Cómo actuar ante un golpe de calor

También son más sensibles a los efectos del calor las personas que tienen enfermedades crónicas, como problemas cardiacos, hipertensión, diabetes u obesidad. «Los que toman medicamentos diuréticos, que hacen que la persona orine más, deben ingerir más líquidos porque se pueden deshidratar más rápidamente», según González.

Mayor factor de riesgo tienen quienes trabajan al aire libre y están expuestos al sol, como los agricultores o los albañiles, por lo que deben beber agua con frecuencia. Lo mismo sucede con la gente que hace ejercicio físico bajo el sol y los indigentes.

Recomendaciones

Entre las actitudes que se pueden llevar a cabo para, tanto si se está entre los grupos de mayor riesgo como si no se está, a la hora de prevenir los golpes de calor están: beber mucha agua sin esperar a tener sed y no consumir bebidas alcohólicas; en caso de tomar alguna medicación para tratar una enfermedad crónica consultar con el médico para que le recomiende la cantidad de líquido que puede y debe ingerir al día; evitar las comidas calientes o pesadas, los platos fríos, ensaladas y frutas son los más aconsejados en verano; usar ropa ligera, no apretada, de colores claros y preferentemente de algodón; utilizar sombrero o gorra para protegerse del sol, y ponerse protección para los rayos solares, siempre unos 30 minutos antes de salir al sol y repetir la operación a menudo.

En el hogar también hay medidas para proteger la vivienda del calor. En ese sentido es conveniente mantener las ventanas y persianas cerradas en las horas centrales del día y aprovechar para a ventilar la casa por la noche, cuando las temperaturas han descendido. El uso de ventiladores puede aliviar los efectos del calor pero no implican un descenso de la temperatura, para ello puede ser necesaria la utilización de aparatos de refrigeración.

Detectar un golpe de calor puede servir de gran ayuda para evitar que los síntomas empeoren y la situación se agrave. «Si una persona empieza a sentir cansancio, dolores de cabeza, mareos, se pone roja o con mucha sudoración es posible que esté sufriendo un golpe de calor», apunta este médico de familia.

La forma de actuar en ese caso es apartar a la persona del sol y llevarla a un sitio fresco para que repose y beba agua. «La mayoría de las veces con eso es suficiente. Pero si el cuadro clínico es más grave y el dolor de cabeza es más fuerte, aparecen nauseas y vómitos, la persona se adormila y deja de sudar porque tiene demasiado calor, hay que seguir los mismos consejos pero se debe llamar al 112», apostilla González.