

Lunes, 5 de marzo 2018, 09:12

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La Administración se lo piensa dos veces antes de abrir un parador. Inaugurar otro hotel exige cuantiosas inversiones, ya sea para remodelarlo y acondicionar un inmueble histórico o levantar uno de nueva planta. La apertura de un establecimiento no baja de los 15 millones de euros. Es una operación que demanda unas licitaciones y gastos de mantenimiento onerosos. Aun así, hay cinco nuevos hoteles que abrirán sus puertas en breve, aunque nadie, ni Turespaña ni Paradores, arriesgan una fecha. Las obras se desarrollan, para exasperación de los alcaldes, con bastante retraso. Moncayo (Aragón), Molina de Aragón (Guadalajara), Muxía (A Coruña), Morella (Castellón) e Ibiza se convertirán en nuevos destinos turísticos. Algunos de ellos buscan en la actividad hotelera un salvavidas para capear tiempos difíciles o recuperar edificios históricos abocados a un deterioro inexorable.

Al margen de los mencionados, los ayuntamientos de Estepona (Málaga), Guadix (Granada), Santander (Cantabria), Pastrana (Guadalajara) y Estella (Navarra), entre otros, llevan reivindicando desde hace años la presencia de un parador en su territorio. Y pese a que se prometió en su momento, la empresa ha renunciado a abrir un establecimiento en Villablino (León). La misma suerte es probable que corra el que se pensaba levantar en Alcalá la Real (Jaén), en concreto en la Fortaleza de la Mota. Y la idea de construir uno en Béjar (Salamanca) duerme en un cajón.

A la vista de las numerosas peticiones para crear nuevos hoteles, Turespaña, la organización que tiene la última palabra, estudia la disponibilidad presupuestaria y la viabilidad económica antes de acometer cada proyecto. En la decisión se sopesa además de qué manera una iniciativa de estas características puede propiciar el desarrollo económico de la zona y si interesa para proteger el patrimonio histórico.

Restaurar la Alcazaba

Guadix no desiste y volverá a pedir la conversión del antiguo seminario en un parador. El teniente de alcalde del municipio, Iván Gil, denuncia que este edificio y la Alcazaba, una construcción árabe del siglo XI, se caen a pedazos. Cree que la única forma de conservar estas dos joyas del patrimonio local es crear una infraestructura hotelera, para lo que se pueden aprovechar los 1,2 millones de euros que con cargo al 1,5% cultural desembolsarán el Ministerio de Fomento y la propia Corporación, gobernada por el PSOE. «Al principio se quiso hacerlo en el casco histórico, en el mismo emplazamiento de ahora, luego se propuso levantarlo en la antigua azucarera y ahora volveremos a reactivar el plan donde se pensó en un principio», dice Gil.

Los municipios limítrofes a Santa María de Garoña (Burgos) acariciaban el mismo empeño y ya han arrojado la toalla. Cuando se avecinaba el cierre de la central nuclear, se barajó la idea de erigir un parador para evitar que la comarca entrara en decadencia. Todo iba sobre ruedas, incluso se eligió Plágaro, un pueblo deshabitado, como lugar idóneo que acogiera un complejo turístico para «disfrutar de la naturaleza». Pero el proyecto se fue al traste. «Y eso que nos prometieron una partida de un millón de euros para promoverlo. Nunca se materializó», explica Agustina Poza de Pedro, agente de Empleo y Desarrollo Local del Ayuntamiento del Valle de Tobalina, municipio del que depende Santa María de Garoña.

Los últimos paradores en incorporarse al negocio han sido el Monasterio de Corias (Cangas de Narcea), la Fortaleza de Lorca (Murcia), el Hotel Atlántico en Cádiz, Casa da Ínsua (Portugal, el primero inaugurado en otro país en régimen de franquicia), el Castillo de Monterrei (Orense) y, recientemente, el pasado julio, el Monasterio de las Rosas, en Lérida.

Los que están en fase de ejecución acumulan un notable retraso. Un ejemplo es el Real Monasterio de Santa María de Veruela, una abadía cisterciense del siglo XII, situada en las cercanías de Vera de Moncayo (Aragón). Se trata de un proyecto que se lleva madurando desde hace doce años. Si todo va bien, su inauguración acontecerá en primavera.

Las obras del parador de Muxía van a buen a ritmo. El hundimiento del buque 'Prestige' indujo a revitalizar la comarca. Hace 15 años se pensó que una buena idea sería la construcción de un parador.

El plan para hacer un parador en Molina de Aragón se presentó por primera vez hace ocho años, cuando el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero decidió resarcir a la comarca, que había padecido un incendio que asoló la zona y en el que murieron los once miembros de un retén en 2005.

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