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Con el gluten no se juega

Con el gluten no se juega

Millones de personas de todo el mundo se han apuntado a la moda de comer como si fueran celíacos. Creen que es más sano pero no es cierto

JAVIER GUILLENEA

Jueves, 8 de marzo 2018, 08:22

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Por algún motivo alguien decidió no hace mucho que mejor sin gluten. A partir de ahí se extendió la creencia de que seguir una dieta sin esta proteína vegetal presente en cereales como el trigo, la cebada o el centeno es lo mejor para la salud. No tardaron en aparecer en los supermercados alimentos con etiquetas en las que se destacaban las palabras 'sin gluten' no solo como advertencia necesaria para los celíacos sino como sinónimo de vida saludable. Y no es para tanto.

Para una persona celíaca o con algún tipo de alergia al gluten, su ingesta es perjudicial porque afecta a la mucosa intestinal y sufre síntomas como dolor abdominal, hinchazón, vómitos, diarrea, erupciones cutáneas y pérdida de peso. Para ellos, prescindir de esta proteína en su alimentación es una necesidad vital, pero este no es el motivo que ha llevado a celebridades como Victoria Beckham, Lady Gaga, Taylor Swift, Kim Kardashian o Ryan Gosling a prescindir del gluten. Los famosos dicen que esta ausencia les proporciona energía, les ayuda a perder peso y se sienten más sanos en general. Eso es lo que dicen y creen, pero lo cierto es que no hay ninguna evidencia médica de que sea verdad.

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Expertos en nutrición del proyecto Nutrimedia de la Universidad Pompeu Fabra sostienen que «no hay pruebas científicas de que las dietas sin gluten sean mejores para la salud». Para llegar a esta conclusión han analizado diferentes trabajos que se han llevado a cabo en Estados Unidos, en los que se indica que en ningún caso se puede establecer «una relación directa entre el consumo de alimentos sin gluten y un correspondiente beneficio para la salud en los adultos». Las investigaciones sugieren, además, que la ingesta de gluten «en personas sin ningún tipo de intolerancia o alergia al compuesto podría ser mínimamente más beneficiosa que una alimentación que carezca de él».

«Con la moda de seguir esta dieta se está banalizando la enfermedad»

Los dietistas y nutricionistas han advertido en multitud de ocasiones sobre la inutilidad de seguir una dieta sin gluten, pero sus advertencias poco pueden hacer contra las recetas de las estrellas. La cantante Miley Cyrus recomienda la dieta a todo el mundo porque produce «unos cambios impresionantes en la piel y en tu salud física y mental». El tenista Novak Djokovic asegura que el régimen sin gluten ha mejorado su rendimiento deportivo. Gwyneth Paltrow lo aconseja «encarecidamente a cualquiera que quiera sentirse mejor o perder peso». En las revistas del corazón se elogia la figura de Jessica Alba y se desvelan los secretos de su alimentación, en la que, por supuesto, no figura la maldita proteína vegetal.

Tanta alabanza ha convertido al gluten en el malo de la película y ha multiplicado en los últimos años el número de personas que han adoptado voluntariamente una existencia celíaca. En Estados Unidos se ha calculado que mientras el 1% de la población padece esta dolencia, el 30% actúa como si la tuviera. Es una moda que no deja de extenderse por los supermercados.

«Por una parte está bien porque hay más acceso a productos sin gluten», afirma María Van der Hofstadt, del departamento de calidad de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España. Pero, por otra, «se está banalizando la enfermedad hasta el punto de que a los que siguen la dieta por motivos de salud no se los toma en serio». «Cuando nos ponemos exigentes en un restaurante para pedir que no haya gluten hay camareros que nos responden que estamos exagerando», añade.

Diferentes estudios han comprobado que eliminar el gluten de la dieta sin prescripción médica «implica una disminución de granos enteros y fibra que, además de saciar el apetito, son beneficiosos para la salud cardiovascular». Aunque aún no hay una confirmación clara, los expertos de la Universidad Pompeu Fabra afirman que «las pruebas científicas evidencian que el gluten podría reducir levemente el riesgo de infarto».

La trampa del 'sin'

Los estudios revelan, además, que el fuerte incremento de las ventas de alimentos sin gluten «obedece más a potentes campañas de mercadotecnia que a razones de salud». «Los productos con la etiqueta 'sin' en general o 'sin gluten' son percibidos por los consumidores como alimentos más saludables», señala el análisis del proyecto Nutrimedia.

Es aquí donde se oculta una de las trampas en las que caen los seguidores de las dietas sin gluten. Atraídos por el reclamo del 'sin', no se dan cuenta de que esta etiqueta se ha extendido a productos como bollería industrial, gominolas, bebidas alcohólicas, refrescos, postres lácteos o embutidos repletos de sustancias no demasiado recomendables que los amantes de la vida sana ingieren con el optimismo de quien piensa que al engullir una palmera de chocolate sin gluten está haciendo un favor a su cuerpo. «Los productos sin gluten son necesarios para el colectivo de celíacos, pero en ningún caso esta dieta es más o menos sana ni más beneficiosa», asegura María Van der Hofstadt.

es el porcentaje de la población de Estados Unidos que ha dejado de consumir gluten sin ser celíaca.

Comer sin gluten está recomendado para personas con enfermedad celíaca o con alergias y diferentes sensibilidades a este producto. En el caso de los celíacos esta proteína les daña la mucosa del intestino delgado y les provoca síntomas como dolor abdominal, vómitos o erupciones cutáneas.

El gluten no es malo para quien no sea celíaco y renunciar a él tampoco tiene beneficios. Se cree que el gluten podría reducir el riesgo de infarto y, en contra de lo que se piensa, prescindir de él puede conllevar un incremento de peso.

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