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El imponente establecimiento de cinco estrellas, convertido hoy en prisión de lujo, alojó al presidente Trump en su visita al reino saudita, hace apenas seis meses. :: p. new/ f. al nasser
La jaula de oro

La jaula de oro

El heredero al trono saudí desaloja el hotel Ritz-Carlton de Riad para encerrar allí a los «corruptos» del reino, príncipes y millonarios. Van ya más de 200 arrestos

ICÍAR OCHOA DE OLANO

Domingo, 12 de noviembre 2017, 10:22

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Mientras no les ejecuta, a Arabia Saudita le gusta ser considerada con sus prisioneros. Los 5.000 reos acusados de crímenes terroristas que se distribuyen en sus modernos y cómodos penales disfrutan de celdas con televisores, camas de matrimonio y, para los que demuestran buena conducta, salidas a un hotel donde pueden reunirse por unos días con sus parientes. Cuando los delincuentes son de la familia, la monarquía absolutista que rige el destino del país líder en producción de petróleo en Oriente Medio vacía todo un Ritz-Carlton para acomodarles en sus opulentas dependencias de cinco estrellas. Nadie gana a hospitalario a Mohammed bin Salman, MSB, como le conocen en su feudo arábigo.

Hace unos días, los huéspedes que estaban alojados en ese hotel, uno de los mejores y más grandes de Riad, la capital saudita, recibieron la orden de reunirse en el vestíbulo para su traslado a otros establecimientos de la ciudad. No hubo más explicaciones. Cerca de allí, en palacio, el joven príncipe heredero al trono, favorito del monarca Salman y su asesor principal, estaba a punto de apretar el botón que daba inicio a una purga sin precedentes de decenas de las figuras más influyentes del reino. Entre ellos, once primos reales, todos príncipes.

Presentada como una medida enérgica para acabar con la corrupción y emprendida sin formular acusaciones formales ni emprender procedimientos judiciales, la serie de arrestos lo mismo ha afectado a su más poderoso rival al trono, el príncipe Mutaib bin Abdalá, el ojito derecho del difunto rey Abdalá, que al inversionista más rico del planeta, el príncipe Alwaleed bin Talal. El 'aquí estoy yo' sin contemplaciones de MSB también se ha llevado por delante a decenas de exministros y relevantes nombres locales de la economía y la política, como el jefe de la Guardia Nacional, Muteb bin Abdulá, hijo del difunto rey Abdulá bin Abdulaziz, y el director del imperio televisivo saudí MBC, Al Walid al-Ibrahim, cuñado del difunto soberano Fahd.

Los huéspedes recibieron la orden de reunirse en vestíbulo para su realojamientoMohammed bin Salman

Los ha mandado detener a todos pero, eso sí, los ha encerrado en el mejor hotel de la ciudad. Situado frente a la zona diplomática de Riad, en un recinto de 200.000 metros cuadrados plagado de palmeras, este gigantesco inmueble de 492 habitaciones fue inaugurado hace apenas seis años con interiores revestidos en mármol; seis restaurantes en donde se sirve cocina libanesa, italiana y china, «además de una amplia selección de puros habanos»; una piscina cubierta coronada por una cúpula y vistas a unos cuidados jardines; un fastuoso spa; una bolera de seis pistas... Antes de que la web del establecimiento anunciara que «debido a circunstancias imprevistas, las líneas de internet y telefónicas están desconectadas hasta nuevo aviso» y colgara el cartel de «no hay habitaciones disponibles», dormir en una de ellas y desayunar a la mañana siguiente en uno de sus lujosos salones podía salir por 1.139 riyal, el equivalente a 260 euros. La oferta sigue aún colgada en su página de internet.

La elección de este edificio por parte del nuevo hombre fuerte del reino saudita, de solo 32 años, no parece, sin embargo, que estuviera motivada únicamente por su elevado confort. MSB tenía previsto encerrar en una jaula de oro a muchos prohombres caídos en desgracia y precisaba de un inmueble holgado en plazas. Así, a la primera hornada de arrestos le ha seguido una segunda, con lo que los detenidos superan ya los dos centenares, según ha confirmado la propia fiscalía de Riad, que los considera responsables de un «expolio» que cuantifica en 86.000 millones de euros.

Colchonetas para los guardias

Pese a que el edificio permanece clausurado y custodiado por vehículos policiales, el diario 'The New York Times' ha logrado difundir imágenes de uno de los salones del hotel, en las que se pueden ver varios hombres con uniformes oscuros y un rifle apoyado en una esquina. Por su parte, la presentadora del canal de televisión Al Jazeera en Catar Khadija Benguenna ha compartido en su cuenta de Twitter una fotografía de la misma estancia con colchonetas y mantas extendidas por el suelo. Parece tratarse de uno de los salones principales del establecimiento, en el que hasta hace poco se servían banquetes para hasta 2.000 comensales, y que ahora podría estar haciendo las veces de barracón improvisado para los guardias, mientras los 'detenidos VIP' permanecen retenidos en las habitaciones.

A 'Mister Everything' (señor todo), como le llaman a MSB por su acumulación de cargos, le gusta tener la casa limpia de gérmenes y de posibles adversarios.

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