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El Oso y el Madroño es en realidad una osa

El Oso y el Madroño es en realidad una osa

Se desconoce cuándo y por qué motivo, el animal pasó a ser del género masculino

M.R. DOMINGO | ABC.ES

Martes, 27 de enero 2015, 12:14

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La figura heráldica, el Oso y el Madroño que representa el escudo de Madrid y cuya escultura tuvo que ser intervenida este lunes por los operarios del Ayuntamiento para reparar su pedestal, es en realidad una osa.

En los documentos antiguos figura una osa, pero se desconoce cuándo y por qué motivo, el animal pasó a ser del género masculino. La osa del escudo de la capital tienen su origen en las siete estrellas de la constelación de la Osa Mayor. En el siglo XVI, Juan López de Hoyos, el ilustre preceptor de Cervantes, en su «Declaración de las Armas de Madrid» describía así la heráldica de la capital:

«Tienen las armas de por orla siete estrellas en campo azul, por las que vemos junto al Norte, que llamamos en griego Bootes, y en nuestro castellano, por atajar cosas y fábulas, llaman el Carro, las cuales andan junto a la Ursa, y por ser las armas de Madrid osa, tomó las mismas estrellas que junto a la Ursa, como hemos dicho, andan, por razón de que como en tiempo de don Alfonso VI viniendo a ganar este reino de Toledo, el primer pueblo que ganaron fue Madrid, y para denotar que así como aquellas siete estrellas que andan alrededor del Norte son indicio de la revolución y del gobierno de las orbes celestiales, así Madrid como alcázar y casa real y primeramente ganado, había de ser pueblo de donde los hombres conociesen el gobierno que por la asistencia de los reyes y señores de estos reinos de Madrid había de salir, y también porque este nombre Carpetano, como abajo declaramos, quiere decir Carro, por eso tomó las siete estrellas que en el cielo llamamos Carro».

La Enciclopedia Libre Universal en Español, que describe el escudo como «una osa de sable apoyado en un madroño de sinople frutado de gules con bordura de azur cargada de siete estrellas de plata de seis puntas y al timbre una corona real abierta», explica que desde el año 1211 el rey Alfonso VIII usaba para sus campañas lanzadas desde Madrid una enseña con un «oso prieto en campo de plata», animal muy abundante en los campos de la zona. En esta época, no tenía ni estrellas ni árbol ni corona.

La enciclopedia alude al pleito entre el Concejo y la Clerecía que cita la asociación de mujeres y explica que ambos organismos se disputaban «el disfrute del monte y tierras de pasto de los alrededores de Madrid hasta la sierra». Tras 20 años de lucha, «llegaron por fin a un acuerdo en los siguientes términos: se daría a la Villa de Madrid todos los pies de árbol y la caza y al Cabildo eclesiástico todos los pastos». Para que el acuerdo quedara bien sellado y para memoria de todos se acordó que el escudo de la Villa «llevaría el oso (u osa) con el añadido de un árbol», y el escudo del Cabildo «llevaría el mismo animal paciendo en unos pastos».

Los libros de historia y heráldica para afirmar que «en 1222 la Clerecía (la cúpula eclesiástica) y el Concejo (el brazo militar y civil) cambian la «osa paciente» en un caso y la «osa rampante» en otro, por un oso.

Desde el Patrimonio Cultural del Ayuntamiento aseguran que historia del escudo de Madrid es un poco mítica y tiene poca documentación. A principios del Siglo XVI aparecen en el escudo siete estrellas, de las que no ha quedado claro su origen. «Pueden ser siete como los siete castillos que rodeaban Madrid o por las siete estrellas de la Osa Mayor. De ahí nace lo de la osa, pero no hay una certeza histórica».

Escultura de Sol

La estatua que luce la Puerta del Sol es obra del escultor Antonio Navarro Santafé y se inauguró en 1967. Fue promovida por la sección de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, que quiso representar monumentalmente los principales símbolos heráldicos de la ciudad y de España. En 1984, el Oso y el Madroño fue ubicado en la confluencia de la calle del Carmen con la Puerta del Sol, prácticamente en el centro de la plaza, pero fue en octubre de 2009 cuando fue situado en su actual emplazamiento tras la remodelación que siguió a la construcción de la estación de Cercanías en el subsuelo de la plaza.

Para materializar los símbolos ya tópicos de la ciudad de Madrid, explica, el 19 de enero de 1967 se inauguró, en el mismo lugar en que estuvo la fuente de la Mariblanca prácticamente donde está ahora una escultura realizada por Antonio Navarro Santa Fe que representa el oso y el madroño, figuras procedentes de las armas que adquiere la Villa, oficialmente, en 1967, aunque nacidas de una remota tradición.

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