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José María Gil Tamayo, secretario general de la Conferencia Episcopal.
Los obispos recuerdan que la Iglesia está en contra del «encarnizamiento terapéutico»

Los obispos recuerdan que la Iglesia está en contra del «encarnizamiento terapéutico»

La Conferencia Episcopal reitera su oposición a la muerte digna porque se "empieza con el aborto y se acaba con la eutanasia"

Antonio Paniagua

Jueves, 1 de octubre 2015, 13:27

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La Conferencia Episcopal ha expresado hoy su oposición a que se regule el derecho a una muerte digna, porque "se empieza con el aborto y se acaba con la eutanasia". El portavoz y secretario general de la jerarquía católica, José María Gil Tamayo, no ha querido entrar a juzgar el caso concreto de Andrea, la niña de 12 años cuyos padres han pedido que se le practique la eutanasia, y ha dicho que prefería moverse en el terreno de los "principios". En este sentido, el representante de los prelados ha asegurado que la Iglesia no es partidaria tampoco del "encarnizamiento terapéutico".

"No dispongo de los datos, por lo que sería una imprudencia por mi parte entrar a juzgar este caso. No obstante, la doctrina de la Iglesia es clara: no a la eutanasia, no a la muerte provocada por medios médicos, pero tampoco estamos a favor del encarnizamiento terapéutico", ha apuntado el dirigente eclesial.

Gil Tamayo ha sostenido que la Iglesia defiende el "sí a la vida en todos sus estadios", y ha rechazado la eutanasia por entender que puede conducir "a una selección de quienes tienen derecho a vivir". "Cuando rompemos la grandeza y la radicalidad del derecho a la vida pueden colársenos muchas excepciones", en alusión a los discapacitados y enfermos graves.

"Lo que nunca podrá es nadie es terminar con la vida de nadie de manera directa", ha alegado el portavoz de los obispos, que ha invocado a un documento de 1993 sobre el asunto y que establece la doctrina de la Iglesia. En este escrito, 'Cien cuestiones y respuestas sobre la defensa de la vida humana y la actitud de los católicos', los obispos aducen que un paciente está legitimado, cuando la muerte es inminente e inevitable, a "rechazar el tratamiento obstinado que únicamente vaya a producir una prolongación precaria y penosa de su existencia". Dicho esto, Gil Tamayo ha subrayado que "la compasión no puede llevar a la muerte".

Tamayo ha recomendado a los padres que recurran al servicio religioso. "Seguro que les acompañarán y encontrarán una ayuda que les ilumine desde el punto de vista cristiano".

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