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Los cirujanos operan a varios pacientes a la vez en el quirófano instalado en uno de los vagones del tren hospital.
El tren hospital de la esperanza en India

El tren hospital de la esperanza en India

El Lifeline Express es un tren hospital que atiende a gente sin recursos en zonas rurales de India. Arrancó en 1991 y desde entonces ha atendido a más de diez millones de pobres

FERNANDO MIÑANA

Sábado, 5 de mayo 2018, 19:37

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El tren partió desde Victoria Terminus, en Bombay, el 16 de julio de 1991. Casi 27 años después la estación cambió de nombre y la denominación oficial de la ciudad es Mumbai, pero el convoy sigue circulando por la India. Es el Lifeline Express, un tren hospital que se dedica a atender a pacientes sin recursos de zonas rurales del país. Por esta clínica rodante han pasado más de diez millones de enfermos.

El proyecto, el primero de este estilo en el mundo -China tiene ahora cuatro trenes y Sudáfrica, dos-, lo sustenta la fundación Impact India auspiciada por empresas y donantes particulares. Indian Railways les cedió el ferrocarril, que empezó con tres vagones en 1991 y que ahora ya cuenta con siete, lo que ha multiplicado las posibilidades de este hospital itinerante.

India tiene un sistema sanitario muy deficiente al que solo destina cerca del 1% del PIB. En la mayoría de las zonas rurales, la gente no encuentra un especialista que pueda resolver su problema y la opción de acudir a la medicina privada es inaccesible para economías tan precarias. Por eso la visita de este tren celeste adornado con guirnaldas y arcoíris es una bendición. Su presencia asegura la asistencia médica durante cerca de un mes, entre 20 y 35 días dedicados a solucionar problemas que parecían una condena perpetua. Como ha ocurrido hace unos días en Jalore, al oeste del país.

La primera consulta permite hacer una selección de los pacientes más necesitados, que serán atendidos en días sucesivos. Una deformación en la boca, un tumor, cataratas en los ojos, oídos que no oyen o huesos retorcidos son un reto y una motivación para un equipo médico permanente, veinte doctores que están ahí más por vocación, por la satisfacción de ayudar a los más necesitados, que por el sueldo que perciben de Impact India Foundation. Hay especialistas y estudiantes que se encuentran con unas prácticas que les servirán para mejorar sus habilidades, pero también para solucionar un problema médico que parecía irrevesible en estas vidas tan austeras. Quizá estos jóvenes doctores no sean los mejores, pero salvan vidas y evitan que otras sean espantosas y llenas de sufrimiento.

Deformación y boda

Todos atesoran una buena colección de historias humanas, personas a quienes les han cambiado la vida. Como el doctor Taral Nagda, que explicaba orgulloso al diario 'The Hindu' el caso de una niña con una deformación en el pie. Después de operarla le comentó a su padre que ahora ya podría llevarla a la escuela, aunque el hombre parecía más preocupado por un matrimonio. Aquella chiquilla es ahora una joven que estudia en la universidad y que ha tenido la oportunidad de elegir a su pareja y, agradecida, le enviaba una invitación para la boda.

En India son muy comunes los matrimonios pactados entre dos familias. La figura de la suegra es la más relevante y se convierte en la persona que toma las decisiones. El futuro de un enfermo muchas veces está en manos de la suegra. Por eso Lifeline Express también hace un esfuerzo de concienciación en los distritos que visita y contacta con los ambulatorios y los médicos de la sanidad pública para que puedan dar continuidad al trabajo que han hecho esos días con sus pacientes.

Cada vagón de este convoy celeste tiene una finalidad. Unos albergan quirófanos con aire acondicionado, otros son sala de visitas, almacén médico o farmacéutico, generadores de energía, alojamiento para el personal...

Los últimos en beneficiarse de este soporte vital que llega por las vías han sido los vecinos del distrito de Jalore, pero en unos días partirá el tren y buscará un nuevo destino, nuevos enfermos, gente de lugares remotos donde se sienten desasistidos por una sanidad pública anticuada y pobre.

Es un proyecto que ya cumplió el cuarto de siglo hace un par de veranos. En los próximos meses Impact India Foundation pondrá en circulación un segundo ferrocarril para reforzar su servicio y atender a pacientes del norte y el noreste del país.

Un nuevo tren que puede pasar una vez en la vida, un convoy que puede cambiar una existencia, evitar una muerte que parecía segura. Una oportunidad que muchos perciben como una ayuda divina. Porque esos vagones, además de médicos y material de todo tipo, transportan a un viajero más valioso. Su nombre es esperanza.

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