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ARANTZA FURUNDARENA
Domingo, 23 de octubre 2016, 13:01
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Twitter llora estos días a mares la marcha de Manolo Molés de la tele. Después de 25 años, su voz no volverá a narrar corridas en Movistar+ y muchos se sienten huérfanos. Pero este recio castellonense, hijo del creador de la mandarina Clemenules, sigue a sus 76 años lleno de proyectos. «Esta profesión es un vicio», asegura. Y no piensa cortarse la coleta. Antes se la tiñe.
El TC levanta la prohibición de los toros en Cataluña. ¿Le dan ganas de bailar un pasodoble?
Con moderación, porque en Cataluña todavía pueden regular las corridas y convertirlas en un esperpento. Antes Barcelona daba más toros que Madrid... Pero cuando los políticos vieron que allí no había votos, lo prohibieron.
«Hay que ganar la batalla frente a los políticos abolicionistas», clama en Twitter. Le veo muy batallador.
Lo he sido toda la vida y no voy a claudicar ahora.
¿Están muy politizados los toros?
Totalmente. En Cataluña el virus antitaurino se ha mezclado con el virus antiespañol. Y no es verdad. Los toros vienen de Cataluña, Navarra, País Vasco y Aragón. Y no pertenecen a un bando. Si tú repasas la historia verás brigadas comunistas sacando toreros a hombros en Valencia. La plaza era un parlamento abierto donde había gente de todos los colores políticos y clases sociales. Todo eso lo han manipulado y es lo que me cabrea.
¿Qué hay detrás del antitaurinismo radical?
En algunos casos, sentimiento. En otros, dinero, porque el tema animalista vende. Cada vez hay más gente que manda el abuelo al asilo y luego pone todo su amor y sus ahorros en un animal de compañía. Yo soy animalista pero también humanista.
¿Puede entender que alguien desee la muerte de un torero o de un niño que sueña con ser torero?
No. Pero tampoco soy capaz de meterme en la cabeza de alguien que quiera la muerte de un perro.
Pero sí la de un toro.
Porque entiendo lo que es el toro y sus diferencias. El milagro del toro bravo es la casta, que hace que no tenga síntomas externos de dolor. Lo que tiene que pedir el aficionado es que el toro sea bravo porque si no es bravo, sufre.
¿Qué es lo peor que le ha llamado un antitaurino?
Asesino. Te quedas con las ganas de decirle: Oiga, ¿nos sentamos a tomar un vino y lo hablamos? Yo no he ido en mi vida al boxeo pero jamás he pedido que lo prohíban.
¿Cómo llegó al mundo del toro?
Me gustan los toros porque los conozco desde pequeño, pero yo vine a Madrid a ser periodista. Trabajé de 'negro' para una redactora de renombre.
¿Quién?
Ya falleció. Yo estuve en la boda de Raphael y Natalia en Venecia y creo que el reportaje lo firmó ella. Al toro llegué por casualidad. Emilio Romero me pidió que le echara una mano a su hija Mariví en un programa taurino de TVE.
Y ahora Movistar+ le acaba de cortar la coleta...
Después de 25 años. Pero no siento que me hayan cortado la coleta. Casi me han hecho un favor. Ya me repetía. Ahora voy a hacer una serie de documentales titulada 'Al natural' y quizá escriba más libros, que solo tengo dos.
En Twitter lloran su marcha desde Zamora hasta Australia. Tiene más afición que Talavante.
La gente quizá te quiere cuando haces las cosas con honestidad, no te pasas de listo, eres normalito... Y yo más que taurino soy una persona normal.
Cayetano Rivera está dispuesto a morir por los toros. ¿Y usted?
Yo si tuviera que morir por algo sería por la libertad de información.
Por cierto, ¿piensa seguir fiel a su característico negro zaíno en pelo y bigote?
Ja, ja, ja... Lo del negro zaíno fue por casualidad, pero ya nos hemos hecho tan amigos el uno del otro que seguiré así. Para las canas siempre hay tiempo. Cada faena tiene su momento y su lidia.
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