Secciones
Servicios
Destacamos
jose trejo
Jueves, 16 de febrero 2017, 18:28
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Al salir del avión, debemos hacer cola en la misma pista helada y resbaladiza para presentar los pasaportes. Un termómetro en la pared del exterior nos da la bienvenida a -3º centígrados, el viento barre la nieve de los alrededores, además de la que está cayendo sobre nosotros y la sensación térmica es bastante baja.
Esta circunstancia define la normalidad de los noruegos ante el clima ártico. He de decir que esperábamos una temperatura de recibimiento más gélida.
Antes de seguir una observación, cuando nieva normalmente los grados del termómetro no son tan bajos como pudiéramos pensar, e incluso es posible ver alguno que otro grado por encima del cero y nevando copiosamente como así nos sucedió casi todos los días. Por lo general en invierno cuando hay anticiclón y está despejado, las temperaturas caen en picado y no al contrario, el calor de la Tierra se escapa al espacio y hace más frío.
¡Comienza el aprendizaje!
Al viajar se agudizan nuestras capacidades de observación, nos adaptamos al medio volviéndonos más receptivos y curiosos, tratando de aprender rápido en el mundo nuevo que nos rodea, como niños en el primer día de colegio.
Lee el post completo en el blog Un extremeño en el ártico.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
TodoAlicante
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.