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Una reserva de agua.
La actividad humana amenaza las reservas de agua «fósil» del planeta

La actividad humana amenaza las reservas de agua «fósil» del planeta

Un estudio de la Universidad de Calgary ha constatado que las milenarias reservas subterráneas "son vulnerables a los contaminantes de actividades modernas en la superficie"

COLPISA / AFP

Martes, 25 de abril 2017, 11:59

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La actividad humana representa una amenaza para la pureza de las reservas de agua conservadas durante milenios en el subsuelo, denominada agua "fósil", según ha revelado un reciente estudio de la Universidad de Calgary (Canadá).

La investigación sobre este agua "fósil" subterránea, cuyos depósitos se pensaba que eran ajenos a la contaminación, se ha publicado este martes en la revista Nature Geoscience. Así, los científicos han indicado que tales reservas presentaban rastros de agua de lluvia actual pese a encontrarse a más de 250 metros de la superficie terrestre.

Y esto sugiere que los pozos profundos, que supuestamente eran capaces de llevar agua antigua hacia el exterior, "son vulnerables a los contaminantes derivados de actividades modernas en la superficie", ha comentado Scott Jasechko, profesor de la U Calgary y coautor del estudio.

Se trata de agua de lluvia o procedente del deshielo que se filtra a través de las capas rocosas superiores de la Tierra para acumularse en acuíferos subterráneos, un proceso que puede llevar miles o incluso millones de años y que fue formando las reservas más grandes de agua dulce no congelada presente en los continentes.

El agua subterránea llega a la superficie a través de pozos profundos destinados al consumo humano o la irrigación y abastece cerca de un tercio de las necesidades humanas, incluyendo agua potable destinada a miles de millones de personas.

En este último estudio, presentado durante una reunión en Viena de la Unión Europea de Geociencias, Jasechko y su equipo se propusieron determinar qué proporción del agua subterránea tiene más de 12.000 años de antigüedad. Recurrieron para ello a la firma de carbono del agua "fósil"; es decir, situada a más de 250 metros, para diferenciarla de aguas más jóvenes.

El agua más reciente contiene más carbono radioactivo por haber estado expuesto a la atmósfera terrestre y al suelo contaminado por los ensayos nucleares desde los años 1950. Las aguas fósiles, en comparación, se mantuvieron aisladas bajo tierra durante mucho tiempo sin que la actividad humana las altere.

Hace más de 12.000 años

La comparación demostró que "una proporción sustancial del agua dulce mundial es de edad fósil, acumulada hace más de 12.000 años. Por contraste, solo una pequeña proporción de agua subterránea se acumula durante un período de tiempo correspondiente a la vida humana de años o décadas", ha explicado Jasechko.

Los investigadores realizaron luego una estimación del grado de contaminación potencial. Inesperadamente, concluyeron que el agua resultante de la lluvia y la nieve actuales "a menudo" se mezcla con las reservas fósiles subterráneas. La mitad de los pozos de agua subterránea que estudiaron contenía tritio, un isótopo radioactivo del hidrógeno hallado en aguas mucho más jóvenes.

"Esta observación pone en tela de juicio la percepción común de que las aguas subterráneas son en buena medida inmunes a la contaminación moderna", concluye el estudio. Y eso significa que los pozos de agua fósil, y probablemente los acuíferos de los cuales forman parte, "son más vulnerables a los contaminantes modernos de lo que se pensaba anteriormente".

Tal contaminación podría resultar de los pozos humanos o de sus filtraciones. "Proteger las fuentes de agua potable sigue siendo un desafío importante para cientos de millones de individuos alrededor del planeta", ha dicho Jasechko finalmente.

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