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El Carnaval de Rio vuelve a ponerse la ropa

El Carnaval de Rio vuelve a ponerse la ropa

La presión de las feministas y las oleadas conservadoras modifican el evento brasileño

Sebastian Smith (AFP)

Miércoles, 22 de febrero 2017, 03:17

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Cuando el mayor canal de televisión de Brasil presentó este año a su tradicional bailarina de samba para animar la cobertura del Carnaval, los espectadores quedaron en shock: la elegida llevaba ropa. La musa de Globo, conocida como 'Globeleza' (por Globo y belleza), es una institución nacional. Siempre bella, negra y gran bailarina de samba, la chica suele mover sus caderas en un pegadizo clip televisivo durante la programación especial de los festejos.

Desde que apareció por primera vez en 1991, Globeleza ha actuado desnuda y con tacones, algunas lentejuelas y unas pinceladas de pintura brillante en el cuerpo. Así fue durante años.

Por eso, la presentación el mes pasado de la última musa, Erika Moura, vistiendo exuberantes trajes folclóricos -en ocasiones hasta los tobillos- fue noticia nacional. "Por primera vez, Globeleza está vestida", o "¿Quién vistió a Globeleza?", se preguntaban los titulares.

Pero la lectura del nuevo 'look' es apenas un signo más de los tiempos que corren en Brasil, donde grupos de activistas luchan por romper con viejos estereotipos, al tiempo que una ola conservadora se instala en el país. El nuevo alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, un obispo evangélico elegido en las municipales de octubre, no asistirá al Carnaval, según diversas informaciones.

Aunque su ausencia todavía no está confirmada, la secretaria de Cultura anunció que le sustituirá el viernes durante la tradicional entrega de las llaves de la ciudad al Rey Momo, el orondo monarca de la diversión que toma simbólicamente el control de Rio durante sus días de desenfreno. Teniendo en cuenta que el carnaval es el mayor evento anual en Río de Janeiro -y que atrae aproximadamente a un millón de turistas-, la ausencia del alcalde puede parecer extraña.

Sobrino del multimillonario fundador de la iglesia Universal del Reino de Dios, Crivella sería el primer edil en perderse el primer carnaval de su mandato. Una falta que resultaría aún más llamativa en comparación con el estilo de su predecesor, Eduardo Paes, quien se mostraba exultante cada año con una cerveza y su pandereta en la mano. El gabinete de Crivella dice apenas que no comentará las "especulaciones sobre el destino del alcalde en el periodo de Carnaval". Una actitud que no comparte otro antecesor en el cargo, el exprefecto Cesar Maia. "Entiendo que por su religión no le guste bailar samba ni nada por el estilo, pero su presencia... es obligatoria", afirmó al diario O Globo.

El derechista Crivella puede encontrar que el libertinaje de Río no es de su gusto, pero ha sido la presión de la izquierda la que ha tenido mayor impacto. Globeleza ha sido criticada durante años por activistas que veían en su desnudez el refuerzo de imágenes populares sobre las mujeres negras como objetos sexuales. Muchos se enfurecieron igualmente cuando en 2014 la escogida fue hostilizada en las redes sociales por tener la piel demasiado oscura y fue reemplazada al año siguiente por la más clara Moura.

Globo TV minimizó el cambio de este año señalando que la Globeleza vestida pretendía "enriquecer" el personaje: "La cálida reacción del público muestra que tomamos el camino correcto". Una reinvención que celebra Luana Genot, fundadora de la organización por la igualdad racial "ID_BR". "Esto es algo por lo que el movimiento feminista negro ha estado luchando durante años y años", valoró. "Nuestra batalla ahora es para que la gente vea que [las mujeres negras] no pueden ser reducidas únicamente a este estereotipo", afirmó. "La gente estaba apagando la televisión y mandando el mensaje de que los negros no quieren ser retratados de esa forma".

La música es otro campo de batalla. Las feministas que luchan contra el acoso sexual han creado un nuevo himno de carnaval, cantado por Bruna Caram y Chico Cesar, que mezcla los tradicionales ritmos sensuales con una promesa de respeto: "No importa lo que lleves, no te voy a tocar a menos que lo consientas". También hay un encendido debate sobre el supuesto sexismo y racismo en las letras de algunas de las clásicas marchas festivas, por ejemplo, en su uso del término "mulata".

Varios grupos de carnaval callejero, conocidos como 'blocos', retiraron esas "marchinhas", muchas escritas hace más de medio siglo, de sus repertorios. Debora Thome, que fundó el bloco feminista 'Mulheres Rodadas', afirma que los tiempos están cambiando. "Mucha gente había hablado de esto durante años, pero no tanto como ahora", afirmó.

Sin embargo, el veterano compositor de carnaval Joao Roberto Kelly -autor de temas con títulos tan controvertidos como 'Menino Gay' (Chico Gay) y 'Maria Sapatao' (María Marimacho)- acusa a las feministas de arruinar la fiesta. "No había visto tanta censura desde la dictadura", se quejó en el diario O Estado de Sao Paulo.

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